Richard Webb
14.01.2018 / 05:30 am
“Llevo algo más de medio siglo
trabajando como economista y no recuerdo un año en que no haya sonado la
alarmada advertencia de que vivir con extrema desigualdad económica equivalía a
vivir al pie del volcán.”
Con esta sentencia comienza el
señor Webb su ilustrado parecer y lo concluye de la siguiente manera:
“Esa realidad psicológica (vivir
al pie del volcán recuerdo) se hizo evidente con el trato diferenciado que
tuvieron las medidas redistributivas del gobierno de Velasco. Recibir rentas de
propiedades agrícolas era particularmente pecaminoso. Recibir utilidades de una
fábrica merecía menos castigo. El comunero con diez hectáreas, que se niega a
compartir con su vecino que tiene solo una hectárea, lo hace diciendo que el
vecino es un flojo y un borracho y que no merece ayuda. La lucha entre el
mérito y la necesidad empieza en el peldaño más bajo de la escalera
distributiva.”
QUE PIENSO
Este último párrafo alude a la UNIÍON replicando lo que sostuviera
el ex – Ministro de Agricultura, señor Hernández en reciente entrevista
propalada por ATV+ (que no por ser
cierto en su conclusión) deviene en irrealizable en la práctica, pues es la
propia pobreza y el individualismo de centurias que ha nutrido nuestra sociedad
lo que determina, en mi concepto, epítetos como “borracho”, “haragán” y demás
señalamientos que son “moneda corriente” en las redes sociales, así por
ejemplo, aquellos que gozan de un nivel de vida apropiado y se cuestiona el
sistema, responden con la misma “muletilla”.
Cierto es y el PODER se encarga
de relievar éxitos de los que “empezaron sin nada” y hoy amasan una fortuna, mas esta es una verdad
a medias que esconde brutal mentira, pongamos como ejemplo a la persona
recientemente capturada “asesor del MTC” en la gestión del Ministro, Paredes me parece es su apellido y permaneció en el cargo de “asesor”
durante la gestión del mencionado Ministro; en la administración de la pareja
Heredia/Humala, lo curioso de este hecho es que el sujeto apellidado García
creo, la memoria reciente no funciona muy bien, ES BACHILLER en algo, pero
gozaba de la confianza del Ministro, sino se hubiera descubierto la felonía de
García y DEBEN EXISTIR MUCHOS que se han hecho millonarios violando la ley,
García se incorporaría al selecto grupo de acomodados que exigen “trabaja como
yo y no andes envidiando lo que tiene otro”.
“Vivir al pie del volcán” ha
determinado en la Historia de la humanidad todas las revoluciones populares y
no son los ricos los que se defienden, mandan a sus esbirros para enfrentar las
justas protestas contra el sistema y como
estos sin sus mentores formarían parte de la masa pobre cumple cabalmente su
trabajo.
Hace algunos meses leí un chiste
que tiene relación con lo anterior:
El hijo de un potentado ha
terminado sus estudios secundarios pero es, para decirlo piadosamente, un poco
flojo y no le daba la gana de seguir para adelante, el poderoso padre acude a
un amigo y le pide le consiga trabajo, a los pocos días el amigo dice: “ya está
le he conseguido trabajo de “asesor” en la institución tal con un sueldo de
veinte mil soles, NOOO, responde el padre, algo menos, nuevamente a los pocos
días el amigo le dice yaaa, entrará a trabajar como Jefe del departamento de
Compras de la empresa “xyz” y su sueldo será de Diez mil soles, NOOOO, replica el padre encolerizado, ¡¡quiero
que empiece desde abajo!!, ¡como auxiliar! Con la remuneración mínima, ¡Caray
hermano! Me pides algo muy difícil, para esos puestos se exige curriculum
vitae, experiencia, excelentes calificaciones, lo siento muchísimo pero no te
puedo ayudar.
Finalmente estimados amigos NADIE
labra su fortuna sin ayuda, n mi caso, mi padre era muy pobre, vivíamos en un
cuartito conjuntamente con mi hermano, mi
viejo era cerrajero y contestatario, tuvo muchísimos trabajos porque mandaba –ya
saben dónde, a sus empleadores- cuando le tocó trabajar en el Callao nos daba
para el pasaje de ida y poder almorzar en la pensión de la señora “q” que
revolvía los tallarines con sus dedos (me negaba a comer esos tallarines) y
regresábamos a pie hasta Breña con mi querido viejo contándonos cuentos de
fantasmas y otros. Una vez no tenía dinero y lo acompañamos a visitar a su
hermano Pablo y a su hermana Eloísa para que le prestaran dinero y poder ir a
un hotel, ninguno lo ayudo, el marido de mi tía le dio veinte soles y con ese
dinero nos paseó en el Tranvía Lima – Chorrillos hasta las tres de la mañana y luego
nos echamos en el pasto en lo que es hoy el Paseo de los Héroes frente a la
Penitenciaría (hoy el Hotel Sheraton) dos días pasamos la noche de esa manera y
bueno la pobreza nos hace fuertes, ¿Cómo llegué a ser Abogado? Aunque NO lo crean
porqué aprendí a jugar Ajedrez el que
iba a ser mi suegro a quien ayudaba a descuartizar las reses, un día me dijo “Guillermo
recorta estas figuritas, pégalas sobre un cartón, lo mismo hace con este cuadro
(el tablero), en los momentos de descanso nos poníamos a jugar y me masacraba
una y otra vez. De pronto un día, en el que íbamos a tomar café con mi padre y
hermano al cefetín de “Los valientes” propiedad de un gran amigo nisei Juan
Tamashiro (está en la tierra de sus ancestros y vivo, espero) Juan estaba
jugando Ajedrez, me puse a observar casi todos los días, hasta que un día me
invito a jugar (era un pequeño grupo de amigos amantes del juego ciencia) y como
era tan malo (tenía 16 años) me daba consejos, poco a poco fui aprendiendo y un
buen día volví a jugar con el ya casi suegro, le ¡gané! Nunca más me volvió a
ganar hasta que ya no quiso jugar. Por aquellos años además del centenario Club
de Ajedrez de Lima, existía el Club de Ajedrez El Peruano, dirigido por el cinco veces campeón
nacional arequipeño él; El inolvidable Maestro José Andrés Pérez Alcocer, por
entonces el juego ciencia era practicado mayormente por gente de clase media y
pude relacionarme poco a poco y sobre todo aprendiendo no sólo Ajedrez como es
obvio.
Me casé a los 23 años y sólo era
un oficinista pero no dejaba el Ajedrez, cuando cumplí 35 años me di cuenta que
si seguía como hasta entonces el futuro de mi familia lo veía muy negro, decidí
presentarme a San Marcos sin preparación alguna, perdí el ingreso por 1.60
puntos, obtuve 10 y el último en ingresar alcanzo 11.60.
Al año siguiente, después de seis
meses depresivos me presenté a la San Martín de Porres, NO lo hubiera podido haber hecho sin el apoyo de
Don Adalberto Bedon Calda Gerente General de la empresa donde trabajaba (que en
paz descanse) NO ME REGALÓ NADA le
devolví hasta el último sol que la empresa por su orden me prestó. El resto
corrió por mi cuenta naturalmente, ¿Por qué no tengo plata? Pues porqué nunca
he aprendido a cobrar y algunos avatares familiares que no vale la pena
mencionar.
Sin el apoyo decidido del Gerente
de la empresa donde laboraba NUNCA me hubiera graduado de Abogado ni siquiera hubiera podido postular.
NO ES PUES TAN CIERTO lo que
sostiene el señor Webb, la indiferencia al dolor y necesidades ajenas se nutren
de la misma pobreza alimentada desde lejos por el individualismo que promueve,
desde siempre el poder.
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