LAS PROTESTAS SOCIALES Y RESPUESTA DEL GOBIERNO
Lo
que primero debemos analizar es el sector que protesta, pues existen
“protestas” y “protestas”, ejemplos: las provenientes de los Ex – Fonavistas, no tienen mayor
significancia para la Administración actual, ni tienen impacto alguno en la
marcha de la sociedad, la de los jubilados, en especial a los de la Ley N°
19990 a los que no se les aumenta desde el año 2001, mucho menos, tanto para el
Gobierno como para la sociedad, a los viejos que los mantengan sus hijos en el
mejor de los casos o que se mueran en el
peor, ¿Qué poder de coacción tienen ambas? ¡ninguna!, aún más, la primera demanda un costo que el Ejecutivo
no tienen la menor intención de cumplir y en la segunda, el Sistema Privado de
Pensiones está haciendo uso de todo su poder para que el Sistema Público
desaparezca, no es extraño, por ello, que en el “Mensaje del 28 de Julio”
nuestro Presidente, no obstante declarar que su gobierno se preocupa de sus
ciudadanos en todas las etapas de su vida, omitió mencionar al Sistema Público
de Pensiones, refiriéndose exclusivamente a la reducción de las comisiones en
las AFP, declaración equivocada en sus datos y señal irrefutable de su compromiso con el poder que maneja el Sistema
Privado de Pensiones.
¿Algún
grupo de la Sociedad Civil “protesta” por los Ex – Fonavistas o por los Jubilados de la Ley N° 19990? , ninguno o
usted amable lector, ¿conoce persona, organización u otra forma de colectivo
humano que haga suya la justicia reclamada por los viejos, pues lo son en ambos
ejemplos?.
No
sucede lo mismo si paralizan los trabajadores de la limpieza pública o el Poder Judicial o como en la hora presente,
los Médicos del sector salud; todos conocemos la respuesta, la paralización de los sectores
mencionados causa profunda desazón en los beneficiarios de los mismos, las
calles estarán sucias, la pestilencia y amenaza de enfermedades son preocupantes, como lo es la
pérdida de tiempo y dinero cuando los trabajadores judiciales se declaran en
huelga y de los médicos aún más, pues la vida de las personas corre riesgo.
La
diferencia no radica en las consecuencias de la protesta, sino en la medida que
nos afecta, a nadie, excepto a los involucrados, le interesa como se solucionen
estas últimas, en las primeras, ni siquiera pasa por nuestra mente pensar en
darle solución. El pensamiento es: “mientras no se metan conmigo y mis
intereses” ¡alla ellos!.
Por
eso es que el Gobierno o la administración regional o local concernidas, juegan
con las consecuencias para que la presión social convierta la lucha en un
reclamo bizantino que, como premio tiene un triunfo pírrico.
Nosotros
los ciudadanos no tenemos conciencia de clase, mucho menos de unidad y el
concepto de Nación se reduce al confort y bienestar personal.
Dentro
de pocos días, quince, tal vez, se solucionará en parte el reclamo de los
médicos; luego, comenzarán otras y en función a las consecuencias, la
Administración de turno actuará. Mientras tanto, los viejos cuya protesta sólo los afecta a
ellos y no a todos, seguirá durmiendo el sueño de los justos.
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