“En medio de una polémica nacional por un asunto de la máxima
gravedad no han faltado esos pobres diablos que han encontrado la ocasión
perfecta para hacer alarde de lo que consideran astucia y picardía, sembrando
las redes sociales de comentarios trasnochados y bromas misóginas. ¿Acaso estos
tristes sujetos no violentan a la mujer con su complacencia, su inmadurez o su
pura imbecilidad? ¿Necesitamos más ejemplos para ponernos en los zapatos
ajenos, entender la pertinencia del eslogan en disputa y comenzar a enfrentar
en serio a la violencia de género, una aberración que entre nosotros resulta de
una cotidianidad espeluznante?”
QUE PIENSO
Recuerdo la foto de un clip (los
que sirven para sujetar papeles) con una sencilla leyenda:
“La necesidad es madre de todos
los inventos”, agregaría para el caso de Raúl Tola y todos los jóvenes
ambiciosos prestos a decapitar a cuanto cristiano se les ponga enfrente con el
único interés de convertirse en padre y guía de sociedades enfermas como la
nuestra de la que nos da una idea el estupendo artículo de hoy -04 de noviembre
de 2017- de la Historiadora Carmen McEvoy en “El Comercio”.
Considera Raúl Tola que los “criticones”
de “ParúPaísdeviioladores” son machistas incapaces de reconocer la realidad y de
ponerse en los zapatos de las féminas que a cada paso que dan pende sobre sus
cabezas la espada amenazante de la violación. Afirmar desconocimiento del
peligro y de las cifras estadísticas que lo prueban NO diré que es la posición
de un pobre diablo sino la de un informado pobre diablo, el tema que indigna NO
es el peligro sino globalizarlo dentro de un territorio llamado Perú, quien no
está en condiciones de entender tan simple razonamiento sin la menor duda es un
imbécil con aspiraciones de ser cónsul en el Foro romano.
Finalmente insistiré en una regla
elemental de la física “toda acción genera una reacción igual y contraria”
quien no la comprenda aplicándola a las relaciones entre mujeres y hombres no
debería molestarse en opinar y menos poner en la guillotina a los que piensan
diferente.
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