Muy bien, es la posiciòn del Jefe de la Iglesia Católica, no olvidemos que, cada ser humano puede y debe -si lo ve conveniente- expresarse conforme a sus convicciones sobre aquellos temas, dentro de la multiplicidad de problemas que, hipotéticamente- debe enfrentar e intentar resolver la humanidad.
El tema homosexual, de suyo complejo si lo vemos y pretendemos analizar desde la óptica religiosa, que, desde antiguo era formal opositora. nos enfrenta con el dogma: "El hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios" y al echo concreto de la existencia de la homosexualidad, posiblemente desde que el humano es reconocido como tal.
Por otro lado, la frase "todos somos iguales" no pasa de ser un cliché DESMENTIDO diariamente por el ejercicio del poder, declarar que, los homosexuales no deben sufrir por gustarle otro humano de su mismo sexo, no calza con la frasesita, los humanos que se mueren de hambre NO eligieron ese destino, ni les gusta ser pobres, para ellos el Papa pide caridad para los homosexuales respeto por sus gustos y son muchos, englobados en el término "homosexual".
Reclama el mayor defensor de la "plutocracia" en el Mundo, que se les permita tener familia y que las eduquen en la "Fe" de Dios, que estén protegidos en caso de desavenencias y los famosos "cuernos", que tengan como vivir si acaso muere uno de ellos.
Porqué los representantes de Francisco I en el Perù no abogan por las uniones de hecho libres de impedimento matrimonial, en la que uno de los concubinos le puede tirar una patada en los glúteos sin expresar ninguna razón que la motive a la otra y dejarla sin perjuicio alguno para el o la sinvergüenza , ES MÀS, CUANDO HEMOS ESCUCHADO a estos defensores de los ricos pedir IGUALDAD efectiva entre los peruanos, pero tienen la osadía de postular la defensa de gente que, no por el echo de haber existido siempre, por gustarle otro hombre u otra mujer con el, o la que desean vivir deben adquirir la legalidad QUE NO MERECEN, que vivan y sean felices sin estropear a una sociedad como la peruana si acaso conserva un hálito de decencia.
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