Pienso en el
reconocimiento a las calidades, virtudes, influencia del pensamiento,
convicciones y capacidad de liderar cambios en las mayorías, aspiración humana esperada por quien las
detenta o piensa ciertamente en ese sentido, en el lado opuesto existen
personas que
prefieren no asumir la dirección de ningún colectivo pero si prestas a criticar
el trabajo de otro.
En la coyuntura
actual los hay de uno y otro lado, no obstante entre los críticos debemos
agregar los pagados por los adversarios con el objeto de restarle una o más de aquellas
virtudes por las cuales es reconocido, una suerte de traición a la ética y al
honor.
La traición en el
Perú se asienta en la época de la conquista proyectándose a nuestros días, la
traición es ausencia de HONOR, de respeto por los derechos propios y ajenos,
quien traiciona NO tiene ética, ni sentido de responsabilidad, mucho menos
honor, existen a mi juicio niveles de traición, se traiciona a un amigo sea una
persona de bien o un criminal, se traiciona al ser querido al buscar contento
en otro cuerpo, pero, siempre en mi opinión, NO existe peor traición que la traición a la
Patria.
En 1990 el pueblo
peruano –por lo menos una mayoría “democrática”- traicionó a sus ancestros, a
la tierra de su nacimiento, a la luchas por ser independientes, a la sangre
derramada por siglos de abuso, olvido y explotación aun así muy lejos de
aquella que entregó el Perú al dominio ibérico.
En 1990 se eligió a
un extranjero para la administración de nuestra Nación, ¿recompensó ese extranjero
la fe de los millones de traidores?, veamos:
Para cambiar al
Perú hay que
sentirlo hasta los huesos, escupir sangre de frío o de dolor, hay que beberlo en soledad
para intentar comprender el olvido y esencialmente sus perversas consecuencias.
Ese extranjero
realizó obras de comunicación importantes, destruyó los sindicatos, creo la más
nefasta red de control y dependencia humana al fomentar la informalidad y el
individualismo caníbal que
en la hora actual no es sino el reflejo de
la mayor traición sufrida por el Perú ¡su entrega al conquistador
español ni siquiera por trece monedas!. Dio pase a la creación del ROBO MÁS
ASQUEROSO DE NUESTRA HISTORIA al esfuerzo de millones de trabajadores,
promulgando la Ley del Sistema Privado de Pensiones y hoy por ese
individualismo caníbal NINGÚN candidato a la Presidencia se ocupa de él, salvo su
hija defendiendo a las aseguradoras
extranjeras y a las pocas familias peruanas propietarias DE LAS AFP y de un ROBO
INSTITUCIONALIZADO CON ARREGLO A LEY.
Casi 30 años después
la hija de ese extranjero por el cual nos encontramos como estamos, con una
brecha entre ricos y pobres cada vez mayor y un gringo tan viejo como la
hipocresía que ambos trasuntan en cada una de sus presentaciones pretenden
gobernar al Perú y existen todavía treinta por ciento de traidores “democráticos”
dispuestos a votar por ella y un poco menos los dispuestos a elegir al gringo.
Si decidimos otorgar una vez más a un extranjero la administración del País no nos quejemos
de la entrega de nuestros recursos al Capital foráneo, la privatización del
agua, de esterilizaciones, ni de ejecuciones extrajudiciales, ni del olvido
secular de las necesidades mayores de los peruanos más pobres, NO nos quejemos
DEL INDIVIDUALISMO y de todos los males por él prohijados, no tendríamos
autoridad moral para hacerlo si por tercera vez un grupo de traidores entrega
la Patria por un inexistente plato de lentejas.
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