ALIPIO,
GABRIEL, ALFONSO …y, una lucha sin esperas
Felicitaciones de toda la ciudadanía a
las Fuerzas Armadas debido al abatimiento de tres miembros terroristas,
incluyendo las que me corresponden, por inadvertida que pueda ser, renuevan la
moral de nuestros soldados, desde el más alto grado hasta el de soldado raso.
Indudablemente es un logro, aunque
resulta excesivo –desde mi concepción- que fue un día de fiesta y paz la muerte
de esas personas y no lo es, insisto, pues los militares saben muy bien que:
“el comando nunca muere”.
Muchas lecturas se han expuesto en los
medios escritos y también hablados, todas –es mi percepción- demandando no
“bajar la guardia” expresión que me recuerda el boxeo, cuando el rival está
conmocionado debemos avasallarlo a golpes para noquearlo y salir
victorioso.
Pienso que tal recomendación a las
Fuerzas Armadas es innecesaria; mi preocupación, más allá de los reiterados
consejos de “inclusión social” en las zonas deprimidas de nuestra Patria, que
los gobernantes anteriores y el actual, traducen en “regalitos” agraviando al
desposeído y alimentando a baja voz el rechazo a semejante estupidez y por
supuesto reclamaciones viscerales en el mediano y porque no en el corto plazo,
me preocupan los análisis de los entendidos en temas de terrorismo.
“Los terroristas son aliados de los
narcotraficantes”, de tantas veces reiterarlo y finalmente comprobarlo en la
realidad, se ha acuñado el término “narcoterrorismo”, a mi juicio, denominación
equivocada pues implica dos objetivos al
mismo tiempo, siendo que cada uno es independiente del otro.
Me permitiré resumir lo que pienso, y
luego formularé algunas preguntas que usted amable lector deberá responder o
intentar hacerlo.
Antes unas breves líneas del Historiador
Sr. Antonio Zapata, aparecidas en un diario limeño el día de ayer 14 de agosto:
“Otra diferencia clave es que Guzmán y
los suyos eran políticos. Ellos empleaban extensamente el terrorismo como
método para llegar al poder. Guzmán se imaginaba presidente y en la entrevista
del siglo da a conocer cuáles eran sus lineamientos de gobierno. Mientras que
los Quispe Palomino se limitan a concebirse como una fuerza armada. Ellos
mismos se autodenominan Partido Comunista del Perú-Militarizado. En este caso,
su nombre propio –libremente adoptado– indica nítidamente su naturaleza. Son un
grupo armado y no aspiran a gobernar.
Por otro lado, su economía está
basada en cupos a los negocios y en su zona el principal es el narcotráfico.
Tienen circuitos estables a los que les venden protección militar contra el
Estado. Pretenden servir al campesino cocalero, lo protegen de la erradicación.
Pero, no se han fundido con las firmas convirtiéndose en una de ellas.
La prueba está en sus armas. El
informe de la caída de Alipio y Gabriel sostiene que estaban en posesión de una
pistola del oficial Astuhuilca y de un fusil arrebatado a la Policía en otra
ocasión. Es decir, no tienen dinero suficiente para comprar realmente armamento
pesado. Si tuvieran dinero grande y ganaran como narcos, entonces tendrían
armamento comprado en el extranjero y un poder de fuego realmente capaz de
derribar cercos y helicópteros. En ese caso hubieran asaltado cuarteles y no lo
han hecho, son una fuerza que embosca patrullas y dispara con armamento
arrebatado a la Policía o al Ejército.
Así, los Quispe Palomino son una
fuerza precaria. Viven con las justas y a lo sumo tienen dinero para comprar
municiones. Su base material no les permite una autosuficiencia sostenida. Por
ello, es tremendo el golpe infligido con la caída de Alipio y Gabriel. Diera la
impresión que se quedan sin cuadros dirigentes y la experiencia de Artemio en
el Huallaga es clara, al final conduce a la liquidación.
Pero, no se habrá afectado al
narcotráfico. Los agentes de las mafias a nivel local a lo sumo verán
desaparecer a un grupo armado que les cobraba por protección. Pasarán a
cuidarse con sus propios sicarios, como ya lo vienen haciendo y evidencia la
experiencia internacional de las drogas. La ilegalidad amenaza continuar”.
Es obvio que narcotráfico y
terrorismo son dos temas diferentes, no obstante, a diferencia del renombrado
historiador y vistos los resultados de la lucha contra el terror, pienso que,
no existe enfrentamiento entre Sendero y las fuerzas de los Quispe Palomino,
es probable que sean estos últimos los
que provean de dinero a Sendero, se explicaría mejor por qué “viven con las
justas”.
El narco tráfico mueve miles de
millones de Dólares en el Mundo y nadie, menos los que viven en los valles
cocaleros ignora tal hecho, luego, los “cupos
por protección” que pudieran haber recibido las fuerzas de “los Quispe
Palomino” no son propinas.
No están armados, concluye el
Historiador Antonio Zapata, las que poseen ¡son
armas que les quitaron a miembros de las FF.AA. después de victimarlos!,
bueno, no resulta entendible como emboscaron a diversas patrullas de Estado,
derribaron Helicópteros, con éxito “execrable” pues mataban peruanos quizás con las mismas necesidades
que ellos o de las de quienes defienden, con pistolas.
“Son sólo un grupo armado que
pretenden liberar un Valle y no aspiran a gobernar”, me resulta poco creíble
esta afirmación, salvo la segunda parte; si bien el conocimiento de la zona les
podría eventualmente otorgar una ventaja estratégica, saben muy bien que la
tecnología finalmente los superará, por tanto, pretender “liberar una Valle”
con pistolitas y una que otra arma de largo alcance no termina por convencerme.
Es cierto que, además de las huestes
de los “Quispe Palomino”, no he leído que las que lideraba Artemio o Feliciano
y otros que están presos hayan resurgido, de esta constatación, podría
colegirse como lo hace el Historiador, señor: Antonio Zapata, que la muerte de
Alipio, Gabriel y Alfonso termine con este sector de terroristas. Pero,
¿estamos seguros?.
Preguntas:
¿Los Quispe Palomino actúan por su
cuenta?
¿Reciben propinas de los
narcotraficantes?
¿Podrían liberar el Valle cocalero
que todavía controlan o piensan que controlan?
¿Los regalitos que entrega el
gobierno a las zonas más pobres del País son una buena alternativa en la lucha
contra el terrorismo?
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