Ayer, 04 de noviembre de 2019, se registraron acontecimientos particularmente interesantes (NO importantes) porqué nos incentivan a pensar, veamos cada uno de ellos:
PRIMERO: Declaraciones de una dama en la que destaca su rostro de belleza helénica y la oscuridad del medioevo, cualidades que superan largamente su capacidad de mentir y manipular, indicando que el señor Martín Alberto Vizcarra Cornejo está actuando como Hugo Chávez y está clarísimo que quiere perpetuarse en el poder; En otras palabras, para Martha Chavez a la que imagino dentro pocos años, con cara de bulldog y asistente de Luzbel, pretende encajarle al señor, ya mencionado,(Vizcarra) el título de izquierdista, patraña en la que la han antecedido personajes de la cúpula de un partido manejado por japoneses y "periodistas de mentiritas o de ocasión" esclavos fieles que viven con muchos privilegios, una cofradía de amantes de las tinieblas disfrutando del dolor ajeno, pero, me pregunto: ¿Por qué nos venden ese cuento?, primero porque son de la "derecha"y si el sujeto ya referido, como buen espanta pájaros fracasara (para mí no sólo fracasará sino que al terminar su gestión lo enjuiciarán y encarcelarán) aparecen los japoneses y los "periodistas de mentiritas o de ocasión" para, una vez más, refregarle al pueblo la idea que la izquierda no es una opción viable y en efecto, por lo menos en una Nación al borde de la anarquía como la nuestra NO lo es, pero no por Vizcarra que de izquierdista tiene lo que yo de experto en la "teoría de las cuerdas", como corolario ELLOS, los japoneses, son la solución.
SEGUNDO: La prisión preventiva para 14 abogados involucrados en arreglos y/o coimas en arbitrajes que Odebrecht le ganó al Estado peruano, no tendría nada que comentar al respecto si medios televisivos no hubieran cuestionado la prisión preventiva, no, con posiciones jurídicas, como las utilizadas para el encierro de la pareja Heredia(Humala, sino apelando a la trayectoria y supuesta honorabilidad de algunos que, por rara coincidencia no estuvieron presentes en la decisión del juzgador y, como se trata de los arbitrajes vino a mi memoria el comentario de un colega, experto en arbitraje que lo encontrarán en el siguiente enlace:
Esta ley, promovida por un miembro de la Bancada del PPC determinaría, según Bullard, la desparición de los árbitros buenos y sólo quedarían los corruptos NO LO DICE en el enlace, pero si en otro de sus comentarios en el Diario El Comercio Y NO ME DEJARÁ MENTIR.
Sobre este tema me permito compartir otro enlace con los comentarios de Alfredo Bullard:
El artículo que si les parece pueden leer,en el enlace inmediatamente anterior, trata sobre Horacio Cánepa y su propuesta de modificar el Decreto Legislativo 1071 o LEY DE ARBITRAJE, el comentario corresponde al colega Alfredo Bullard que critica a José Carlos Eguren quién hace suya la idea de Cánepa conjuntamente con otros miembros del PPC, cómo el comentario de Bullard es del 07 de mayo del 2016, ya se hbía aprobado las modificaciones al Decreto Legislativo N° 1071, con el Decreto Legislativo 1231 aprobado por el Ejecutivo (Heredia/ Humala) el 25 de setiembre de 2015, asumo, que parte o toda la idea de la dupla Eguren/Cánepa fue acogida, "juris tantum" por el momento.
Trascribo uno de los párrafos del comentario de Alfredo Bullard:
"Eguren habla de libre competencia, pero no se da cuenta de que la competencia es entre los centros arbitrales. Si eligen malos árbitros entonces las partes elegirán otros centros arbitrales. El mercado de centros arbitrales es de libre acceso y se basa principalmente en el prestigio y la confianza. Eguren sabe tanto de competencia como sabe de arbitraje. Si Cánepa es tan buen árbitro, como él supone, puede ir a otros centros de arbitraje que, uno nunca sabe, quizá lo reciban con los brazos abiertos. No necesita ayuda ni empujones de su compañero de partido"
Para concluir el punto, Una pregunta: ¿Tiene algún valor jurídico en un proceso penal las calidades personales de los investigados, por ejemplo, reputación, conocimientos, experiencia, honestidad reconocida por la cofradía de la que forma parte, antes de, o por el contrario resulta ser agravante de la conducta si se le prueba el delito o, como en este caso, existen indicios concordantes, coincidentes y relevantes que inducen a pensar en su participación en el ilícito?
Para concluir el punto, Una pregunta: ¿Tiene algún valor jurídico en un proceso penal las calidades personales de los investigados, por ejemplo, reputación, conocimientos, experiencia, honestidad reconocida por la cofradía de la que forma parte, antes de, o por el contrario resulta ser agravante de la conducta si se le prueba el delito o, como en este caso, existen indicios concordantes, coincidentes y relevantes que inducen a pensar en su participación en el ilícito?
TERCERO.- Los audios entre fiscales y Martín Belaunde son un escenario propicio para la investigación, pues, como lo he venido sosteniendo en esta "lucha contra la corrupción" donde todos son culpables, todos por espíritu de supervivencia SON INOCENTES.
Para terminar, comparto parte de la opinión del señor Ricardo L. Falla Carrillo de lejos de mayor trascendencia que sus artículos sobre los que el moteja de "ensimismados", un arroz con mango filosófico que no recomiendo leer.
Ricardo L. Falla Carrillo en RPP 05-11-2019
Párrafos del comentario:
Y aprendimos, sobre todo, que los seres humanos poseemos una condición -natural y cultural- que nos hace más o menos iguales. En esta condición “universal”, hay rasgos comunes: tenemos inteligencia, sentimientos, creatividad, creencias y, finalmente, capacidad de elección. Con mayores o menores condicionamientos podemos ser libres. Descubrirnos libres debe haber sido una de nuestras metas civilizatorias más notables.
Cuestionar ese orden político y social nos abrió “la puerta a la infinitud” y surgieron nuevos retos. Uno de ellos: construir un régimen político para iguales. Es decir, una forma de gobierno y un sistema de organización social que tenga como punto de partida la igualdad moral y jurídica de todos los ciudadanos.
El mayor éxito de un sistema de opresión, ya sea totalitario o de manipulación mediática absoluta, es la normalización del maltrato y de la explotación. Es hacerle creer, a la inmensa mayoría, que no existe otra situación social posible. Inmersos en la “caverna platónica”, se aceptan acríticamente condiciones de expoliación extremas y se asume que las prestaciones sociales sean deficitarias y limitadas. Bajo estas condiciones de sutil control, no emerge una conciencia subjetiva, capaz de reconocer que las diversas manifestaciones del maltrato tienen orígenes muy precisos. Por tantas razones, en muchísimas sociedades, como la nuestra, la ilustración es todavía un proyecto inacabado.
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