Título del Libro: CÓDIGO PROCESAL PENAL 2004 - Comentado y Concordado - Una Lectura Fácil.
Formato: PDF Cant. Páginas: 844
Costo: $ 10.00 o su equivalente en moneda peruana, vigente al día de la compra.
Cuenta en Dólares Interbank: Nº Tarjeta: 4213-5503-0185-5333
Caja Piura: En soles: Cuenta Nº 210-01-5771353, Estas cuentas pertenecen a mi colaborador y amigo: Blas Raúl FELIX REÁTEGUI.
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http://joseguianderson.blogspot.com/p/mi-libro.html, Este autor es el único responsable de entregar el Código una vez efectuado el pago, cualquier reclamo o insatisfacción me la dan a conocer a las siguientes direcciones: joseguillermoanderson@hotmail.com ó andersonjosguillermo@yahoo.com.pe
DIARIO CORREO PERU – 26-04-2011 por Mario Saldaña
LIMA –
Sea cual fuere el resultado de este 5 de junio, lo que de momento se avizora es una nueva división entre los peruanos.
Una multiplicidad de factores ha querido que el 50% del país cuasi no opinante imponga esta disyuntiva entre dos opciones políticas que son expresión del pasado (y al que uno nunca hubiera querido regresar) al otro 50% que tenemos la suerte de canalizar nuestra voz de una u otra manera.
De un lado, el autoritarismo corrupto y vergonzante, y de otro, el militarismo antidemocrático, estatista, intervencionista y empobrecedor.
Mi opción será apostar por aquel esquema que blinda más el futuro a favor de los que con esfuerzo vienen logrando superar la pobreza heredada de las fórmulas mágicas de la izquierda y hoy, gracias a su actitud emprendedora, tienen más razones para ser optimistas que para acumular sed de venganza.
Pero a lo que hoy estamos asistiendo es a un pobre espectáculo de desacreditación y negación del otro o "de lo otro".
En el plano periodístico, que es el ámbito en el que me desempeño, el asunto tiene ribetes deplorables. "Yo sí soy demócrata, tú no", "yo sí me la juego por la plena libertad de expresión, tú eres un apestado felpudo", y por ende, "yo soy el súmmum de los principios y de la ética periodística y tú eres un vil enajenado de la pluma o de lo que fuere".
Intolerancia pura. Encono al por mayor. Eso es lo que hay y hacia eso nos dirigimos peligrosamente. Lo increíble es que, al igual que el 2006, el mensaje que dio ese "otro" país que representa poco más del 50% de la votación es extremadamente simple.
Ese Perú no quiere grandes revoluciones traumáticas, ni mesías que les anuncien la felicidad plena. Es el país que exige que las cosas funcionen también para ellos. Que no les roben, que no los asalten, que no violen a sus hijos, tener una escuela y profesores dignos, carreteras y puentes que no se caigan a pedazos, luz, agua potable, vacunas y medicinas oportunas y al alcance para curarse, etc.
Es el otro país que también quiere ser y al que le importa muy poco las grandes disquisiciones ideológicas de los sabios de siempre, a los que no conoce y tampoco quiere conocer.
Una multiplicidad de factores ha querido que el 50% del país cuasi no opinante imponga esta disyuntiva entre dos opciones políticas que son expresión del pasado (y al que uno nunca hubiera querido regresar) al otro 50% que tenemos la suerte de canalizar nuestra voz de una u otra manera.
De un lado, el autoritarismo corrupto y vergonzante, y de otro, el militarismo antidemocrático, estatista, intervencionista y empobrecedor.
Mi opción será apostar por aquel esquema que blinda más el futuro a favor de los que con esfuerzo vienen logrando superar la pobreza heredada de las fórmulas mágicas de la izquierda y hoy, gracias a su actitud emprendedora, tienen más razones para ser optimistas que para acumular sed de venganza.
Pero a lo que hoy estamos asistiendo es a un pobre espectáculo de desacreditación y negación del otro o "de lo otro".
En el plano periodístico, que es el ámbito en el que me desempeño, el asunto tiene ribetes deplorables. "Yo sí soy demócrata, tú no", "yo sí me la juego por la plena libertad de expresión, tú eres un apestado felpudo", y por ende, "yo soy el súmmum de los principios y de la ética periodística y tú eres un vil enajenado de la pluma o de lo que fuere".
Intolerancia pura. Encono al por mayor. Eso es lo que hay y hacia eso nos dirigimos peligrosamente. Lo increíble es que, al igual que el 2006, el mensaje que dio ese "otro" país que representa poco más del 50% de la votación es extremadamente simple.
Ese Perú no quiere grandes revoluciones traumáticas, ni mesías que les anuncien la felicidad plena. Es el país que exige que las cosas funcionen también para ellos. Que no les roben, que no los asalten, que no violen a sus hijos, tener una escuela y profesores dignos, carreteras y puentes que no se caigan a pedazos, luz, agua potable, vacunas y medicinas oportunas y al alcance para curarse, etc.
Es el otro país que también quiere ser y al que le importa muy poco las grandes disquisiciones ideológicas de los sabios de siempre, a los que no conoce y tampoco quiere conocer.
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El articulista a quien por primera vez leo no por falta de interés, no me apetece ingresar al diario dirigido por un “oligofrénico”, tiene conceptos sobre los cuales se debe opinar y siendo que, también, a mi juicio existen notables contradicciones me permito comentar unos y otras.
50% de los peruanos cuasi no opinantes, (son un poco más 55% -sufragios válidamente emitidos-) impone por una “multiplicidad de factores” (el columnista no las señala –agrego los míos- no inclusión, asistencialismo barato y perjudicial, vivir sin trabajar no es una buena receta en ninguna parte del mundo, Profesores sin la debida vocación y por ello una educación deficiente, carencia absoluta de igualdad empezando por nuestros niños, obras de infraestructura cuyos beneficios no llegan a los más y provecho de muy pocos, olvido permanente de las Comunidades Campesinas y Nativas, sin desarrollo sostenible que nos pueda hacer prever que en 20 años o más estaremos en condiciones de ingresar al Primer Mundo y que idiotas que no ven más allá de su nariz piensan que ya estamos en él utilizando parámetros imposibles, como que hemos crecido más que China por ejemplo, corrupción generalizada, “emprendedores” de la peor calaña cuando de explotar al semejante se trata, uso abusivo del poder, el cuento de los “ahorros” en las AFP y muchos demás que agregar);
El columnista continua que, por esos múltiples factores el 45% (habla de 50%, lo que como he expuesto no es cierto) está en la disyuntiva de votar para que se “joda” (lo digo yo) el Perú.
Dice además que votará por la opción que blinde el futuro “a favor de los que con esfuerzo vienen logrando superar la pobreza heredada de las fórmulas mágicas de la izquierda y hoy, gracias a su actitud emprendedora, tienen más razones para ser optimistas que para acumular sed de venganza”, ¡el descubrimiento de la pólvora!, la única izquierda que gobernó a medias el País porque faltó decisiones firmes, pensadas y mejor elaboradas fue el Gobierno de Facto del General Velazco ¡hace 40 años!, “fórmulas mágicas” me interesaría conocer una que no haya sido vilipendiada, estigmatizada y mandada al archivo de los inocentes; ¿Se aplicaron tales fórmulas, de haber existido, en el Perú?, la verdad ignoro la referencia del periodista.
Convengo en el Estado de exaltación de uno y otro bando, deploraría que quien ganara se creyera dueño (a) de la verdad.
A renglón seguido este señor piensa por los desposeídos y les atribuye un pliego de reclamos, la lectura que tengo es démosle lo que piden, salud, carreteras, medicinas, servicios básicos en fin lo ELEMENTAL para subsistir, este señor niega con audacia la capacidad de pensar de los pobres y reduce sus aspiraciones a la subsistencia, le informo que este escribidor vive en la pobreza (porque soy honesto, no sé si usted conocerá el significado del término) y NO estoy dispuesto a creer en las mentiras de cada cinco años, por lo demás nunca las he creido, fatalmente ese 55% no opinante le ha dado sus votos a quienes siempre los han maltratado.
En la lucha por las ideas, señor Saldaña se conoce el temple de los hombres y sepa usted que ese 55% no opinante tiene las suyas, de donde obtiene usted la peregrina idea que los pobres son una manada de idiotas que repugnan el debate, en todo caso el estado de orfandad intelectual de un importante sector de la sociedad se la deben a personas como usted.
De que clase de Democracia habla usted cuando reconoce que un 55% de los peruanos no puede opinar, no porque no lo deseen, simplemente porque sus opiniones ponen nerviosos a los inversionistas que no desean tener al frente -como usted entre líneas lo dice sin rubor alguno- una masa estulta.
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