No soy partidario de la violencia, SÍ indeclinable defensor de la justicia. He leído y escuchado comentarios incendiarios sobre las declaraciones del Presidente Regional de Cajamarca, no he salido de mi asombro, personas “non sanctas” pero inteligentes, algunas doctas, están pidiendo la cabeza de un ciudadano que representa –aunque no les guste- el descontento de los pobres del País.
¡donde está la plata!, porque no ha invertido en infraestructura, ¡donde está la plata!, ¡se quitó la careta!, ¡quiere ser Presidente del Perú!, ¡que lo enjuicien por el delito de rebelión, tipificado en el Código Penal, espetaba una señora de voz ronca y ojos de lechuza!, ¡ya ves Humala, esperamos que hayas aprendido la lección, no vuelvas a juntarte con extremistas! Escriben otros, reformemos el Código Penal sentencian algunos hombres de Derecho para evitar estos exabruptos, entre los cuales no me encuentro.
En conclusión, al desconocimiento de la ley agregaremos a partir de la unión coyuntural de los que defienden un sistema que desde hace mucho tiempo sólo es bueno para ellos, el silencio, “la mordaza” gritarían esquizofrénicos los que se hacen llamar periodistas y los que estudiaron para serlo, si por ventura les cuestionaran sus opiniones, ¡este es el quid del asunto!, ¿No es la libertad de expresión y de información que en este momento ejerzo, pilar fundamental de la Democracia ?, ¿Cuántas veces en nuestra historia los medios, embozada o abiertamente (las últimas elecciones generales son una prueba) han propiciado el cambio no constitucional para dirigir los destinos de la Nación y nadie, absolutamente nadie del pueblo oprimido que hoy sólo demuestra su descontento y frustración gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación, estaba en posibilidad de manifestar su posición, por estar la masa maniatada y manipulada por las mentiras del poder expresadas en blanco y negro y a todo color? El tema medular, concluyo, es el miedo a no poder manipular como antes a un pueblo todavía ignorante pero sin duda alguna mejor informado.
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