La belleza lozana, frágil, dulce, encantadora,
subyuga el corazón
y atiza la pasión del hombre
en su camastro tendido, las delicadas líneas
trazadas por el pincel del experto amante
de la armonía, no
puede remplazar la llama
ígnea e incontrolable del atractivo femenino,
su esplendoroso empeño le rinde pleitesía
a la verdad todas las noches con sus días.
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