Son dos las niñas que amor te ofrecen.
Son dos los brazos que estrecharte piden.
Son dos los deseos que morir no quieren.
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¡Dios!
¡Il cuore humanum est!
Mi esposa continúa AGRAVANDOSE, NO DUERME, solo dormita por escasos minutos sentada en una silla y a punto de caerse por su joroba, pues aho...
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