jueves, 8 de marzo de 2012

LA MUJER

Hoy 08 de marzo de 2012 celebramos el día Internacional de la Mujer, acabo de enviar este comentario a un prestigioso diario, pero sólo se publicará el día de mañana. He respetado, al trascribirlo aquí, el texto íntegro y una razón para ello es que posiblemente sea  mañana en el que pueda ser leído por la mayoría de  las amigas y amigos que me honran cada día al visitarme.


LA MUJER


He querido escribir esta nota hoy y no ayer que era su día. La primera razón ha sido el olvido y la segunda, intentando justificar lo injustificable,  porque hubiese sido uno más de los comentarios difundidos por la prensa en toda la República.

En mi vida han existido seis mujeres, mi madre Maura Betty, la señora Luisa, mi segunda madre, mi primera enamorada Sara, mi amada esposa María Jesús, mi hija Mirtha Carola y una mujer que por su tenaz lucha por sobrevivir y mantener a sus hijos después de ser abandonada por su compañero he llegado a querer intensamente, Lucía es su nombre, está muy lejos físicamente pero por siempre estará en mi corazón.

En homenaje a quienes debemos nuestra presencia en el Mundo,  representadas por las seis mujeres de mi vida,  me permito esta breve, difícil y emotiva nota de amor hacía ellas.

Hoy en día la igualdad de género ha alcanzado la más alta prioridad en las relaciones humanas, las mujeres han demostrado en esa lucha intensa el coraje y decisión de las madres que ha sido y es, por lo menos para mí, su función principal, enfrentando las contingencias de vivir apoyadas por ese don natural y maravilloso.

Hoy en día también, el ser madre está ocupando un segundo plano, centrado está el debate en su desarrollo y realización personal, aspiración de cualquier  humano y no puedo estar en contra de ello, por otro lado, las organizaciones feministas libran una dura batalla a nivel mundial para evitar la violencia contra la mujer –permítanme decirles que hay mujeres que le pueden dar verdaderas palizas a los hombres- la libertad de  decidir cuando deben o no ser madres.

He aprendido de las mujeres de mi vida –ninguna de ellas, por cierto, interesada en la igualdad de género, ni cuando deberían o no ser madres, es probable, de haber existido luchas semejantes en los tiempos que les ha tocado vivir, por lo menos en su fuero interno, no estaría escribiendo ni ustedes amigas, amigos leyendo estos garabatos- en primer lugar la valentía inigualable de mi esposa, la sabiduría de mi querida segunda madre, la fortaleza ante la adversidad de mi madre y de Lucía, el amor inmenso de mi hija por sus hijos y de Sara de quien recibí mi primer beso (tenía 15 años) pude ver la luz cegadora de la ilusión.

Es pues mi homenaje a la mujer como madre, ha de bastar serlo para que nuestras queridas compañeras o las que por esas cosas de la vida conocimos demasiado tarde, hubiésemos deseado que lo fueran, para que la valentía, sabiduría, fortaleza, amor por sobre todas las cosas, fluyan como un manantial en cada una de sus decisiones.

Un beso intenso para las seis mujeres de mi vida y para todas las mujeres de nuestra Amazonía y para todas las que han leído este último abrazo.





2 comentarios:

Iván Emmanuelli dijo...

Leer estos garabatos (como tu le llamas) ha sido un honor. Yo he sido remiso en haber hecho algo semejante. Mi honor es mencionar Aqui a cinco mujeres mi abuela Julia que me enseñó la intensidad del verbo amar. Segunda mi madre Pura. Una luchadora tenaz y que me enseño a amar a otras y respetarlas. Mi primer amor Carla. Con ella aprendí a ser hombre. Mi amada esposa Ruth. Con ella he aprendido tanto que la lista es interminable y continúa aún ahora. Pero sobre todo me enseño a amar porque si. Porque el amor es digno de ser. Y por último mi hija Ruth Alexandra en quién he visto plasmarse lo que he aprendido. Que Dios las bendiga a todas.

Fr. Iván Emmanuelli

Iwec3041@gmail.com

mariela dijo...

Buena Guillermo

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