¡Derrumbemos nuestros muros!, por
Alexander Huerta-Mercado
Cuando
una persona inteligente expone sus ideas, no es fácil primero, interpretarlas y
más difícil aun, contradecirlas.
El
responsable de la columna que comparto, es uno de los mejores comentaristas que
puede presentar el Decano de la Prensa Nacional, he leído muchos de sus
artículos, todos con esmerada atención aun con los que discrepo,
principalmente estos al no compartir sus
postulados o posiciones que defiende.
Tenía
en mente comentar las declaraciones del administrador de la tierra que nos vio
nacer que, me dan lástima e ira por su hipócrita e interesada posición, sin
embargo, cuando me topé con el señor Huerta Mercado, me dije esto es más
importante. Por tanto, los invito a leerla, luego, si lo consideran necesario,
pueden leer lo que pienso sobre el tema
según sea la idea o posición que comparto o diecrepo, del que he opinado tantas veces que, el nombre
de Pedro no alcanzaría. Leamos untos:
“La educación es un espacio de reflexión y enseñar a pensar es,
precisamente, no imponer ni confundir”.
ALEXANDER HUERTA-MERCADO
ANTROPÓLOGO
Género
“Mal haríamos en limitar lo que es la identidad masculina a un asunto
puramente biológico, pues lo que es ‘un hombre’ cambia según la época”. (Ilustración:
Giovanni Tazza).
Alexander Huerta-Mercado
24.11.2018 / 11:30 pm
Todos aplaudimos de pie. En el
escenario habían entrado, en una disciplinada fila, un conjunto de niños con
trajes naranjas y capuchas que les cubrían totalmente la cabeza, como evocando
no poder sentir. Se dispusieron frente a un inmenso público y, como un dios,
apareció en la pantalla una imagen cinematográfica del cruel profesor gritando.
Un coro de miles de voces con miles de puños levantados gritaron a todo pulmón
en Ate: “¡No necesitamos educación!, ¡no necesitamos control de pensamiento!,
¡no al cruel sarcasmo en el salón de clase!, ¡profesor, deje solos a los
chicos!, ¡oiga, profesor, deje solos a los chicos!”. A pesar de la subversiva
letra, Roger Waters –quien compuso la canción como parte de Pink Floyd– ha
insistido que él como activista es un promotor de la educación. Sin embargo, la
canción que coreábamos aquella noche fue compuesta en protesta a la educación
británica de los años cincuenta que él recibió: rígida, deshumanizante y con
nulo espacio para la reflexión y la crítica. Aquella educación que hacía ver a
sus profesores como distantes y duros, constituyéndose sin querer en un
“ladrillo más en la pared”, aquella que Waters construía alrededor suyo para
aislarse de ese tedioso mundo.
Esta canción se había
convertido en himno, en marcha, en protesta; la recordaba de mis años
escolares, la pensaba siempre. Cuando me hice profesor, esta melodía me
susurraba en el oído la necesidad de enseñar a pensar y no controlar el pensamiento,
incluso enseñar a cuestionar razonablemente lo que se aprendía. Sin embargo,
esa noche, había tenido miedo de estar en un concierto tan masivo, no estaba
acostumbrado y lo sentía amenazante. Pero, también, me sentía protegido por
Jessica, quien estaba conmigo. Ella siempre es fuerte y valiente. Sentí que mi propio concepto de
masculinidad había cambiado desde hacía unos años: ahora admitía mis temores,
me aceptaba mucho más vulnerable y entendía que debía aprender más. Así como
seguramente otros conceptos de masculinidad han cambiado desde 1979, cuando
Pink Floyd produjo “Otro ladrillo en la pared”, cuyo coro miles de personas
seguíamos cantando.
COMENTARIO
El día de ayer pude ver una
película exhibida en 1946 “Al filio de la navaja” cuyo argumento tiene como
motivo de discusión la relación entre dos jóvenes muy apuestos (ella y él,
naturalmente), él se preguntaba sobre su destino no tenía clara la función que
debía asumir para “vivir la vida”, adicionalmente era pobre, su prometida una bella y muy rica
jovencita y los sucesos que determinan la ruptura del noviazgo, el camino que
emprenden cada uno pergeñado de las soluciones que cada quién tomó luego de su
distanciamiento
En aquella época como en la
actual la mujer manejaba las cosas de acuerdo con sus intereses, si las cosas
no resultaban como lo deseaba, por ejemplo y volviendo a la película, en el
caso de la bella muchacha que estaba enamorada del joven caballero, quería
que este “progresara” de suerte que, lo conminó a tener un empleo que les permitiera a ambos
ocupar el lugar en la sociedad conforme
al estilo de vida de ella, fatalmente el joven no estuvo de acuerdo y bueno,
cada uno por su lado.
El varón de los años 40 o antes,
era tan gentil y deferente que se mantuvo casi sin variantes hasta las décadas
de los sesenta y setenta, con la mujer manejando en la intimidad al varón para
que realizara los actos que le importaban (¡a ella!).
Más como dice el articulista la
relación hombre/mujer o viciversa, fue
variando con el paso del tiempo, en los
dos y no el hombre únicamente, mas el hombre cambia porque primero “evoluciona”
la mujer, ¿Por qué? En mi opinión por el papel secundario que sólo era decisivo
en la intimidad, la mujer se desinhibe empezando por lucir prendas más y más
cortas hasta la aparición de Marylin Monroe que es la primera mujer en
desnudarse para una película que produjo una verdadera revolución y se puso al
descubierto el poder del sexo, como
sucedió en la década de los sesenta con Jackeline Kennedy, las mujeres de todo
el Mundo fueron influenciadas por su apariencia personal y el “estilo” de su
peinado sólo para citar una banalidad, el varón desde que tengo uso de razón y
hasta la actualidad NO ha variado su forma de vestir ni pretende copiar a otros,
salvo en algunos detalles como la estrechez de los pantalones, pero si hay algo
que el hombre siempre ha buscado es la riqueza y el poder y la mujer, aunque no
les guste, están al servicio de ellos no del varón aclaro.
La mujer NO sería un “objeto
sexual” si ella no fuera responsable de la voracidad masculina y una mujer con
poder, es mi concepto, resulta terriblemente peligroso y a ello apunta la
situación actual sexo por medio, que diseminado está por los medios de
comunicación en la forma más grotesca que se pueda presentar.
Sólo “los imbéciles no cambian” y
el varón conjuntamente con la mujer en los que el sexo es un complemento
prescindible han podido aportar a la
ciencia inventos maravillosos que podrían confundirse con progreso, puede ser,
pero sólo para aquellos que están en condiciones de disfrutarlo.
¿Qué ha cambiado en el hombre
desde que empezó a poblar el Mundo si de sexualidad hablamos?, el “homo sapiens”
y los de la década del 40 son IGUALITOS a los actuales, nos dicen que la
homosexualidad ha existido desde que el Mundo es Mundo, pienso que existe un error,
en algún momento el varón pensó que sería interesante “probar” la satisfacción
cierta o fingida de la mujer cuando el hombre la ha penetrado, iniciándose con
ello una conducta contra las reglas naturales; con el tiempo, como pasa con los
insectos que pueden evolucionar para protegerse de los venenos gracias a los que sobrevivieron a la
eliminación del insecticida, los que sucedieron a esa primera experiencia (la
penetración) dejaron para sus descendientes “ese algo” como parte de su herencia
conductual, la misma que en algún momento tomaba cuerpo y desencadenaba el
comportamiento, que nadie, aun hoy, puede pensar que es correcta, otra cosa es
su aceptación, Qué pasaría si como dice el
columnista, les decimos a nuestros hijos:
Que las actitudes femeninas, como
jugar con tazitas, pintarse las uñas, o distraerse con muñequitas, es un asunto
absolutamente normal, ¿No creen que estaríamos provocando el interés de la
penetración para saber que se siente?, no pienso ni por asomo que tal imaginación pueda pesar
en un niño de seis añitos pero si llega a los once con la misma letanía
disfrazada con muchísimos ejemplos de lo normal que es ser homosexual, pienso
que tendremos un homosexual o bisexual en potencia, decir que la escuela NO
estimula tal conducta sino que forma, es una patraña.
Recientemente quedé movido
también con la presentación de un interesantísimo libro editado por la PUCP
bajo el cuidado de la antropóloga Norma Fuller, llamado de manera sugerente
“Difícil ser hombre. Nuevas masculinidades latinoamericanas”. Fuller reconoce,
por supuesto, lo extremadamente difícil que es ser mujer y los desafíos y
amenazas que implica ser parte de la comunidad LGTBQ en el Perú. No obstante,
al mismo tiempo, decide analizar y convocar a distintos autores para entender
qué ha pasado con la situación del varón en un contexto tan variante como el
nuestro. Si la ideología que daba privilegio político, económico –e incluso
moral– a los hombres estaba tambaleando en Occidente, los cambios estructurales
en el mundo durante el siglo pasado van quitando piso al sistema basado en el
llamado patriarcado.
La galopante crisis económica
del siglo XX hace que el hombre paulatinamente deje de ser considerado el
proveedor económico de la casa y ahora, en muchos casos, ha dejado de ser el
que más gana en la pareja. A pesar de que este cambio no ha venido acompañado
con un mejor sueldo general para las mujeres y no ha problematizado el hecho de
que muchas veces ellas tengan doble labor al ser trabajadoras y madres.
Los movimientos sociales de mediados
del siglo XX que se respiran en las letras de rock que mencioné al principio
dieron lugar a cuestionamientos frente a un sistema que había producido guerras
y desigualdad, destacando la irrupción del feminismo como un desafío a la
naturalización absurda que tenía el dominio del varón.
Los movimientos que promovían
los derechos de la comunidad LGTBQ y su mayor integración en la sociedad –a
través de voceros y artistas que lograban mensajes democratizadores cada vez
más exitosos– fueron apartando las imágenes del macho alfa de películas de
acción cada vez más anacrónicas, ahora prefiriéndose poco a poco la imagen
heroica de varones tiernos y sensibles.
COMENTARIO
Pienso que en mi primer
comentario he expuesto casi todo sobre la que trata la opinión del señor Huerta
Mercado, sin embargo, aprovecho las iniciales LGTBQ para indicar que la letra “Q”
significa sexo sin barreras, incluido, como es obvio (sin barreras) a los
animales.
Si se dan cuenta, entonces,
mal haríamos en limitar lo que es la identidad masculina a un asunto puramente
biológico, pues lo que es “un hombre” cambia según la época, el lugar y según
las exigencias de una sociedad. De ahí que prefiramos la palabra ‘género’
porque nos habla de la identidad, que es lo que vive dentro de nosotros y habla
de nuestros cambios y nuestros conflictos. La identidad nunca debe limitarse a
la determinación física, pues este reduccionismo ha justificado clasificaciones
absurdas que han fundamentado racismo, machismo y tantos prejuicios sociales.
COMENTARIO:
El señor Huerta Mercado es muy inteligente para pretender comparar el “racismo”
en el que la diferencia es el color de la piel con el homosexualismo masculino
o femenino que ES UNA CONDUCTA y que su práctica colisiona con la naturaleza,
generando un
un rechazo casi inmediato.
Se han preguntado ustedes amigos
que piensan o comparten la posición del señor Huerta Mercado ¿Cuántos amigos
homosexuales llevan a su casa, comparten su mesa y salen a la calle como si
fueran hermanos?, y algo más, ¿Debe ser así?
El solo usar la palabra
‘género’ en el currículo educativo ha despertado un temor fruto de la
desinformación e ideas falsas. Se usa maliciosamente el término ‘ideología’ (se
habla intimidatoria y erróneamente de ‘ideología de género’) no en su acepción
de “conjunto de ideas”, sino en su forma de concepto político (y recordemos que
la política está devaluada en nuestra sociedad): o sea, ideología como una
forma de imposición, de apuesta inmutable y autoritaria. En realidad no es así.
El género como tal es un enfoque, una suerte de “lente” con el cual podemos
enseñar a observar de forma distinta y novedosa la realidad. Podremos, por
ejemplo, ver cómo en los estudios de historia el rol de las mujeres ha sido
minimizado o cómo en el arte, por mucho tiempo, la representación de las
mujeres ha estado a cargo de hombres.
COMENTARIO:
Género, discutir el uso en las
escuelas no resiste el más pobre análisis, somos mujer y hombre, aun siendo
homosexuales seremos hombre y mujer, NINGÚN DERECHO se les es negado conforme a ellos
constitucionalmente
El “genero” es la humanidad su
derivación masculino y femenino, si desean género masculino y género femenino,
y como sólo hay mujeres y hombres adosar el término género es absolutamente
innecesario para efectos de la educación sexual de nuestros hijos y nietos
¿Qué mejor arena para pensar
en que, a pesar de ser diferentes y especiales, todos tenemos iguales derechos
y merecemos iguales oportunidades que en el salón de clases, el patio y las
actividades escolares? ¿Es peligroso para los niños? No, no lo es. Lo peligroso
es no enseñar a los niños y niñas que son iguales ante la ley, que tienen los
mismos derechos. ¿Afectará y confundirá la identidad de los estudiantes? No. La
educación es un espacio de reflexión y enseñar a pensar es, precisamente, no
imponer ni confundir.
COMENTARIO:
Es absolutamente falso que se
quiera imponer lo que nos he dado por la naturaleza, la imposición viene del
lado que la contradice.
Volviendo al concierto en el
Monumental aquella noche, el inmenso público se ha (nos hemos) convertido en
parte del espectáculo: coreamos las canciones, somos envueltos por la luz y se
ven como antorchas miles de celulares filmando. Como es tradición en las
presentaciones de Roger Waters, un enorme globo en forma de cerdo vuela sobre
nosotros y en su lomo lleva impreso un mensaje: “Mantengámonos humanos”.
NO TENGO NADA, ABSOLUTAMENTE
NADA CONTRA LOS HOMOSEXUALES, pero no puedo aceptar que se legisle como si
fueran una suerte de marginados por la ley NO LO SON, Nuestra Constitución y
seguramente la de todos los países que merecen denominarse de tal manera están
pensadas en la división natural de nuestra especie.