lunes, 26 de marzo de 2012

A cocachos aprendí.


¿A cocachos aprendí? ¡Basta ya!


En las últimas semanas, casi por un hecho casual, descubrí una de esas taras sociales que a los peruanos nos gusta guardar bajo la alfombra.  Está tan extendida y tan justificada que todavía no salgo de mi asombro por las respuestas que he recibido tanto por Twitter como por radio.
Vamos por partes. Hoy en el Perú está muy mal visto pegarle a una mujer. Aunque más de la mitad de ellas señala que ha sufrido alguna forma de violencia doméstica, por lo menos a nivel público, nadie podría atreverse a justificar golpe alguno. Es un pequeño avance, pero avance al fin. Si la vergüenza pública o la presión social pueden contener a algún potencial victimario, una víctima se habrá salvado.
Sin embargo, hoy en nuestro país, golpear a los niños y niñas está muy bien considerado.
¿Sorprendido? Comparto con ustedes algunas respuestas recibidas: “¿Cómo vas a corregirlo entonces?”, “a un chico malcriado un correazo, una cachetada, un pellizcón o un palmazo le hace bien, lo educa”, “mi papá me pegó mucho de chico y yo le agradezco, y ojo no soy ningún traumadito”, y una de mis favoritas por el nivel de brutalidad: “la Biblia dice que la vara endereza al niño”. Así puedo seguir, pero creo que estas pocas frases grafican bien la idea de la extendida aceptación social que tiene el origen de toda la violencia doméstica contra la que se viene luchando con tan poco éxito.
No sorprende entonces que el vecino al que el niño le rayó el auto con un clavo lo mande al hospital o que el niño que jugaba junto a un mototaxi esté hoy en el cementerio, luego de una larga agonía producto de la golpiza recibida. “¿Para qué contestan pues?”, “¿Para qué son malcriados?”. Muchos dirán “no pues, eso ya es un exceso”. “Una cosa es darle una pateadura y otra una cachetadita, nomás”. Pero eso sí, “si es a niño ajeno, pero malcriado, bien justificado”.
Nunca en mi vida he recibido un golpe y tampoco lo he dado. Lo considero un acto humillante para el que lo recibe, que sabe que es golpeado porque no puede devolver el golpe. El niño puede ser consciente de su falta, pero en la mayoría de veces la violencia que recibe es fruto de la ira descontrolada de un padre o madre (golpeados de niños) que no sabe contenerse y que no tiene otro recurso para educar que reproducir los mismos errores con los que él fue educado. Con esa marca en el alma, ese niño golpeado es candidato a ser victimario el resto de su vida. En la escuela o en su vida adulta devolverá cada uno de los golpes que recibió de niño. ¿De dónde sale la violencia doméstica si no es de ese círculo de humillaciones que se arrastra de generación en generación?
La escuela es otro espacio de violencia. En las zonas rurales del Perú aún se exhibe un chicote en el aula con profundo valor simbólico. Los mismos padres “autorizan” al maestro a golpear a sus hijos y a humillarlos públicamente sin que exista sanción alguna. Luego, el Estado tiene que invertir millones en normas antibullying sin saber por qué. La ley establece como agravante del delito de lesiones que sean los padres los victimarios. No hay una sola denuncia en el PJ de niños golpeados por sus padres. Y hay millones que lo son, todos los días. ¿No es hora detener esto?

MI OPINIÓN

Permítanme antes un mini comentario, los humanos podemos generar empatías o antipatías sin  que medie una razón valedera para ello, en el caso de la Señora Palacios me causa profunda antipatía, en más de una ocasión he aludido a este hecho, por lo tanto, por respeto a la mencionada ciudadana y a ustedes amables lectores lo dejo en blanco y negro evitando suspicacias o alguna inquina personal.
Bueno, contra mi voluntad voy a opinar, !ojala no me caiga mal el almuerzo!. Estoy de acuerdo en que maltratar a un niño ajeno o propio es un acto de cobardía. Recuerdo hace mucho vi una película o un correo, (no creo que haya sido este último), en la que un niño le dice a su padre, mientras le veía sus manos, "si yo tuviera unas manos tan grandes no te pegaría" , sin embargo, un correctivo físico si el niño (hijo propio NO el ajeno) no ha entendido ya con consejos o privándolo de lo que más le guste NO es malo, El Código Civil peruano legisla al respecto en el artículo 423º.

Artículo 423.- Deberes y derechos del ejercicio de la patria potestad
Son deberes y derechos de los padres que ejercen la patria potestad:
1.- Proveer al sostenimiento y educación de los hijos.
2.- Dirigir el proceso educativo de los hijos y su capacitación para el trabajo conforme a su vocación y aptitudes.
3.- Corregir moderadamente a los hijos y, cuando esto no bastare, recurrir a la autoridad judicial solicitando su internamiento en un establecimiento dedicado a la reeducación de menores.

La vida moderna NO es la época de la juventud de la comentarista, mucho menos de la mía, pero al igual que con el invento del "feminicidio" que es más una respuesta del legislador para complacer  presiones que una norma dictada con arreglo a la técnica jurídica,  podrá suceder que en un futuro no muy lejano el relajo estudiantil y el amor a los padres sufra un trastocamiento y sin darnos cuenta nos encontraremos con una sociedad que en treinta años será ingobernable y la propuesta de una funcionaria de declarar muertos civiles a los Maestros "ex-terroristas" será moco de pavo frente a desinteligencias de quienes dirigen la Nación a la que sin duda contribuyen posiciones irreductibles como la que  motiva este comentario.
No soy psicólogo, tampoco lo es la columnista, les contaré mi propia experiencia:
Vivía por entonces en el Distrito de Lince en la Capital de la República, por razones “x” mi padre era quien nos criaba, corrían los dos últimos años de la década del cincuenta, este escribidor era aficionado a leer los chistes de superman, batman, el pato donald, pero no tenía dinero, ¿Cómo hacer?,  por ese entonces se repartía leche en porongos, así que me agencie la amistad del lechero y me convertí en su ayudante, me pagaba un sol por el trabajito, ¡eran cinco chistes!, que escuela ni niño muerto, pasé como tres meses en esa danza hasta que un vecino (a) me atrevo a decir que fue una generosa mujer (para mí, en ese entonces, una desgraciada, hoy como es obvio, se lo agradezco profundamente) quien le comunicó a mi padre que NO iba al Colegio. Un buen día mi padre –en la noche anterior  NO me dijo nada- se presentó ¡no vas al Colegio!, seguramente estaba más blanco que el papel, además era muy delgadito, me cogió del brazo y frente a la bodega de la esquina donde vivíamos me dio una pateadura (¡patadas en el fundillo!) que esa noche no pude dormir, todo el mundo vió la soberana paliza, nadie se metió ni dijeron esta boca es mía, ¡nunca más falté a la Escuela! y no perdí el año. Si por esos inolvidables años se hubiese estado gestando un movimiento como el que desea la articulista, a mi pobre, querido y recordado viejo lo hubieran metido preso, gracias a ella aquí me tienen, NO fue malo el correctivo ¿no creen?; nada de que vamos a conversar y a explicarte lo malo que es no estudiar, para eso hubieron otros momentos.



No hay comentarios:

EXISTEN CUERVOS QUE NO SON MENSAJEROS DEL MAL, SON EL MAL MISMO

Mi esposa continúa AGRAVANDOSE, NO DUERME, solo dormita por escasos minutos sentada en una silla y a punto de caerse por su joroba, pues aho...