Título del Libro: CÓDIGO PROCESAL PENAL 2004 - Comentado y Concordado - Una Lectura Fácil.
Formato: PDF Cant. Páginas: 844
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Este blog ha pretendido desde sus inicios, hace 40 días naturales, contribuir al constante aprendizaje empezando por su creador.
Hoy he vuelto a leer el Diario que no quisiera leer pero me alegro mucho de haber contrariado mi propio deseo.
La columna que hoy pego y comento es una cachetada NO a la pobreza sino al inmenso negocio que desde hace bastante tiempo ha degenerado la Educación en nuestra Nación, veamos:
Diario Correo Perú – 27-04-2011 (Sr. Juan Carlos valdivia)
LIMA -
Quizás lo más saltante de la semana sea el vergonzoso informe que presentara este domingo Panorama, en el que se revela la pobreza de nuestra educación superior: jóvenes universitarios que no tienen el menor conocimiento de lo que sucede a su alrededor, ni de lo más elemental de nuestra historia.
Era de vergüenza y dramático que universitarios tengan ese nivel, quizás muy preparados para resolver lo inmediato, pero con una memoria más corta que la de un toro de lidia.
Y aquí no hay un problema del tipo de conocimiento: al que no tiene los datos más elementales no se le puede exigir un razonamiento crítico. La verdad es que a la falta de oferta de estudios superiores la primera respuesta ha sido la creación de universidades combi, donde importa llenar las aulas, aunque no importe la calidad del servicio. Y entonces los propietarios de las universidades actúan como llenadores de un microbús, encontrando siempre sitio al fondo de sus unidades, pero sin garantizar que llegaran a su destino.
El problema es cómo resolverlo: Para iniciar tímidamente buscar una solución al transporte terrestre -sólo en Lima- nos hemos demorado cerca de veinte años, con una gran inversión del Estado, que permitirá funcionen el sistema del Metropolitano y prontamente el Tren Eléctrico. ¿Cuánto tiempo se demorará el Estado en poner orden en la oferta educativa que hace el sistema universitario peruano? Lo visto el fin de semana muestra por qué nuestros jóvenes ceden rápidamente a seguir todo aquello que se pone de moda, sea en la televisión o en la política, sin mayor reflexión, impulsados por ese boca a boca que circula por internet, o en la seguramente interesantes pláticas que sostendrán entre clase y clase. Las ideas, la historia, no importan; sólo el efímero presente. Cosas del postmodernismo.
Y entonces, mientras nuestros políticos discuten sobre si Hugo Chávez o Alberto Fujimori, mientras se discute quién es verdaderamente un demócrata, en nuestras universidades no pueden distinguir a Vargas Llosa o a Vallejo, y confunden al general Velasco con Adolfo Hitler. De vergüenza. ¿De estas universidades saldrán las futuras generaciones dirigentes del país? De espanto.
Era de vergüenza y dramático que universitarios tengan ese nivel, quizás muy preparados para resolver lo inmediato, pero con una memoria más corta que la de un toro de lidia.
Y aquí no hay un problema del tipo de conocimiento: al que no tiene los datos más elementales no se le puede exigir un razonamiento crítico. La verdad es que a la falta de oferta de estudios superiores la primera respuesta ha sido la creación de universidades combi, donde importa llenar las aulas, aunque no importe la calidad del servicio. Y entonces los propietarios de las universidades actúan como llenadores de un microbús, encontrando siempre sitio al fondo de sus unidades, pero sin garantizar que llegaran a su destino.
El problema es cómo resolverlo: Para iniciar tímidamente buscar una solución al transporte terrestre -sólo en Lima- nos hemos demorado cerca de veinte años, con una gran inversión del Estado, que permitirá funcionen el sistema del Metropolitano y prontamente el Tren Eléctrico. ¿Cuánto tiempo se demorará el Estado en poner orden en la oferta educativa que hace el sistema universitario peruano? Lo visto el fin de semana muestra por qué nuestros jóvenes ceden rápidamente a seguir todo aquello que se pone de moda, sea en la televisión o en la política, sin mayor reflexión, impulsados por ese boca a boca que circula por internet, o en la seguramente interesantes pláticas que sostendrán entre clase y clase. Las ideas, la historia, no importan; sólo el efímero presente. Cosas del postmodernismo.
Y entonces, mientras nuestros políticos discuten sobre si Hugo Chávez o Alberto Fujimori, mientras se discute quién es verdaderamente un demócrata, en nuestras universidades no pueden distinguir a Vargas Llosa o a Vallejo, y confunden al general Velasco con Adolfo Hitler. De vergüenza. ¿De estas universidades saldrán las futuras generaciones dirigentes del país? De espanto.
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Es seguro que la columna del señor Juan Carlos Valdivia (Crónicas Bizantinas) molestará a muchos de los que registrados en las Redes Sociales intercambian información sobre sus aficiones, trabajo, paseos y experiencias personales, los molestará mucho más que exprese mi descontento con el manejo del idioma, reduciéndolo a monosílabos y peor aun bestializándolo.
No me apenan las críticas silenciosas, amo nuestro idioma y se me eriza el cabello al repasar las barbaridades que leo cuando los jóvenes y los no tantos se comunican, obviamente hay excepciones y muchas, mas en el contexto global la sumatoria arroja resultados negativos.
La pregunta, absolutamente justificada del columnista ¿Cuánto demorará el Estado en eliminar de la Educación el negocio en que se ha convertido? No hay respuestas inmediatas si los destinatarios son incapaces de reconocer que un título no se obtiene enriqueciendo a quienes, con toda certeza son más inteligentes y preparados, peor aun si lo hacen con la única idea de que un “cartón” los hace inteligentes y con ello abierta la compuerta para la venta de conciencias o terminar siendo un motocarrista o taxista más.
Finalmente el ser humano no termina de estudiar y mucho menos de aprender, nada de ello será realizable si lo que deseamos ser está muy lejos de lo que podemos ser.
¿Que me estoy extralimitando?, bueno quien use el idioma tal y como lo he descrito aquí estoy, prueben lo contrario, la convocatoria también se dirige para los que discrepen con mi posición.
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