El artículo que comparto en el
diario que cito y teniendo como autor “colaboradores”,
consignando al pie de la columna el
nombre de David Santivañez que, eventualmente podría ser el responsable de la
opinión, tiene como sustento “el derecho a elegir” como deseamos conocer, procesar
o impedir información contenida en Internet, a raíz del proyecto de ley presentado
por el Congresista Yonhy Lescano “prohibiendo el acceso a la pornografía en
Internet en el Perú”.
En primer lugar soy un hombre que
en tres meses cumpliré 69 años ya no me
sonrojo, ni me espanto por las cosas que veo –incluyendo la pornografía- a mi
edad es bueno ver lo que nos perdimos cuando éramos jóvenes, pues todavía me
queda aliento para intentarlo.
El columnista ocasional escribe “que
no se puede quedar cruzado de brazos” ante tamaño atrevimiento que podría ser
el inicio de la mordaza en el País, alega además que es una tontería
considerando que la pornografía la encontramos en calles y plazas, ergo todos,
incluyendo los niños y adolescentes podrían acceder a ella.
Siguiendo esa línea de
pensamiento sostengo: no hay nada más inquietante y que despierte tanta curiosidad
como el sexo, especialmente para niños y adolescentes en pleno proceso de
aprendizaje de esta parte en nuestra humanidad, ¿debemos entonces dejar la
pornografía tranquilita y que la sociedad a través de la familia se encargue de
deshacer lo que por naturaleza el niño y joven desean ávidamente conocer?.
Pienso que la era de la
información y la velocidad aporta a la vida cotidiana innúmeras ventajas si la
comparamos con lo negativo que también pone a nuestro alcance, por tanto la
pregunta es: ¿Estamos en condiciones de impedir lo negativo?, para responderla
es indispensable conocer quien o quienes resultarán perjudicados, por ello
salvo personas desinformadas, todo lo relativo al sexo es un NEGOCIO altamente rentable primero
porque no requiere de “marketing alguno” basta su difusión y el efecto es geométrico, este
negocio vería afectado sus intereses si el proyecto del Congresista Lescano se
convirtiera en Ley, por ahora –supongo- estarán buscando a (o) los congresistas que puedan tirarse abajo la
iniciativa del señor Lescano (muy buen candidato para el 2021) y les agradará
sobremanera una ayudita ciudadana.
Además, siempre en versión del
articulista ¿por qué tenemos que preocuparnos de la pornografía, acaso no es
mejor invertir en deporte, cultura, mejorar la educación y otras iniciativas?, veamos:
El comentarista no debe vivir en
el Perú pues ha de bastar un recorrido por los diferentes distritos limeños
para tener una idea de lo que ha sido la educación en nuestro País por lo
menos en dos generaciones –incluyendo la mía- y sabremos de sus efectos, naturalmente encontramos excepciones, la regla general es la absoluta pérdida
de valores y respeto al semejante. En cuanto al deporte, ¿acaso nadie ve como
se privilegia el negocio del fútbol hasta convertirlo en un trampolín a la
riqueza?, ¿Se desarrolla en nuestras escuelas algún programa intelectual -digamos el estudio y práctica del Ajedrez?, ¿tienen nuestras
autoridades educativas idea de los
inmensos beneficios de su práctica?
Por otro lado, la desaparición
para el Perú en Internet de la
pornografía reactivará el negocio maloliente del sexo en calles y plazas siempre
en la oscuridad y más fácil de controlar, en Internet el seguimiento de las
personas y sus inclinaciones si bien no lo descarto NO impide que estas
encuentren lo que buscan en cuanto al sexo o lo que les interese de la red.
La venta de revistas –imagino que todavía existen si no, volverán al mercado, la de CDs con el mismo contenido se incrementará y por tanto la oscuridad dejará muchas puertas abiertas es ahí donde debe estar la autoridad representada por gente honesta desbaratando estas organizaciones complicándoles su negocio, reduciendo el daño que le hacen a niños y adolescentes en formación pero con muchísima curiosidad.
La venta de revistas –imagino que todavía existen si no, volverán al mercado, la de CDs con el mismo contenido se incrementará y por tanto la oscuridad dejará muchas puertas abiertas es ahí donde debe estar la autoridad representada por gente honesta desbaratando estas organizaciones complicándoles su negocio, reduciendo el daño que le hacen a niños y adolescentes en formación pero con muchísima curiosidad.
Los medios deberán controlar la
exhibición de mujeres casi desnudas (me agradan muchísimo y mientras más viejo
me hago más me gustan), las películas deben seguir la misma línea y lo curioso
de todo esto es que son las mujeres (bueno digo, las esposas o novias o amigas
con derecho) las que en actitud Mefistófelica cuando en la TV (en mi caso, no voy al cine
hace muchísimos años) pasan películas con escenas de alto contenido sexual y la
están viendo en compañía de novio, esposo ò amigo con derecho que desean calcinarlo
con la mirada por sintonizar
el Canal que la trasmite, siendo que su recato y espanto terminan en la cama.
Asì pues, pienso que el autor de
la nota, materia de este comentario, que, dicho sea de paso es especialista en
“Derecho Digital y Gobernanza en Internet, y miembro de Internet Society Global”
ah…tremendo título para una defensa que no le hace honor más allá del interés
económico que entre líneas defiende.
He aquí el artículo:
Lescano pornosotros
Diario Expreso – Edición digital –
25-12-2016
Autor: “colaboradores”
El Congresista Yonhy Lescano
acaba de pasar a la historia política de nuestro país al presentar el Proyecto
de Ley N° 825/2016-CR, que pretende prohibir el acceso a la pornografía en
Internet en el Perú. Las familias aplauden la iniciativa porque «Lescano se
preocupa por nosotros, y quiere que los jóvenes practiquen deporte y se detenga
el abuso sexual infantil». ¿No sería mejor invertir en deporte en las escuelas,
¿No sería mejor trabajar con los municipios en programas de prevención del
delito y apoyo a las víctimas? ¿Los planes de Seguridad Ciudadana no incluyen
proyectos para luchar contra el abuso sexual infantil?
El proyecto de Ley es claro y
solo se centra en la difusión en Internet de páginas web u otro contenido y/o
información pornográfica, estableciendo que los proveedores de internet sean
los encargados de censurar la pornografía instalando «bloqueadores» para
impedir la visualización del contenido. Quien no lo haga, puede perder sus
licencias y autorizaciones de funcionamiento. Cabe remarcar que adquirir
pornografía en algún puesto ambulante, stand en centros comerciales, revistas
en puestos de esquina, o contratando paquetes Premium con la empresa de cable
de preferencia, seguirán como hasta ahora. Si el congresista Lescano afirma que
la pornografía representa una afectación a la salud mental y a la educación
sexual de las personas, así como un factor que incentiva los delitos sexuales,
¿por qué no prohibirla en todos los flancos? Porque no es tan llamativa como
Internet, el medio de comunicación masivo por excelencia, y que, en todas las
campañas presidenciales, y a nivel mundial, muchos han querido controla.
Si bien la iniciativa busca
guardar la figura de norma modelo y de salvaguarda de los intereses de la
familia y el Estado, solo constituye una fachada para controlar el contenido en
Internet en el Perú, lo que pudiera estar sugiriendo intereses personales u
oscuros por parte del Estado o de algunos partidos a fin de lograr sus metas en
los medios de comunicación. Es claro que hace falta un mayor conocimiento en
las normas de Internet, y de las buenas prácticas que incentiven la democracia
a través del mundo digital, como lo es el acceso a la información a través de
Internet y que ya es un Derecho Humano reconocido. Como especialista en Derecho
Digital y Gobernanza en Internet, y miembro de Internet Society Global, no me
puedo quedar ante brazos cruzados al ver que, bajo la fachada de la
pornografía, tema de por sí sensible, se busque afectar a los medios de
comunicación y a las personas. Hoy puede ser Internet; mañana, la radio, la
televisión, hasta callar nuestras voces y regresar a dictaduras de las que nos
costó sobreponernos.
Más allá, Congresista Lescano, de
ayudar a combatir el abuso sexual infantil, que ya de por sí es un mal
repudiable y que lo motivó a presentar este proyecto, su iniciativa está
afectando, de una u otra manera, el futuro del acceso a la información en
Internet. Si queremos luchar contra este mal, ¿no sería mejor hacer lo que
dicen los estudios sobre delitos sexuales y mejorar la educación sexual en las
escuelas?, ¿no sería mejor preparar a los padres para el diálogo con sus hijos?,
¿no sería mejor suprimir el tema tabú y hablar de sexualidad como si habláramos
de futbol?
Usted, Congresista Lescano, desde
el lugar donde está, puede ayudar a que se detenga el abuso infantil de otra
manera, si es lo que más le preocupa, siguiendo los ejemplos de organismos en
Internet como WePROTECT®, o iniciativas como las de Unicef y Microsoft®
DNAPhoto. No deje que una buena intención sea mal intencionada. Confiamos
encontrar en usted un personaje que nos ayude a conocer nuestros derechos
digitales, que nos ayude a vivir en un Internet más seguro y sin brecha
digital.
(*) Twitter: @DavidSantivanez
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