miércoles, 15 de julio de 2020

CESAR HILDEBRANDT - ¿CUANDO NOS FUIMOS AL DIABLO?

Julio Fernando Injoque AL CÉSAR LO QUE ES DEL CÉSAR...

 

César Augusto Hildebrandt Pérez-Treviño es, sin duda, el periodista más culto del Perú y es también dueño de la pluma más enjundiosa de esta América que sin piernas camina. Cada semana en su periódico ilustra como nadie con su particular visión del Mundo -no marxista, como quisiéramos- y su tránsito por este sendero hirviente que a muchos nos lacera. No es un "escribidor" para las masas, porque finalmente éstas con su ignorancia supina y pasividad nos matienen en el fango y prefieren lo banal y les asquea la lectura; pero la humanidad e inteligencia de Don César son para todos, como lo es su honestidad descarnada que no sabe de eufemismos. Aquí nos ilustra con este duro comentario que dice cómo somos y acaso dónde vamos, a un corto tramo del bicentenario patrio.

 

"HAGÁMOSLO DE UNA VEZ..!! por César Hildebrandt

 

¿Cuándo fue que nos empezamos a ir al demonio? Es difícil fijar la fecha, ponerle día y hora a la catástrofe. Lo cierto es que, al final, los decentes huyeron de la política y el lobismo se hizo cargo del Congreso. 

Terminemos de una vez: votemos por George Fosyth. Es hora de completar la tarea de hacer de este país la comedia involuntaria que siempre, en el fondo, hemos querido ser. 

Con Forsyth nos coronaríamos. El actual alcalde La Victoria reúne todos los requisitos que la ciudadanía promedio parece demandar en estos tiempos: es simpático, es pródigo en habilidades diferentes, se lleva bien con un amplio sector de la prensa y no tiene idea que hacer con el país. ¡Perfecto! 

Y si a eso le añadimos el Congreso que nos espera, estaremos completos. Doscientos años de haber trabajado duramente en la construcción de una republiqueta tendrán un desenlace majestuoso.

 

¿Cómo llegamos a esto?

 

Todo empezó cuando los partidos políticos se vaciaron de contenido y se convirtieron en rampas de lanzamiento de gentuza que pagaba en subastas su posición en la cédula electoral. Los partidos históricos murieron de vejez y quienes sucedieron a los antiguos liderazgos salieron de la conserjería y del patio de deportes. Y en el caso del Apra, el Haya errático y honrado fue reemplazado por quien fue el mejor orador de la región y al mismo tiempo, el más amigo de lo ajeno de esta patria que abunda en malandrines. 

Cuando este columnista y peatón, feliz y sin recuerdos, la política peruana era un sector de la cultura. Uno podía hablar con Andrés Townsend de Bolívar y sus contradicciones, con Cornejo Chávez de la derechización de la Democracia Cristiana germana por injerencia de los Estados Unidos y el peso de la guerra fría, con Ricardo Napurí del desarrollo desigual y combinado en la teoría de Trotsky, con Sánchez de Valdelomar y su amos por la morfina y los polvos cosméticos, con Genaro Ledesma de las exigencias de Manuel Scorza, su socio de aventuras en alguna isla del Gallo. ¿de qué podíamos hablar con Javier Diez Canseco? Aceptaba hasta discutir sobre Robespierre. Y cuando uno se cansaba del elenco de los políticos podía preguntarle a Blanca Varela, cuando hacía el suplemento cultural de “Caretas”, cuánto pesaba la herencia de Vallejo en las generaciones que precisamente debían librarse de él. 

Lo que quiero decir, humildemente, es que el Perú no quería entrar a la CODE ni se jactaba de tener miles de millones en el BCR, pero parecíamos un país donde la inteligencia y el humanismo reclamaban su sitio. Roberto Ramírez del Villar construía su enfisema pulmonar fumando como un loco mientras argumentaba con brillo las tesis de los tories peruvianos. Eran los mismos argumentos que durante años había lanzado “La Prensa”, de Beltrán, el mejor diario salido de alguna rotativa del Perú (más allá de su conservadurismo casi texano que tanto me repetía) y frente a este diario que debía tener un busto de Teodoro Roosevelt en la entrada, estaba “El Comercio” que dirigía, mismo Napoleón, don Luis Miró Quezada de la Guerra, un señor con el que hablé muchas noches para un libro que Pedro Rojas (Abelardo Oquendo para sus amigos) no llegó a publicar por un veto de los Miró Quezada herederos. Don Luis era un hombre que no se avergonzaba si decía la palabra que hoy no se pronuncia: patria. Y la decía con énfasis mientras le pedía a Viruca, su hija, que por favor trajera algunas galletas y quesitos de triángulo. 

¿Cuándo fue nos empezamos a ir al demonio? 

Es difícil fijar la fecha, ponerle día y hora a la catástrofe. Lo cierto es que, al final, los decentes huyeron de la política y el lobismo se hizo cargo del Congreso. 

Y llegó el primer García con su corte de las milagros, sus pasamontañas, sus uñas de capitán Garfio. Mientras se robaban el país desde palacio de gobierno (con minúsculas), un hijo del desvarío albanés, un maldito iluminado que decía haber leído a Kant en traducciones de mimeógrafo, un sociópata armado que se hacía llamar la cuarte espada del marxismo –leninismo hacía su trabajo de “batir el campo”. 

Fue esa combinación -García + -Guzmán- la que produjo a Fujimori, ese Frankenstein hecho de múltiples cadáveres. 

El chino de la yuca y del bacalao tóxico terminó con el terrorismo planteando la barbarie controlada como método sustitutorio y nos sacó de la crisis económica haciendo una caricatura de la economía de mercado que sus mentores preguntaban. Terminamos con el terrorismo gracias a un régimen que corrompió la médula del país creando un estilo mercenario de hacer política y pudriendo a las fuerzas armadas y a la prensa, que se prestaron al juego. Y salimos del pantano económico donde nos había sumergido García construyendo un modelo económico hecho para que las empresas hicieran lo que quisieran y el Estado quedara prescrito de todo control real. No hablemos siquiera de los Colina, los Hermoza o los Joy Way: hablemos del neoliberalismo que en dosis de caballo debimos aceptar y cuya expresión más ruidosa y urbana fue la llamada cultura combi, los timones cambiados, la chatarra nipona resucitada en talleres chicha y donde, a partir de ese momento, se apretujarían indignamente los “salvados” por el fujimorismo. 

No nos hemos repuesto de ese golpe que destrozó el país por dentro. No hemos terminado de convalecer. No sabemos qué hacer con estas ruinas. 

Fujimori acabó con el tejido social que había permitido el diálogo, el equilibrio, la vocación de identidad nacional. ¿Qué pasa cuando un país ve podrida a sus fuerzas armadas, cancelado el sistema de justicia, arrendada a la prensa, comprados a sus progresistas, allanado el poder electoral, intimidado el Tribunal Constitucional, secuestrada la Fiscalía, sometido al Contralor General, emputecida la televisión? ¿Qué pasa cuando ese país sigue viendo a los defensores de ese holocausto institucional amagando elecciones y parapetados en el Congreso? 

Pues pasa todo lo que hemos visto. Pasa que nos arrebataron la agenda de la historia y nos dejaron el diario de la sobrevivencia. Pasa, en resumen, que Forsyth pueda ser el presidente del bicentenario"

MI OPINIÓN

José Guillermo Anderson ¿Quién podría poner en duda el nivel cultural de Hildebrandt?, la pregunta queme hago es ¿¡para que sirve conocer la capacidad y calidad de los muertos en su época?, NO HAN DEJADO HUELLA, no lo han hecho por eran herederos de gente a la que Hildebrandt ha anetemizado, como los jerarcas del País en la época del guano......regreso en un momento..... 

De regreso, no me acordaba el nombre de un sujeto al que Hildebrandt ha criticado muchísimo, José Rufino Echeniqu he leído de la pluma del "chato"  que con este sujeto se desborda la corrupción y acercienta el poder de los ricos que, hasta entonces habían gobernado el país, quizás con la excepción de Ramón Castilla, los que siguieron y sentaron en el "Sillón de la suerte" se hicieron millonarios o aumentaron sus fortunas, salvo Juan Velazco Alvarado, no considero a Fernando Belaúnde que, pudo  concluir  su último período igual económicamente al que  tenía cuando asumió  el Gobierno, porque permitió robar dando lugar a  gente como la que representa< AP en el Parlamento en la actualidad. 

Es un chiste de muy mal gusto remontarse al pasado sosteniendo qye eran mejores que los actuales,CULTURALMENTE de lejos SUPERIORES, PERO IGUAL DE LADRONES. 

Hildebrandt tiene gente que lo apoya para intentar la Presidencia del País, pienso que NO es izquierdista, tiene un discurso por el cual se le puede confundir con los zurdos, sin embargo,lo único que ha echo a lo largo de su vida es criticar, NO RECUERDO HABER LEÍDO una sola iniciativa para mejorar el sector o problema al  que criticaba. 

No estoy, culturalmente, al nivel del "charo", NO LEO LIBROS, poco me importa lo que pensaba Ramírez del Villar o cualquier otro de su época, pasó de largo, SE FUE, los muertos no resucitan  a la vida humana, los problems pueden ser los mismos, LOS HUMANOS DIFERENTES, LAS HERRAMIENTAS DIFERENTES, .por tanto, LAS SOLUCIONES  SON DISTINTAS. 

CUANDO SE JODIÓ EL PERÚ ó CUANDO SE FUE AL DIABLO, Ha estado jodido y el Demonio comiendo  sus desperdicios  DESDE SIEMPRE y nada cambiará porque el pueblo y su ignorancia, salvando la distancia y el progreso, es el mismo, ignorante, abusivo, corrupto, son incapaces de solidarizarse con los que sufren porque a ellos no les toca todavía.

Julio Fernando Injoque Confirmo al ver su comentario que para usted no hubo, no hay ni habrá muertos de mierda. La muerte exculpa todo, la historia no cuenta, los muertos son intocables. Va usted más allá del cristiano sectario

Julio Fernando Injoque Hildebrandt tiene una mirada crítica y lúcida del país. ¿Sus aportes? Varios. Debería usted leerlo.

Julio Fernando Injoque Hildebrandt tiene ideas progresistas, no es marxista pero admite ser afín a los caviares antes que a los coyotes

Julio Fernando Injoque Con Vizcarra no empiezan los males, simplemente ellos continúan desde que tengo memoria. Culpe a la derecha, al conservadurismo, a la mugre que hace décadas maneja el Perú. Y si bien respeto al general Velasco, no debe usted perder la cordura al punto de no recordar que los milicos que acompañaron al chino robaron a su antojo.

José Guillermo Anderson Los muertos, ¿Que miércoles tienen que hacer con los vivos?, buenos o malos NO DEJARON HUELLA,por ladrones si, y esa herencia ha corroído todos los estamentos de nuestra sociedad y servido de ejemplo para manifestarse en el estado actual, ¿Ideas progresistas?, si usted lo dice, por lo menos debe conocer una, ilústrenos amigo Julio Fernando Injoque.

Recuerdo muchas cosas o los generales actuales que ganan más o menos, con ese sueldo pueden vivir como viven, estos pendejos son herederos de MILITARES LADRONES, por decir lo menos,porque hasta traidores y en horas recientes han tenido.

Amigo, usted habla de que la muerte, para mí, borra todos los pecados, por tanto, siempre en su versión, no existen muertos de mierda, seguramente piensa en el panzón que en Paz descanse y recuerda que he pedido lo dejen en paz como a su familia SIN PERJUICIO, debe usted recordarlo de la persecución de sus propiedades si se le encuentra responsabilidad y si los bienes se adquirieron con dinero sucio se confisquen, y debe recordar también que usted, sí, usted, apuntara: que con un Poder Judicial corrupto jamás se afectarían, hoy en poder de sus herederos.

Con Vizcarra no se generan los problemas, oiga usted, ¿Quién ha sostenido tamaña barbaridad?, el pajarraco es un idiota muy bien asesorado y un ladrón que las investigaciones después que culmine su mandato. jajajaj!!!! (cuando pueda comprar a los miembros del MP y PJ con el dinero mal habido almacenado en sus alforjas) deberán demostrar, por ahora y gracias a la inmunidad que desgraciados como él gozan, nada se puede hacer.


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