¿Puede explicarse lo que sucede
en estos momentos en Venezuela y la reacción de los que siempre la han
gobernado?
Comparemos el cambio que inició
el Ex Presidente Hugo Chávez y continuado por el actual mandatario, Nicolás
Maduro Moros, con lo que acontece en mi patria, el Perú.
Nada como los ejemplos y su
efecto clarificador. He pensado por ello, mostrar algo de nuestra realidad y
evidenciar la conducta cotidiana.
Una actividad masiva, de la cual
podemos inferir el comportamiento social de un grupo humano, la constituye el
transporte, expuesta la conducta, sin temor a equivocarme la extiendo a los
grupos privilegiados que detentaron y detentan el poder.
Generalmente, por la distancia
que me separa del Distrito en el que resido y mi Estudio, tomo el transporte a
las cinco de la mañana, si lo hago una hora después, el viaje no sólo demora
más, sino que es tortuoso, alucinante y muy estresante. Veamos:
En la capital peruana, algunas avenidas están señalizadas con “paraderos”,
aquellos lugares donde únicamente pueden subir y bajar pasajeros, como
comprenderán, su cumplimiento es de elemental
respeto mutuo. ¿Cómo actúan los limeños?,
Si existen inspectores o cámaras
de vigilancia que, laboran y funcionan en determinados horarios, la conducta de
los viajantes, salvo excepciones, es
respetuosa de la obligación que los paraderos imponen, tanto del conductor
cuanto del usuario.
La conducta se transforma cuando
no hay señalización, cada quién hace lo que quiere. Los choferes se detienen
alcen o no la mano los que esperan la llegada del vehículo que los llevará a su destino y éstos
(los ciudadanos de a pie) levantan la mano solicitando el servicio, al inicio,
en la mitad, en la cuarta parte o al final de
la cuadra, de suerte que, los conductores pueden parar hasta cuatro
veces en una misma cuadra.
La conducta dentro del “ómnibus” muestra no sólo falta de civismo,
para mí, es expresión del racismo que convive en nuestra ciudad.
En resumen, lo último que se
respeta es la conducta que la sociedad exige para convivir en armonía y
paz.
Un último ejemplo, de las
avenidas más importantes de Lima, la que
conecta el Distrito de Cieneguilla con la Provincia del Callao, señalizada en
gran parte de su recorrido, los ciudadanos han roto una malla protectora debajo
de un puente, convirtiendo ese espacio (la vía es o debiera ser de alta
velocidad) en un “paradero informal ¡todo el día!”, en cualquier momento alguien
morirá y es entonces cuando las autoridades buscarán la “cabeza de turco” que
los saque del problema.
Conclusión, el irrespeto es la
norma, el interés individual prima sobre el colectivo, la viveza, el robo, la
inseguridad y ello en todas las
actividades y quehaceres para ganarse el sustento.
Desde que el ser humano descubrió
el fuego y se dio cuenta que al dominarlo tuvo ascendencia sobre los demás, nace el deseo de someter al menos fuerte y se constituyó en el objetivo del poder desde entonces.
Los ricos no son diferentes a los
pobres, salvo en la apariencia personal, donde determinadas personas, nos guste
o no, se aprecian mejor que otras, más allá de los hipócritas intelectuales
sosteniendo lo contrario.
Por tanto, los ricos tienen en
sus genes las mismas taras de cualquier otro ser humano, la ambición, el poder,
la pasión por la propiedad, harán cualquier cosa para conservarlo, para
aumentarlo o recuperarlo, como en el caso de Venezuela.
Nicolás Maduro Moros ¿es un marciano?,
¡nooo!, se le aplican las
consideraciones expuestas, sin embargo, hay una diferencia, su objetivo es
cambiar la forma de distribuir la riqueza, no es un tema fácil para ningún
humano del Tercer Mundo, ¡¡¡¡ la riqueza está manos de los actuales
opositores!!!!, harán cualquier cosa para que no se la quiten.
Vean ustedes lo que está
sucediendo ahorita en el Perú. Los Ministros de Estado se han duplicado el
sueldo, de $ 5,500-00 a $ 11,000.00, mientras que los jubilados ganan en
promedio, DESDE HACE DOCE AÑOS S/. 456.00 (al cambio actual, $ 150.00), y surge
un personaje que dice lo siguiente:
“El asunto de los sueldos
ministeriales se viene prestando a la expresión de opiniones en el campo del
igualitarismo, sobre todo el práctico, que suele ser utópico. Un ejemplo
frecuente es que el funcionario no puede ganar más mientras no se resuelva una lista
de demandas (jubilados, Fonavi, salario mínimo, elija usted)…..!
“Sin duda el Perú siempre ha estado necesitado
de igualitarismo, y más ahora que 20 años de crecimiento han venido produciendo
nuevas desigualdades. Pero la búsqueda de igualdad en la remuneración de
distintas formas de trabajo es una forma perversa de demagogia, por lo menos
mientras existan un mercado laboral y un sentido de las proporciones en el
valor de las tareas”.
El
personaje en cuestión tiene asegurado su sustento, mientras la perversidad a la
que alude, que es pura demagogia, según
sostiene, cobija en su seno a los más olvidados del Perú. Si las cosas son como
sostiene este sujeto, entonces ¿por qué pagar $ 11,000.00, que sean mejor $
20,000.00 ó $ 50,000.00, no les parece?.
Así las
cosas, prefiero mil veces creer la versión del Gobierno venezolano, que la
lucha por la “democracia”, la “libertad de expresión e información” alegada por
la oposición que lo que desea es recuperar sus riquezas y el PODER.
Algún
día espero, nazca un peruano que tenga la valentía de cambiar la desigual
situación en la que vivimos y que un sujeto, MUY BIEN REMUNERADO, nos quiere
decir ¡no jodan, porque ustedes son los ¡“cholos
baratos”!.
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