Concluyeron las elecciones es tiempo de retomar el sentido común y poner los pies sobre la tierra, esta semana amigos espero desarrollar por lo menos uno de los temas pendientes, permítanme por última vez reflexionar sobre la tarea que le aguarda al nuevo Jefe de Estado Peruano, como siempre (es una frase aprendida de Misión Imposible en su versión televisiva) no soy dueño de verdad alguna y el debate abierto para quien pueda pensar en sentido contrario y/o corregirme de estar equivocado.
Todas las personas entrevistadas inmediatamente después del resultado del conteo rápido, sean analistas, economistas, periodistas y representantes de una u otra forma del poder han manifestado que es la hora de la conciliación, nadie podría estar en desacuerdo con tal invocación, pero lo curioso es que todos también, como en ninguna otra elección, han presionado para que el nuevo Jefe de Estado señale nombres ¡ya mismo! que devuelvan la tranquilidad a nerviosos inversionistas; ninguna de estas personas pasada la época de los ofrecimientos habló de “inclusión” sino del Mercado, bueno la inclusión es un cuento árabe de cada cinco años, nadie pidió precisiones en otro terreno que no sea el económico, ¡por supuesto cómo cree que se podrá hablar de “inclusión”, de mejoras sociales sustantivas si la economía no tiene claro el camino a seguir! pensará usted amigo, no puedo decir que no tenga razón más, el asunto va un poquito más allá, el tema es que lo que se pretende es mantener el modelo de “exclusión” y se sigue difundiendo el temor sibilino de que las cosas pintarán muy negro si se cambian las reglas de juego, es decir el Modelo, que ha permitido el crecimiento sostenido del Perú en los últimos diez años, lo que es una verdad a medias como todos no sólo sabemos sino que experimentamos en nuestra vida diaria; el Presidente electo no pretende cambiar de Modelo sino mejorar la distribución de la riqueza disminuyendo la desigualdad, ¿Cómo se alcanzará?, empezando por Pensión 65, proyectando el crecimiento del Perú para los próximos 50 años cuyo fundamento no podrá ser la explotación de los Recursos no Renovables que son miseria presente y futura, identificando nuestras fortalezas y debilidades, educando con la más alta calidad, especialmente a las Comunidades Indígenas y Serranas, aprobando la Consulta Previa que tenga poder de veto de lo contrario es una alternativa sin contenido. Que se promueva la competencia en el Sistema de Pensiones entre el Público con el Privado, que no se permitan más conseciones para la explotación de minerales e hidrocarburos y que las actuales mejoren su sistema de eliminación de desperdicios reduciendo al mínimo el impacto ambiental, interconectar al Perú por vía terrestre, aérea y marítima en la que todas coexistan en los lugares donde las tres sean requeridas, respeto a los derechos laborales, formalizar a las MYPE e impedir la salvaje competencia entre ellas pues, en la medida que sigan creciendo el empleo se irá pauperizando, no es posible que por esa despiadada competencia se paguen sueldo de miseria. Deben permanecer en el Mercado las eficientes todo lo demás, como la eventual pérdida de trabajo ( en realidad no se pierde, peor NO pueden estar los trabajadores), se resolverá sola, en proporción directa al espacio dejado por las ineficientes, importar tecnología, mirar un poco el frente interno, revisar aquellos TLC que por la desigualdad de las partes contratantes podría ser perjudiciales para el Perú. Es un empeño de largo aliento y, si en el camino se dieran algunos baches debemos asumirlos con decisión, ¡estamos en la obligación de cambiar nuestra mentalidad!, no tengamos un pensamiento cortoplacista, nuestro hijos lo agradecerán.
Todo lo anterior no valdrá nada si el nuevo Jefe de Estado no cumple con sus promesas y se alinea con el Poder, NO debemos continuar con políticas asistencialistas, entiendo que no se pueden eliminar de golpe, pero empecemos a capacitarnos y encontremos soluciones que no sean sólo son paliativos, ¿Qué se gana si damos trabajo rotativo por seis meses? Y el resto del año a vivir de mendigos y que Papá Estado nos permitir vivir sin trabajar o lo que es peor, alegando estar desempleado siendo que es mentira se distorsionará aun más los programas asistencialistas. NO se alivia la pobreza con dotar a la población de agua, desagüe y electricidad, mejora la calidad de vida ( en el supuesto que tales servicios puedan ser cubiertos con su economía) NO cambia su situación, educando y educando bien es un primer punto de apoyo, ayuda tecnológica para los agricultores un segundo y podríamos continuar.
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