domingo, 26 de julio de 2020

ALFREDO BULLARD - NO ACIERTA UNA

De pronto BULLARD  salta y sin garrocha de abogado de ricos a defensor de las comunidades indígenas y nativas. ¿Será así?, veamos:

PRIMERO:

¿Porqué en nuestra Constitución los recursos naturales renovables y no renovables son propiedad  del  Estado y si los dueños, amos, señores,  descubren  metales preciosos  bajo el suelo de su propiedad son del Estado si, por principio lo accesorio sigue la suerte de lo prudencial, intentemos responder:

No se desea que los dueños del recurso contraten  con la gran empresa, especialmente la extranjera, pues,  sería como enfrentar un Conejo contra un  León, de manera que, las negociaciones terminarían a la larga perjudicando al País que de la luz a la oscuridad  pasaría a manos de inversionistas allende nuestra aguas territoriales.

Estando a lo anterior el Estado estaría en mejores condiciones para negociar y los límites de su soberanía, por lo menos en teoría,  no correría riesgo y se prestaría para  triquiñuelas como la corrupción en perjuicio directo  del propietario del suelo que NO vería ni la sombra de los beneficios  de la riqueza hallada en su propiedad, alternativa que ha sido el "modus vivendi" de los LADRONES de todo pelaje que han administrado el País así como sus amigos y sobones-

En ambos casos no tendría límite la explotación de la riqueza del País y la demarcación territorial como lo es hasta este momento, no se organizaría  para ser el "termómetro" de lo que se puede  o no explotar.

Bullard NO defiende a las comunidades, sino a sus PATRONES, es prisionero y esclavo de lo que le manden.

Una posibilidad de mejorar a los propietarios de los suelos bajo cuyo dominio  se encuentra la riqueza del País debe formar parte del Contrato de Concesión fijando los beneficios que recibirían como DERECHO INALIENABLE y desde luego, indicando los deberes que deberán cumplir, antes se debe  definir el Mapa de explotación..

Bullard debe ser más inteligente o menos bruto para poner sus ejemplos que alimentan rechazo inmediato de los perjudicados, como QUE EL VECINO OBTIENEN EL DERECHO DE EXPLOTACIÓN del recurso, CONCESIÓN  por medio. Leamos la propuesta de BULLARD:


DUEÑO DE NADA

¿Sabía que usted es menos dueño de su terreno de lo que cree? Aquí una historia de cómo el Estado se apropió de lo que es suyo.

ALFREDO BULLARD

abullard@comercio.com.pe

 

Actualizado el 26/07/2020 a las 07:00

Usted es dueño de un terreno. Haciendo una excavación para unas obras encuentra una superficie dorada. Descubre una veta de oro. Es grande. Piensa: “Voy a ser millonario”.

Olvida un pequeño detalle: su terreno está en el Perú. El oro sobre el que está parado no es suyo. Es del Estado. Así lo dice la Constitución, artículo 66: “Los recursos naturales, renovables y no renovables, son patrimonio de la Nación”.

No entiende por qué. El recurso está en su propiedad. ¿Cómo no va a ser suyo? Usted recuerda que ha visto películas donde quien encuentra minerales o petróleo en su tierra se vuelve millonario. “Debe haber visto películas gringas. Allí la ley es diferente. En Estados Unidos, el dueño del suelo es dueño de lo que encuentre debajo”, le explica un abogado.

Pero allí no termina su tragedia. Su vecino, que se enteró ocasionalmente de su descubrimiento, obtuvo del gobierno una concesión minera. Ahora tiene el derecho otorgado por el Estado de explorarlo. El vecino pide una servidumbre legal que le da derecho de explotar la mina usando la superficie del terreno. Ahora es dueño de nada. Lo que parecía una bendición es en realidad una maldición.

Parafrasea a Raimondi (que en realidad no dijo lo que dicen que dijo): “Soy un mendigo sentado en un banco de oro”.

Este resultado es contrario al sentido común. Un buen día el Estado se atribuyó para sí la propiedad de los recursos naturales, incluidos los que están dentro de nuestra propiedad. Así quedó en nuestras constituciones.

Curiosamente, en medio de los estropicios e irracionalidades que arroja (casi diría que vomita) este Congreso, hay un proyecto (de José Alejandro Vega Antonio) que ha visto el problema, pero no entiende la solución.

Plantea modificar los artículos 66 y 70 de la Constitución para declarar que el propietario de la superficie es dueño también del subsuelo. Pero la buena intención se queda atrapada en un error y en la trampa estatista de que el dueño no puede serlo de los recursos naturales.Su intención es correcta: darle poder de negociación al dueño del suelo, que incluye comunidades que usan protestas sociales como alternativas a su inexistente derecho de propiedad sobre los recursos naturales. Con ello, el propietario (por ejemplo, una comunidad campesina) podrá obtener una participación económica en lo que debería ser suyo desde un principio.

 

Pero el congresista olvida que el subsuelo ya es, desde los inicios de la República, del propietario. Su cambio no cambia nada en realidad. Eso ya está en el artículo 954 del Código Civil: “La propiedad del predio se extiende al subsuelo y al sobresuelo, comprendidos dentro de los planos verticales del perímetro superficial y hasta donde sea útil al propietario el ejercicio de su derecho”.e

Y es que el congresista no se atrevió a decir lo que debería decir: los recursos naturales deben ser del propietario del predio donde se encuentran. Con ello sacamos al Estado de una ecuación en la que no suma nada y en la que nunca debía estar. Así damos capacidad de negociación real (y justa) a quien es, por naturaleza, dueño del recurso. Todavía está a tiempo el congresista Vega de corregir su error, su proyecto y darnos, por fin, una solución.

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