He visto dos películas seguidas, una francesa: "La Piel de Zapa" y otra americana: "La Huesped".
En la primera, un personaje, que puede ser un demonio, le ofrece a un ciudadano en la ruina económica, la "Piel de Zapa" que cumplirá todos sus deseos, pero con cada deseo concedido la piel se encoge y la muerte llega cuando la piel desaparece.
En la segunda, un mundo "espiritual" (almas) conquistan los Mundos que visitan apropiándose del cuerpo de los humanos como argumento de la película. Las almas son muy poderosas y sustituyen al humano sin resistencia, pero una mujer no pudo ser doblegada.....
Cito ambas, porque por extraña coincidencia, ambas sostiene un mismo pensamiento para el que las ve y sepa comprender.
En la primera el "demonio" o lo que sea que lo sustituya, unas horas antes de que el sujeto que recibió la piel muera, le dice:
"La muerte no tiene importancia cuando conocemos el propósito de la vida"
En la segunda, el alma que ocupa el cuerpo de la mujer que no se dejó doblegar, decide "morir" para liberar a la chica, antes de hacerlo dice:
Después de tantas vidas que he tomado recién encuentro una razón para morir"
El propósito de la vida también lo podemos ver en "La Strada"
Tal vez no le interese a nadie o tal vez a más de uno, nunca lo sabré, pero la reflexión de tal pensamiento, a estas alturas de mi vida me parece impostergable, es una pena que no haya pensado así en mis años mozos y en aquellos en los que la madurez me obligaba a hacerlo.
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