El Comercio 07-02-2017
Javier Díaz-Albertini
Sociólogo y profesor de la
Universidad de Lima
Sexo apunta a definir las
diferencias biológicas que existen entre hombres, mujeres e intersexuales. Es
decir, aquellas características –presentes y potenciales– con las cuales
nacemos y que desarrollamos biológicamente durante nuestras vidas. En términos jerárquicos,
la gran diferencia es la constitución cromosomática (XX, XY y otras
variaciones) que, al fin y al cabo, es lo que concatena buena parte de las
demás diferencias biológicas.
Por su parte, género se refiere a
los procesos culturales y psicosociales sobre los cuales se construye la
definición de la masculinidad y feminidad (SIC). Que el color rosado y la falda sean
femeninos es cuestión de género porque no responde a ninguna predisposición
genética. Estas convenciones cambian constantemente producto de fenómenos
sociales, económicos y políticos. Género es también un concepto que nos permite
ver cómo, detrás de estas definiciones, hay un juego de poder que aún se
inclina a favor de los varones (patriarcado).
MI COMENTARIO
Sólo estos dos párrafos he
copiado del artículo del señor Díaz
Albertini, que acaban de leer.
No soy sociólogo sin embargo como
cualquier humano medianamente inteligente, proceso la información y luego
opino.
Cuando se habla o escribe sobre “construcción
social” es inevitable pensar en las
múltiples posibilidades brindadas por la
sociedad que asociadas a las decisiones de sus miembros determinan el futuro de cada individuo, en
consecuencia, deben ser de tal magnitud que impulsen al humano a comparar esas
alternativas, así por ejemplo, la sociedad y la terrorista desigualdad que
sufre, particularmente los más pobres, obligará, primero a los padres a esforzarse
por proporcionar a sus hijos la mejor educación que puedan conseguir , los
hijos pueden o no valorar tal esfuerzo, mas lo concreto es la existencia de tal
posibilidad; Lo que deseo clarificar es: LAS POSIBILIDADES O ALTERNATIVAS
OFRECIDAS POR LA SOCIEDAD no pueden ser
inexistentes o de naturaleza tal que no merezcan la atención de la
mayoría de individuos de la sociedad que fuera.
La homosexualidad NO es una
alternativa en la sociedad que se pueda construir con el paso del tiempo, es la conducta minoritaria de un grupo de
individuos inconformes con su sexo y esta inconformidad no es producto de las
alternativas que ha tenido para escoger
y labrar su futuro, como sería: “no me da la gana de estudiar, voy a ser un
maestro pintor de brocha gorda”, esta es la decisión del individuo
revelándose contra los deseos de sus
padres y en especial de los esfuerzos que realizaron, fatalmente en nuestro
País y por la pésima educación recibida es una a la que quedan encadenados
muchísimos jóvenes compatriotas, un homosexual asume la conducta y el deseo del
sexo opuesto porque así se siente “realizado”, LA SOCIEDAD NO PROMUEVE LA HOMOSEXUALIDAD, TAMPOCO ES UNA ALTERNATIVA
O POSIBILIDAD PARA EL FUTURO DE NINGUNO DE SUS MIEMBROS, los
homosexuales especialmente LOS RICOS son una minoría insignificante y son estos
pendejos los que promueven a nivel mundial INCORPORAR a la curricula escolar la
conducta homosexual de suerte que,
dentro de veinte años LA HOMOSEXUALIDAD sea vista tan normal como la
heterosexual, como ahora leo en alguna propaganda, “hombre que se respeta
también se maquilla”, jejejeje!! El señor Díaz Albertini seguro que está en
este grupo y entre los que quieren detener el crecimiento geométrico de la población mundial.
Diaz Albertini en el primer párrafo que comparto, fresco
como una lechuga escribe sobre “macho”, “hembra” e “intersexual” siendo que
esta última definición sólo y en escasísimos casos es lo que antes se conocía
como “hermafrodita” un sujeto que no terminó de desarrollar definitivamente el
sexo que le corresponde, todo un problema médico a la hora decidir que sexo
debe adoptar, jejej!! Díaz Albertini
debe averiguar un poco más, también escribe de los cromosomas XX e XY y
demás variables, jejeje!! Deben despedirlo como
profesor, todas las demás combinaciones dan origen a un ser humano
defectuoso.
La “construcción social” para
Díaz Albertini de la masculinidad y femineidad es terminar con estereotipos de que el rosado es
para las mujeres y que los tacos también puede ser parte del vestuario de un
hombre (bueno no lo escribe pero es como si lo escribiera, jejeje!! De pronto Diaz
Albertini anda muy alborotado ante la posibilidad de ponerse “tacos de 10 cms”
y pasear muy orondo por la Plaza San Martín).
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