- Un aviso en facebook dice:
- "Según la defensa de Mamani no hay tocamiento indebido si agarras el trasero de una mujer de arriba hacia abajo. ¡QUE BESTIAS!
Al respecto pienso lo siguiente:
Julio Fernando Injoque El supuesto racismo -en este caso
inexistente para mí-, suele funcionar pero a la inversa. Racismo reclama un
cajamarquino maloliente y borracho en caso alguien le increpe los intentos por
someter a una mujer, o el ancashino cleptómano como el que tuvimos cuando lo
hallamos in fraganti. No hay lógica, no hay coherencia en el razonamiento de
ver racismo donde solo hay repudio ante un delito común.
Resultaría que el agresor -Mamani- es casi un ave buena e
impotente de los alrededores del Titicaca que sufrió una descompensación y no
tuvo más punto de apoyo que los glúteos de una fémina de raíces africanas, sea,
más protuberantes que cualquier veneca. Y eso es irrisorio, pero además
ofensivo contra una mujer que se prestaría a un engaño, que insiste en haber
sido agredida, versión que avalan los testigos y todo para afectar a un lúcido
defensor de la democracia e ícono de nuestros valores.
¿Cortina de humo? ¡Por favor! No podemos poner de moda las
alanadas. Los primeros indicios de paranoia deben ser hallados y tratados. Y
argumentos como cortina de humo, racismo parecerían inspirarse en los que suele
esgrimir el bipolar con su correspondiente carga de paranoia.
Cualquier sujeto que agreda sexualmente a una mujer debe ser
encarcelado en el acto, sin importar que tenga aspecto de vikingo, pinta de
actor o musculatura de Adonis. Comete un delito y punto.
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