VIEJO, DESEOS, ÉXITO, ERNESTO SÁBATO

“Viejo, yo veo qué pocas de mis esperanzas se han cumplido, qué lejos está el mundo de lo que deseé, imaginé, y por el que luché.

Y sin embargo no reniego de haber esperado, de seguir esperando.

Se cumpla o no, creo que esperar tiene un valor, un sentido. Más allá del logro de lo esperado.

Que vale la pena desear, es lo que les repito a los jóvenes. Siempre les hablo de la esperanza.

Porque creo que hay un valor mayor que la posibilidad o imposibilidad de concreción de un deseo. Que es mantener vivo ese ideal. Independiente de los resultados. Quizá no se haya plasmado pero nos transformó a nosotros, nos hizo menos «realistas», es decir, menos cínicos.

Creo en la fuerza y la transformación que nos da el vivir con un ideal.

Los años traen la esperanza de haber pasado a otros esa utopía, esa antorcha, de ver que si el propio deseo de algo no se cumplió, sí se cumplió la posibilidad de mantener ese fuego del deseo para que otros lo lleven adelante. Ésa es la vida.

La esperanza, el ideal, es como un horizonte.

La vida siempre termina antes, pero lo que hemos recorrido ha sido un trayecto hacia un horizonte o hacia otro.

Y no es lo mismo uno que otro. Aquello que pusimos como meta, aunque no la hayamos llegado a cumplir, modificó nuestra alma, la moldeó y la expuso a la mirada de los demás.

Y es este trayecto hacia un horizonte o hacia otro lo que refleja el rostro humano”.

Ernesto Sabato | España en los diarios de mi vejez

Estoy de acuerdo, he reflexionado a lo largo de mi existencia en esas cosas que soñé y esperaba sucedieran y nunca se dieron o materializaron, sin embargo, lejos del vasto panorama del escritor argentino y quizás más, su proyección universal, me interesa que le sucede al hombre que no logra alcanzar lo que espera, probablemente nos llamen fracasados o "pobre tipo, vive o ha vivido en las nubes", sin embargo, si pensamos que la vida sólo se detiene, termina, no hay más camino para recorrer, con la muerte, los "exitosos" saciarán todas sus aspiraciones con el dinero y posición alcanzada, naturalmente esos logros son progresivos, no producto de la corrupción, del engaño o la estafa entre otros males que acompañan a muchos "exitosos" y llegan a un punto que el "exitoso" no desea más y viven sus últimos años en la comodidad del hogar, quizás viajando, o viendo como el fruto de su esfuerzo es aprovechado, para bien, por sus hijos y nietos, no tiene que preocuparse de nada, todo se ha cumplido y llegará la muerte y muy pronto el olvido envolverá su tumba, corolario, vivió para hacer fortuna.

Aquellos que no lograron nada, lucharon toda su vida sin obtener reconocimiento alguno, tienen un privilegio, siempre tendrán la oportunidad de luchar por ese sueño, no el primero ni el intermedio ni el último, porqué ese sueño siempre será el primero, ¡Que hablas anciano, si no obtuviste nada de que sueño puedes presumir si pronto morirás porque es el destino de la vida, ya por mano ajena o por aquellas que alguna vez creiste tuyas por el amor que les tenías.

Imagínense estimados amigos que este primer sueño, el de ahora, no los que pasaron repito, frente a la curvada y siniestra Guadaña que porta la macilenta figura de la muerte, se alcanza, será motivo de alegría familiar, esos parientes, sólo los que tienen noble el corazón y la fuerza del que morirá muy pronto, celebrando el logro que también lo hacen suyo, no,no,no, NO se trata de la Tinka, por ejemplo una Casaca de Cuero uruguayo que le regalará  a su único hijo, y mañana el mismo primer sueño nos presentará otro reto, así pudo ser nuestra vida y en la hora de la muerte NO cambiará, mas en este caso los sueños incumplidos se irán con nosotros.

¿Cuál es la conclusión? VIVIREMOS ACARICIANDO RETOS Y SU LEGADO, MANTENER FUNCIONANDO LOS CINCO SENTIDOS Y PENSAR NO EN LA JUVENTUD QUE SE FUE Y NO REGRESARÁ, SINO EN LA ESPERANZA Y ESE INFLUJO DE VIDA QUE SE RETROALIMENTARÁ, HACIENDO DE CADA DÍA UN MOTIVO INSUSTITUIBLE  PARA SEGUIR VIVIENDO.