Buenas tardes a mis amigos reales, virtuales y amables lectores, tan reales que resulta difìcil diferenciar unos de otros,
Desde hace una semana màs un dìa, vivimos, mi esposa y yo, en el Cusco, exactamente en el Valle Sagrado, Distrito de Urubamba, Provincia de Urubamba en Casa de nuestra hija, yerno y muy amados nietecitos, Es el inicio del fin de una vida que, como todas, estuvo llena de alegrìas y quebrantos, por ello al reincorporarme a lo que amo y a la voz que desde mis entrañas emerge, deseo dedicar a mi esposa el poema que sigue, desde mañana, Dios mediante, las ideas contenidas brotaràn a la luz con la furia del pensamiento expresado con la vehemencia caracterìstica de mi personalidad. UN GRAN ABRAZO PARA TODOS USTEDES<
Con estas manos antiguas
como el tiempo que me has
regalado, desde aquella tarde
vestida de azul, me ofreciste
tu alegría a cambio de la
austeridad marcada de noches,
tan noches como las broncíneas
manos de mi padre.
Con estas manos de telùrica agonìa
no descansan aun en su bùsqueda tenaz
de placeres idos y la tibieza del amor
compartido en tu regazo.
Ah, insensato y torpe
he sido
no cumplì tus màs caros anhelos
sabiendo que sacrificabas el festìn
de la abundancia para saciarte de mì
y no terminas aun ese compromiso.
Con estas manos deseo hoy
acariciarte toda aunque me regañes
y me digas ¡mañoso, serà mejor que
laves los platos!
Josè Guiillermo Anderson Anderson
28 de Setiembre de 2020
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