Poesía reflexiva.
Me he puesto a pensar en la idea que entraña la frase.
En mi concepto, la vida nos da lo que le pedimos, NI MÁS, NI MENOS, les pregunto a ustedes estimados amigos y amables lectores, si elegimos mal (es una mentira) nadie elige mal a quién piensa haber ofrecido una vida juntos a la mujer de la que estaba enamorado, ahh, pero la vida nos presenta muchas pruebas, una de ellas es la vida misma, el tiempo, las aspiraciones, algunas muy importantes PARA NOSOTROS tal vez no lo sean para la mujer que elegimos o permitimos que nos eligiera, o las enfermedades, el carácter real y no el "hasta mañana mi amor".
Ningún humano es igual a otro y las relaciones de parejas heterosexuales deben aprender a aceptar y que lo acepten tal y como es y no la fingida -por falta de responsabilidades- del enamoramiento e incluso en el noviazgo.
Si los seres humanos somos distintos, es lógico concluir que si decide NO aguantar la real forma de ser de su cónyuge se separa, si no se tienen hijos mucho mejor, si los hay es más delicado, pero si no puede vivir con el esposo o la esposa, se ponen de acuerdo en los alimentos, régimen de visitas, en fin todo lo relacionado y que afectó la vida conyugal.
Lograda la separación se puede empezar con renegar del matrimonio y no saber nada de él o ella, un ejemplo muy gracioso lo leí hace años en facebook, "A VECES DE DAN GANAS DE CASARME DE NUEVO, PERO ME ACUERDO QUE SERÍA EL MISMO INFIERNO Y SE ME PASA".
Pero la naturaleza manda y si cierto es que por ahí vive gente pretendiendo ser "ascetas" una revolución interior (pienso) termina por aceptar (siempre que no sea un viejo, mayor de 65 años) que la figura del sexo opuesto es fundamental en su vida y SE OLVIDA DEL "SERÁ EL MISMO INFIERNO", lo que no sabe este solitario (a), es que en una nueva relación la persona del sexo opuesto elegida resulte peor que la anterior, seguramente la experiencia podría ayudar a que no sea así, por lo tanto, primero probemos y después formalizemos, aun así se tienen las mismas posibilidades (fifti/fifti), en tres palabras, NO HAY GARANTÍAS. Primera conclusión: queda pues, para el análisis de ustedes amigos si "aguantar lo que no debía" demanda me perdone a mi mismo.
Otro asunto de familia son los hijos no pidieron venir los esposos heterosexuales si decidieron que venga, lo que no saben éstos es que hijo les tocará, cuestión trascendente, como todos deberán entender, por lo menos su formación humana depende de los padres heterosexuales en primer lugar, la escuela y amigos en ese orden cumplen esta función de complemento y dependerá exclusivamente de los hijos aprovechar las enseñanzas, fracasos y errores de sus padres para superarlos o ser un ejemplo mal hecho de la crianza recibida.
TERMINO, por mi parte nunca perdonaré a la hija que tuve con mi querida esposa, no me interesa que sea enfermita SIN ELLA NO SERÍA LO QUE SOY, y esta semana que hoy comienza la recordaré no sé por cuanto tiempo, EN CINCUENTA AÑOS no dejé de pasar una navidad juntos, el año CINCUENTIUNO que acabamos de cumplir el 16 de este fatídico diciembre no será asi. NO TENGO PUES NADA QUE PERDONARME por que pagarán muy caro lo que nos han hecho.
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