El Café suele hablarme
del amor, de nostalgias,
penas y de toda melancolía.
El Café me sabe a hierba
trabajada en el ocaso para
satisfacción del nuevo día.
El Cafe intenso lejos está
de la lluvia y del milagro
bullendo en cada una de sus
gotas.
El Café es un dios milenario
ajeno a los desastres
de la lluvia en sus tormentas.
El Café es un trago amargo
endulzando la trágica comedia
de la vida.
Guillermo Anderson Anderson
03 de etiembre de 2018
Los derechos son del ser humano.
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