Soy una persona persistente nunca
obsecado si quien cambia ideas conmigo prueba que estoy equivocado.
Me parece (no recuerdo bien) que
hace dos meses cerré mi cuenta en Facebook, por ahora no está en mis planes
abrir una nueva cuenta, sin embargo, gracias a ese alejamiento he podido
publicar en este blog durante enero y el
primer día de febrero del año en curso 50 artículos, la mayoría objetando las
opiniones que están a favor de enseñar en las escuelas que dentro de la diversidad
de posibilidades que se le abren a los que empiezan su larga lucha por
sobrevivir –para los humanos- un soplo vital en el tiempo, la supuesta normalidad
de la homosexualidad.
Deseo compartir en breve resumen
el siguiente artículo:
Pasajero.utero.pe
MARTES, 31 ENERO 2017
SI VAS A CRIARLOS PARA QUE HAGAN
DAÑO, ALGUIEN DEBE METERSE CON TUS HIJOS
Miguel Flores-Montúfar
Soy comunicador y trabajo como
profesor de lenguaje. He pasado tanto tiempo subido en buses, custers y combis,
que escribo esta columna para encontrarle el lado positivo al asunto.
Pienso, después de leer tantas
opiniones sobre este tema que, los que están a favor de desarrollar en las escuelas las opciones sexuales
distintas a las naturales han olvidado en su intento a los padres y el resumen
del artículo que firma Miguel Flores-Montúfar es prueba irrefutable de mi
afirmación.
Veamos:
El autor precisa: “No podemos
confiar en lo que cada individuo pueda recibir de sus padres porque, oh
sorpresa, hay padres que enseñan a sus hijos a ser violentos, racistas,
machistas, homofóbicos. Y también a ser ociosos, egoístas, tacaños, abusivos,
pendejos, aprovechados, mentirosos, cobardes. Y por supuesto, me incluyo dentro
de los (potenciales) padres que legarán a sus hijos vicios y defectos. La
escuela, aunque de momento no cuente con todas las herramientas para lograrlo,
está allí precisamente para detener esas conductas cuando todavía puede
hacerlo.”, a renglón seguido escribe:
“La escuela está para igualar a
los niños (futuros ciudadanos) en una base común, que vaya más allá de lo que
aprendieron en casa: sirve para evaluar, cuestionar y, dado el caso, eliminar algunos elementos provenientes de la crianza
familiar. Si la escuela previene ladrones y asesinos, o debiera hacerlo.
COMENTARIO:
Si los párrafos trascritos no son
una de las contradicciones más evidentes que haya leído en mi vida, exijo,
aunque mal se lea, me expliquen si no comparten mi opinión ¿Por qué no es una
contradicción?, analicemos juntos:
“hay padres (no todos, los que no
tienen los comportamientos aludidos por el señor Flores Montúfar, son de su
gusto y buenos padres), debo informarle al “maestro” Flores Montufar que como
cualquier humano tiene vicios y defectos que habrán de heredar sus hijos y no
lo discuto pues lo mismo ha sucedido conmigo y el tiempo nos los dirá por
grandes que sean nuestros lamentos y como es obvio, rectificar NO se puede, le informo, escribo, que nuestro
País, el más desigual del Continente, se ha construido a lo largo de la
historia sobre esa base, LA DESIGUALDAD dando nacimiento a hogares
disfuncionales donde priman “egoístas, tacaños, abusivos, pendejos,
aprovechados, mentirosos, cobardes”, cuando no familias gobernadas bajo el yugo del padre que
a duras penas gana para ofrecerles la educación, alimentos y desarrollo físico
y emocional que necesitan según las capacidades<que haya adquirido (el padre
naturalmente) los “padres buenos” que “contrario sensu” se deduce de la
afirmación del “maestro” Flores Montúfar
son los que y ello deberá probarse, hogares funcionales donde existe verdadera
preocupación para tener únicamente los hijos que se esté en condiciones de
mantener y darles todo aquello que les falta a los pobres, mayoría aplastante
en nuestra realidad.
Sabiendo ello el “maestro” Flores
Montufar afirma que “La escuela está
para igualar a los niños (futuros ciudadanos) en una base común, que vaya más
allá de lo que aprendieron en casa”, esta posición de Flores Montufar es
irreverente, niega una realidad no sólo citadina, la cuestión se agrava en el
interior fuente principal de la desigualdad
entre varones y mujeres como resultado de LA DESIGUALDAD general en nuestra
sociedad y en lugar de proponer su preocupación para sino eliminar la
DESIGUALDAD SOCIAL reducirla drásticamente y el pobre sienta que aun pobre es
digno y vive como tal, nos cuenta un cuento de hace más de 500 años que se ha
trasmitido de generación en generación.
Eduquemos a los padres –un poco
tarde pienso- y después pensemos en cambios profundos en la enseñanza regular
básica, sin que en ningún caso se pretenda contrabandear una conducta distinta
al común de los mortales como si esta fuera normal.
Los relatos que se acompañan sólo
abonan a mi favor pues las leyes no penetran los sentimientos del ser humano
aunque este sea el amor o el puro deseo.
Finalmente y comparto sólo lo que a
su vez el autor comparte:
Puedes leer:
Quiero compartir dos textos. Uno
es un fragmento del artículo que Gio Infante escribió cuando el Poder Judicial
ordenó a Reniec inscribir el matrimonio entre Óscar Ugarteche y Fidel Aroche.
Puedes leerlo completo aquí.
Yo en ese momento pensé en Luis
Enrique, un chico de 15 años que soñaba con ser bailarín pero que en 2013 se
suicidó después de que su hermana lo moliera a golpes y bañara en orines por
ser amanerado. En su velorio, su madre reclamaba que “cómo pueden casarse
hombres con hombres, para mí eso es delito”. Y pensé en qué diferente hubiera
sido la vida de este chico si hubiera visto el amor de Óscar y Fidel reconocido,
si hubiera podido soñar en lo mismo para él, y se me rompió el corazón. Pero
tenía al lado a Ramón, mi novio, abrazándome fuerte, dándome fuerzas para
seguir luchando por ese día en el que nuestro país proteja todos los amores,
todas las familias.
El otro texto es este hermoso y
duro testimonio de Orlando Sosa Lozada, que también se publicó en torno a
#ConMisHijosNoTeMetas. Puedes leerlo completo aquí.
“Si en el colegio me hubieran
enseñado tan sólo algunos conceptos básicos de género y diversidad sexo-genérica:
– Probablemente no me hubiera
sentido como un enfermo por tanto tiempo.
– Probablemente no hubiera tenido
un profesor de psicología que me dijera que a pesar de ser el primer puesto de
mi colegio, no triunfaría en la vida si persistía con mis “conductas femeninas
y desviadas”, y que incluso me aplicó una “terapia correctiva” que por suerte
sólo duró una sesión porque mi mamá se opuso a continuarla (o tal vez igual lo
hubiera tenido, pero con dichas herramientas hubiera podido defenderme de él).
– Probablemente mis primeras
masturbaciones no hubieran terminado en lágrimas de culpa por desear a hombres.
– Probablemente no hubiera tenido
tantas ideas suicidas en mi adolescencia y no hubiese intentado saltar de un
puente a los 12 años.
– Hubiera tenido una adolescencia
menos complicada, en la cual jugara más y pudiera desenvolverme mejor con
compañerxs (sic) de mi
edad.”
Ahora, vamos: piensa en tus
hijos. Piensa en lo que quieres para ellos.
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