La distinguida dama Ana Maria
Malachowski Rebagliati a la que tengo oportunidad de leer en Facebook,
regalándonos parte de nuestra Historia me permite comentar su reciente publicación al final de su lectura.
Ana Maria Malachowski Rebagliati
12 de diciembre a las 23:42 ·
MANUEL PARDO Y LAVALLE (PARTE I)
En 1872, el Perú había llegado al
hartazgo de los gobiernos militares. Uno tras otro. Fue así que en las
elecciones presidenciales el país favorece el triunfo de los civilistas. El 26
de julio de ese año al ser acribillado el presidente José Balta y Montero por
órdenes de su Ministro de Guerra, Tomás Gutiérrez, asciende el fundador del
Partido Civil, Manuel Pardo y Lavalle (1834-1878). Pardo representaba más edad
de la que tenía. Era alto, grueso, sus facciones eran marcadas y serenas.
Siendo aun joven, algunas canas ya asomaban en su cabello negro y escasas
arrugas delineaban su rostro. Su padre fue el poeta y escritor Felipe Pardo y
Aliaga. Sus primeros estudios los realizó en Valparaíso y Santiago de Chile. De
regreso en Lima, siguió sus estudios en el liberal colegio Guadalupe de donde,
por razones doctrinarias, fue sacado para ingresar al conservador colegio de
San Carlos, por entonces dirigido por Bartolomé Herrera. Su padre sufrió varios
destierros por causa de las conmociones públicas. Fue por ese motivo que Pardo
aborrecía a los políticos profesionales. Su ilusión era una República Práctica
es decir, libre de sueños doctrinarios. Prefirió las Ciencias Políticas a las
Letras. Consideraba al país como una explotación comercial y a la Constitución
como una letra protestada. Pardo era un político que pensaba como banquero; era
conservador sin rigidez y liberal sin violencia.
Su cabello era abundante y
ondeado y algunos bucles se formaban encima de las sienes. Llevaba siempre
cuello blanco volteado, corbata negra angosta y chica. Nunca llevó ropa de
color; usaba siempre levita negra, sombrero alto de copa y pantalón oscuro.
Fundó en el mismo año 1872, el
Partido Civil, de origen aristocrático pero luego cambió esa severidad y se
transformó en el partido de las clases ricas, aceptando también a mulatos y
mestizos. Al asumir la presidencia Pardo no quiere que el país siga viviendo
financieramente como en las nubes, a punto de empréstitos extranjeros y declara
que el Perú está en bancarrota. Durante el gobierno de Balta pasaron por el
Erario del Perú 30'000 0000 de libras esterlinas. Con esa descomunal suma se
emprendieron nuestros grandes ferrocarriles. Por ese entonces, había un
ingeniero norteamericano, Enrique Meiggs, que, con sus rieles, puentes y
túneles, expande el cohecho y el cinismo. El país había conseguido esta cifra
con la garantía del guano y el salitre. Pasados cuatro años, de los 30'000 000
de libras no quedaba un centavo en el Tesoro. Luego del bacanal de los millones
de Dreyfus se imponía una dieta estricta, logrando más tarde sanear la
economía. Se dedica a reconstruir el país, sobre todo, en el tema educacional.
Funda la Facultad de Ciencias Políticas y Administrativas en la Universidad de
Lima, para la educación de diplomáticos y administradores; y la Escuela de
Artes y Oficios para la educación popular. Antimilitar como era, Pardo suprime
el Ejército y lo reemplaza con la Guardia Nacional. Sólo deja una Escuela
Militar, la Escuela de Cabos.
Pardo era un hombre culto y
distinguido. A los veintiséis años y dueño de una fortuna se casó con una mujer
rica, Mariana Barreda y Osma. Años antes, en 1869, la Municipalidad de Lima se
encontraba acéfala después de haber sido desmantelada. No tenía recursos ni
personal para atender las necesidades de la ciudad. Fue así que el Gobierno de
Balta nombra una junta de notables, la famosa "junta de los cien", en
la que figuraba Manuel Pardo, luego fue elegido alcalde. Sin embargo, la junta
de notables cesó en octubre de 1870 por intrigas politicas siendo esta una de
las causas del distanciamiento entre el Presidente Balta y Pardo. El primer día
del año 1871, en el salón del Hotel Maury, algunos notables de Lima obsequiaron
a Pardo, el "alcalde modelo", una medalla de oro.
Pardo tenía alma de caudillo,
despertaba tanto odios profundos como adhesiones ciegas. Cuando fue asesinado
ingresando a la Cámara de Senadores, una parte del pueblo se regocijaba
mientras, algunos políticos derramaban algunas lágrimas .....
Fuentes:
- Historia de la República del
Perú, Jorge Basadre
- Hombres e Ideas en el Perú,
Jorge Guillermo Leguía
COMENTARIO
No leo libros, pero que bueno es
recorrer pedazos de la historia nacional y comprobar que nada ha cambiado sólo
nos hemos sofisticado para robar y la sentencia "estás conmigo o contra
mi" es más vigente que nunca desde todas las tiendas políticas o las que
pretenden serlo llenas de podredumbre y con el mismo cuento "defenderemos
tus derechos".
Cómo podrán defender nuestros
derechos sectas que promueven la degeneración, ¿cómo el hombre o mujer puede
cambiar este País si están envenenados por dentro?.
Soy de izquierda pero no de la
repulsiva que representa el FA y su apéndice "Nuevo Perú", sólo nos queda la REVOLUCIÓN pero se
necesitan mujeres y hombres con valor y la verdad no veo uno sólo.
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