domingo, 1 de abril de 2012

Las palabras justas

No puedo olvidar el sufrimiento de mi esposa en Yurimaguas y sólo puedo escribir por ahora.

LAS PALABRAS JUSTAS


El tálamo reclama mi presencia,
los párpados cansados no
soportan el peso noble del sueño.

La vida reclama su cuota de ausencia,
la lucha por sobrevivir ha vencido
un día más y la pena, amiga de
todos, menos amarga nos parecerá.

No todos duermen, los oscuros piensan
a tiempo completo derramando lágrimas,
otean desde su atalaya los dominios
del creador, como si se los hubiera
concedido.

Ven pasar el hambre y sólo almíbar
acompaña su perezosa mesa,
¡a más hambre!, ¡más oscuridad!
resoplan mientras eructan, ¡más favores
debidos!, ¡más licencia para ignorar!.

Los oscuros y el séquito de aduladores
más oscuros aun, por ser invisibles,
depositan los domingos, el veneno para
alimentar quinientos años de olvido
con cuentos de eternidad.

Los oscuros profesan, cuando la ambición
se viste desnuda y sus ojos de gato infernal
comprueban que no falta nadie.

01 de abril de 2012
José Guillermo Anderson Anderson
Los derechos son del ser humano.

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