CARTA ABIERTA AL SEÑOR MANUEL MERINO
Por: Cesar Hildebrandt
Lima, 12 de noviembre de 2020
Señor Manuel Merino de Lama:
Es usted el presidente de la república que reconocen y
aplauden los políticos de la decadencia, los congresistas que aspiran a
prófugos, los exparlamentarios que entrevista el canal donde Milagros Leiva
ejerce el viejo oficio de la anuencia. Pero la mayor parte de los peruanos no
lo admite como máxima autoridad y no importa lo que le digan los aduladores que
ahora lo rodean.
COMENTARIO
Aventurado mencionar "aduladores" cuando el 90% de los medios difaman al Presidente del Perú por sucesión Constitucional, señor Manuel Merino de Lama, al que no conozco ni en pelea de gallos borrachos.
Hildebrandt, sin análisis por medio, descarga parte de su flamígera batería idiomática sin explicar ¿Por qué lo condena?, Merino, en esta primera parte es un "perro rabioso" al que todos deben repudiar, sentenciado por el periodista mas pequeño de la farándula política en el País.
No se tome las cosas muy en serio, señor Merino. Usted ha
nombrado primer ministro a un gato techero al que le quedan varias vidas, a pesar
de las que perdió en el ridículo, en su paso por el PPC o el alanismo saqueador
y en su afán insaciable de figuración para las cazuelas. Este gato, señor
Merino, no solo odia a las llamas y a los huanacos sino que está acostumbrado a
comer ratones de provincia, por lo que podemos decir que seguridad del estado
debiera instaurar medidas especiales en aras de su integridad. Lo que quiero
decirle es que Ántero Flores-Aráoz se encargará de figurar como el presidente
de la república en acción y le dejará a usted, que apenas puede leer, el papel
que tiene la reina Isabel en el Reino Unido.
COMENTARIO
Los genios, genios son, el resto vulgares advenedizos, inevitable petulancia de quién piensa estar por encima del Infierno sin tener asegurado el Cielo.
Ciertamente haber elegido al viejo RUIN de Flores Araoz es un estigma que pesará muchísimo en los próximos ocho meses y varios de los "nuevos" Ministros son conocedores del sector al que han sido nombrados, esperemos que lo hagan bien.
Por otro lado, ni los adivinadores más competentes, superarán al pequeño mago de las palabras, virtud poco apreciada en el Perú. Podrá el Presidente no haber concluido estudios superiores, más detenta el PODER y deberá DEMOSTRAR que representar al Perú no le queda grande ni lo hace mejor persona de la que era antes de jurar el cargo.
Ha dado usted un golpe instigado por lo peor de la política
peruana. Ha reunido usted a la mugre y al miasma, al prontuario y a la
requisitoria, a la ignorancia y a la avidez, y con todo ello ha hecho usted una
ceremonia de investidura presidencial. Cree usted que así pasará a la historia,
que será inevitable que el futuro lo nombre y que la memoria colectiva le
reserve un lugar de privilegio. Qué ingenuo es usted, señor Merino.
¿Sabe usted cuántos “presidentes de la república peruana”
yacen en el merecido anonimato? No son pocos. ¿Alguien recuerda a Francisco
Valdivieso y Prada, elegido por el congreso en junio de 1823? ¿Alguien tiene en
la cabeza a Manuel Salazar, que nos gobernó como “encargado del ejecutivo”
desde septiembre de 1828 hasta junio de 1829 y que llegó a ocupar el máximo
cargo, con igual intrascendencia, en otras tres ocasiones? ¿Estudian en nuestra
secundaria a Antonio Gutiérrez de la Fuente, que dio un golpe de estado y mandó
en el Perú de junio a septiembre de 1829 y que después fue presidente furtivo
en otras dos ocasiones? Claro que no.
COMENTARIO
Caminante, caminante, no hay camino se hace camino al andar"
Eso es lo que le espera, señor Merino. No será usted, con
los años, ni siquiera un pie de página, una aclaración en bastardilla. ¿Cree
que soy mezquino? A ver, ¿quién rinde hoy homenaje a los señores Juan Ángel
Bujanda, Juan José Salas y Juan Bautista de Lavalle, fugaces mandatarios que
reemplazaron al autonombrado presidente Felipe Santiago Salaverry? ¿Dónde están
los monumentos y los libros dedicados a Manuel Menéndez Gorozabel, que gobernó
el Perú entre noviembre de 1841 y agosto de 1842? ¿Y dónde está la bibliografía
abundante en torno a personajes como José Miguel Medina, Juan Manuel del Mar o
Manuel Costas Arce, todos primeros mandatarios condenados al olvido? Para no
hablar de los levísimos Ricardo Elías Arias y Gustavo Jiménez, presidentes del
Perú del 1 al 11 de marzo de 1931.
COMENTARIO
El chato demuestra la envidia que le corroe el alma y lamento decirlo pues con la misma edad que la mía, se le agotaron sus balas y no le quedó más alternativa que ir al baño y rezar por buenas ideas, no funcionó, has perdido el toque, no critiques si lo que sientes es ira, cólera o los pensamientos te quemaron las neuronas.
Eso le espera a usted, señor Merino: la fosa común de las
torpes ambiciones, del oropel en traje de grandeza, de la chanfaina que quiere
ser banquete. ¿Quería usted pasar a la historia? Pues hubiera podido intentarlo
cumpliendo su tarea de presidente del congreso, que eso ya era bastante para
sus aptitudes.
COMENTARIO
Aun cuando pudieras tener razón, el odio o la vacuidad de tu corazón no te da derecho a menospreciar a un hombre del que puedes saber cosas, malas o buenas, más aquellas que ésta, pero ignoras la altura del Presidente del País, para enfrentar el mayor reto de su vida.
Pero el hambre de notoriedad pudo más. Fue usted convencido
por una gavilla de que era el hombre que podía entrar por la ventana a las
celebraciones del bicentenario y aceptó el encargo. Para eso hubo de aliarse
con Acción Popular y con Alianza para el Progreso, con el antaurismo
armagedónico y con la corte de inminentes requisitoriados que pueblan el
congreso.
En cierto sentido, nos ha hecho un favor. Ya nadie podrá
dudar de la podre que ha empezado a cundir en ese organismo que una vez fundó
Fernando Belaúnde y que tuvo como doctrina al Perú, lo que jamás significó algo
que no asustara. ¿El Perú como doctrina? ¿Cuál Perú? ¿El de la página once, el
de Guvarte, el de aquel primer ministro que todo lo permitió con tal de que la
farra espolvoreada continuara? Ya sabemos qué es Alianza para el Progreso: una
firma fundada por un bufón que por lo general anuncia lo que habrá de incumplir
y que ha hecho una megafortuna fabricando diplomas que no valen ni el cartón en
que están impresos. Con esos se ha aliado usted, señor Merino, para fingir que
es presidente y para presidir por un semestre el país que hoy lo repudia. Con
esos se ha aliado y, además, con Podemos, salida del patíbulo y que congrega a
la mejor carne de presidio del congreso. Y a toda esa federación de gentuza
sume usted al fujimorismo siempre atento y al supurado aprismo que dejó el que
huyó de la justicia pegándose un tiro salvador. Ponga usted todos esos
ingredientes en una licuadora, licúe, vierta el contenido en un envase y
entrégueselo a la baja policía. O brinde, si, como parece, quiere usted
brindar.
COMENTARIO
Escribes a la tribuna, para la inmensa población de desinformado y MAL educados que, concluirá, ¡lo ha escrito el chato pomposo, -que inteligente es-! y los pobres diablos, disfrazados en el brillante apodo que se han impuesto la "Generación equivocada" marcharán y marcharán hasta que se aburran o les deje de importar este artículo lleno de cojudeces, odio, rencor y envidia.
Para deshacerse de un presidente salpicado por la
corrupción, se ha aliado usted a los corruptos. Es usted ahora socio intrínseco
de Pepe Luna y Édgar Alarcón, a quienes esperan un pecto numérico y una ventana
de barras. Es usted socio univitelino de Ántero Flores-Aráoz, que es la nada
que habla, el fantasma que pena desde aquella imaginaria republica
aristocrática.
¿Qué principios invoca su gobierno usurpador, señor Merino?
¿El de la restauración de la dignidad? ¿Y qué hace usted entonces con Omar
Chehade y Juan Sheput?
Vizcarra debía responder a la justicia cuando terminara su
mandato. No tenía escapatoria. Pero a usted le pudo la codicia y nos ha puesto
en esta situación, una en la que a la catástrofe de la pandemia se suma hoy la
flamante ineptitud de su oscuro gabinete.
COMENTARIO
Que pena Hildebrandt, Vizcarra te pondría en el altar de su propia infamia, sin duda será juzgado pero condenado, porque no le preguntas a la pareja Heredia/Humala y el 2026 con tu ayuda y la de todos ,los mermeleros volverá y tal vez esa masa amorfa a la que te diriges le renueve su confianza porque en la repetición está el gusto.
Buscando la historia y sus olimpos ha hallado usted la
manga, señor Merino, el cómic, la caricatura. Que Vizcarra fuese un investigado
altamente sospechoso de ser culpable no le daba a usted el derecho de emplear
un artículo inaplicable de la constitución para crear esta zozobra. Estamos en
pandemia, la crisis continúa, la OEA no nos reconoce y del extranjero llegan
señales ominosas sobre lo que puede ocurrirle a nuestra economía en esta nueva
fase de tumultos, represión e incertidumbre.
Tiene usted a un congreso que lo profirió, se ha abalanzado
sobre el ejecutivo, tiene el propósito -ya lo insinuó el gato marrullero que
tiene al costado- de nombrar a un Tribunal Constitucional ad hoc y cuenta con
la fidelidad de las fuerzas armadas. ¿Hasta dónde quiere llegar? ¿También
quiere la calle? ¿Por eso ha dado usted la orden de reprimir a cualquier costo
las manifestaciones donde la gente repudia su interinato?
No representa usted a la nación, señor Merino. Representa a
un congreso que se ha ilegitimado y ha tomado el palacio donde le cortaron el
gaznate a Pancho Pizarro. Piénselo.
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