El autor hace algún tiempo, no mucho, quizás unos seis meses atrás, escribió sobre los carnavales, un ritual sin lugar a dudas pero a diferencia de este artículo ese ritual se practica, siendo de conjunto, como una suerte de liberalización personal, pues, sostenía el señor Mercado (estoy recordando) que expresar sentimientos y/o emociones retenidas porqué su manifestación en la vida cotidiana originan un rechazo social liberan a quién es partícipe del agua derramada sin discriminación en las horas que el calor la reclama.
El "ritual del fútbol" nos ha unido afirma Alexander Huerta, pienso que se está adelantando a los acontecimientos por venir (el juego contra Australia) hoy a raíz de la eliminación para continuar jugando, las cosas ya no son como las ve el señor Huerta, la unión que se afirma en un negocio no cala en el imaginario popular pues, acabada la fiesta la realidad, el abuso del poder y la comprobación de la manipulación que este artículo tiene, por muy bien intencionado que fuese, son una cachetada a la pobreza y efímera unión respecto de un "ritual" en el que, por lo leído hasta este instante, terminaría con un monumento a los jugadores si hubieran avanzado a la siguiente etapa.
Lamentable que el destino del Perú se pretenda sostener en un ídolo con pies de barro.
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