La dignidad de la vida humana
Ernesto Álvarez Miranda
12 Ene 2021 12:30 am
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George Orwell en su novela “1984” expuso a sus lectores que
la ideología que impulsa la concentración sistemática del poder es
suficientemente astuta para presentar sus propuestas con términos ‘correctos’,
desnaturalizando sus significados; así, la burocracia encargada del
aniquilamiento de los disidentes era el “Ministerio del Amor” y el aparato
bélico el “Ministerio de la Paz”. En la segunda mitad del siglo XX el comunismo
quiso apropiarse de la palabra “democracia” vaciándola de su natural contenido
teórico, no nos debe extrañar entonces que desde el marxismo cultural surja una
nueva moda ideológica bajo la apariencia de liberalismo: la muerte digna.
Para engatusar a los inocentes, se sostiene la necesidad
imperiosa de que el Estado garantice que todos podamos decidir cuándo morir, al
margen de cualquier valoración moral; sin embargo, el suicidio no constituye
delito; tenemos la libertad de arriesgar nuestra vida e incluso de ponerle fin,
en tanto no afectemos los derechos de otras personas. Con ese razonamiento, es
que se multa a quienes asisten a fiestas en plena pandemia e incluso se podría
obligar a la vacunación, pues nuestras decisiones pueden tener consecuencias
con los demás. La libertad, como los derechos, tiene límites; por cierto, la
vida también los tiene.
La vida NO tiene límites para los suicidas, la interrumpirán cuando no puedan soportarla, debo agregar que Alvarez Miranda escribe de límites de la vida para justificar lo que después leeremos.
Hoy es posible, bajo ciertas condiciones, desconectar los
equipos que mantienen con vida a la persona que no registra actividad cerebral
e incluso en algunos países, cuando no existe la posibilidad de retorno de un
estado de coma. Pero la campaña desatada ahora no apunta a decidir cuándo
suspender los procedimientos que permiten vivir de forma asistida, sino a
permitir que una persona consciente, hastiada de su enfermedad, logre que un
médico le aplique una sustancia química que le cause la muerte, sin
consecuencia penal ni reproche social. Ese el punto más delicado, pues
supondría legitimar la aplicación de la muerte a pedido, lo que inevitablemente
nos recuerda las objeciones morales a la pena de muerte.
COMENTARIO
No es propio de un ser pensante escribir o hablar de "vivir" si como el propio Alvarez menciona, mantenerse en un estado VEGETAL demanda la asistencia de la ciencia, pues sin ella, quien se encuentre en esas condiciones, no podrá seguir respirando, en consecuencia Alvarez deberá explicar que entiende por VIVIR,
La dignidad humana no es de exclusiva titularidad del
individuo, es también patrimonio de la comunidad. Trasciende al individuo para
constituirse en valor social, moral y, por supuesto, constitucional. De esa
forma, si decidimos libremente que nuestras circunstancias son insoportables,
no podemos contratar legalmente a un sicario para que nos asesine. La
pretensión ideológica es que el juez acepte banalizar la vida humana permitiendo
ahora la eutanasia, como si la dignidad dependiera de la salud y de la
felicidad, y mañana normalizando el aborto, como si esa misma dignidad
apareciera milagrosamente en las manos del obstetra.
COMENTARIO
No sé, pero por lo que escribe Alvarez Miranda debió estar bajo la influencia de alguna bebida espirituosa o volando con sus sueños de opio, LA SOCIEDAD nada tiene que ver ante la decisión de un humano que no puede soportar los dolores de la enfermedad sin que la ciencia pueda hacer algo por aliviarlos, su existencia NO es ni puede ser protegida por la Sociedad pues, su sola presencia nos recuerda la fragilidad de la especie humana y el cruel destino que el infierno del enfermo nos permite ver, ¡BIENVENIDA SEAS MUERTE! nunca como en esas circunstancia los que no están en el pellejo del sufriente amarán más la vida, bendiciendo la partida de quién durante muchos años fue reconocido como un humano valioso y necesario en la sociedad.
Termina el columnista pretendiendo comprar la "eutanasia" con el "Aborto"no existe ninguna relación entre una y otra MAS QUE LA MUERTE, en la primera se pide extinguir una vida en la segunda se impide que esa vida se desarrolle.
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