Intento escribir, pero me siento equino,
envueltos están mis pensamientos
entre mil palabras dormido.
La ausencia de la mujer amada
deja heridas indelebles en mi alma,
el tiempo se ha detenido a conversar
con los años idos.
El trino del ruiseñor y el perfumado
Jazmín se encuentran al llegar el alba,
como la maldad y la envidia se acarician
agazapadas en el codicioso lodo
de sus vidas.
Los recuerdos y el olvido son hermanos
gemelos, alegran y
entristecen, mas
olvidar me está prohibido.
-------------------------------------------
Un viejo soldado cuyas manos
un arma jamás tocaron
de pronto reconoce
a su poderoso enemigo,
¡no le gusta la palabra!,
enemigo es el hombre de la Tierra ,
la ira lo invade, la hipocresía
del saludo le congela el alma,
el dolor forma ya la sangre
y la risa fraterna que esos ojos
fríos dicen ¡falsa!.
Armarse desea y estrellar contra
el pecho procaz y petulante
los venablos de la venganza,
atravesando la pieza de lata
y la alforja llena de esperanzas
pagadas.
Prefiere ver la luna de día,
admirarla de noche a través
de su ventana, alzando los brazos
como un enamorado cuando se
aproxima su amada y esperar
el momento de la estocada.
30-10-2011
Guillermo Anderson Anderson
Los derechos son del ser humano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario