Aproximadamente cuarenticinco
años atrás trabajé por espacio de 20 días en la empresa panificadora de un
italiano, mis mejores experiencias durante mi vida laboral las tuve con
empresarios italianos, pero este sujeto fue una excepción; Nada de lo que van a
leer amigos me lo contaron lo viví para mi asombro.
Un buen día de esos veinte antes
indicados, este italiano que alguna vez fue candidato a Alcalde de Lima me
dijo: “Aquí van a venir a trabajar por un plato de comida” además se ufanaba de
sus contactos en el Ministerio de Trabajo lo que le permitió contratar
trabajadores en condiciones laborales espantosas.
La panificadora de la cual era
propietario le pagaba a sus obreros la mitad del sueldo mínimo vital y siempre
con atraso, a cambio les enseñaba la preparación de su productos, panes en sus
diversas variedades, kekes, panetones y demás propios de este giro empresarial,
también les brindaba alojamiento y comida, aquel era un cuartucho sin luz con
catres tipo ejército y los alimentos no
eran recomendables, gozaban de un día de descanso por catorce de trabajo
continuo.
Uno de esos días me pidieron que
entrevistara a las personas interesadas en el aviso solicitando personal, la
mayoría no aceptaba las condiciones pero hubo uno que no obstante mis esfuerzos
explicándole las condiciones el tipo contestaba sí a todo, le dije que lo
llamaría.
Lo que ignoraba era que la esposa
del italiano, una peruana muy hermosa, había estado escuchando la entrevista y
cuando el joven se retiraba apareció y dijo “necesitamos jóvenes como éste” y
de inmediato lo hizo pasar, fin de mi relato.
Hoy en día cuarenticinco años
después esa actitud se repite con los emprendedores que, si por ellos fueran,
pedirían que los obreros trabajen gratis y que el Estado les dé de comer.
Muy cerca de esa esclavitud es el
pedido que hace El Comercio en su Editorial del día de ayer y que comentara
también el mismo día.
Los abusos del poder en algún
momento pasan la factura y personas que nada tienen que perder salvo morir en
el intento se levantan contra el oprobio. Nada ha cambiado en el Perú, el poder
NO aprendió y hoy sino piden matar a los “remanentes” –así lo definen- de los “terroristas”
es porque la ley se los impide, gente loca, con un odio visceral a quien
amenaza su confort como el esperpento de Lourdes Alcorta a quien no puedo
identificar como hombre o mujer, se atreve a insultar y mandar a su casa al
Ministro del Interior.
Nuestro Presidente Constitucional
está tomando acciones, dudo mucho que éstas para el bien de la Nación puedan
reflejarse en la reducción sustancial de la desigualdad, es simplemente un
imposible, durante 45 años –por lo menos- no se ha hecho nada para ese objetivo, por el contrario las diferencias
entre ricos y pobres es cada vez mayor y el resurgimiento de acciones
reinvindicativas está a la vuelta de la esquina. FIN DE ESTA PARTE.
Hace un par de horas +- escuché a
Phillip Butters exaltado e incrédulo comentar las declaraciones del mandamás en
el negocio del fútbol y decía “¿Te parece lógico que se contrate a un entrenador
para clasificar al Mundial y se sostenga que su permanencia como DT no está
condicionada a la clasificación? Agregó otras tonterías que agravan su torpe
reflexión, veamos:
En principio me interesa el
negocio del fútbol en la misma medida
que a una rata le pueda gustar la electricidad; los invito a pensar en lo dicho
por Butters y traslademos su inquietud a las Mype, digamos que una Mype de
Gamarra le propone al Gerente General de
la mayor entidad financiera del País que la gestione y dirija y que un plazo de
dos años la convierta en una gran empresa, el invitado analizará la oferta
tomará contacto con las finanzas y trabajadores de la Mype, la competencia
existente en el rubro que se da en el Mercado y las posibilidades de adquirir maquinaria
y tecnología de punta, si el resultado de su análisis es absolutamente negativo
se lo hará saber al proponente que su aspiración NO pasará ninguna prueba, no
tiene suficiente capacidad de crédito, la competencia la destruiría y se
perderá mucho dinero inultamente, puede
no obstante aconsejarle tal o cual acción o conjunto de acciones que podrán al
cabo de unos diez años crear condiciones para un crecimiento lento pero
sostenido. El emprendedor puede contratar al ejecutivo y decirle a sus
trabajadores y socios que un par de años la empresa tendrá un desarrollo
espectacular que, como es obvio es una mentira
pero quiere darle esperanzas a quienes comparten responsabilidades y al
trabajador para que siga recibiendo un sueldo de hambre y trabaje catorce horas
diarias catorce días continuos y un día de descanso en ese período.
Bueno pues, la realidad del
negocio del fútbol es esa UN NEGOCIO y a pesar que estamos en el nivel “D” en
el ámbito Mundial, nos venden el cuento que el Perú está mejor que nunca y
sujetos como Butters que ve sólo el NEGOCIO se lo traga y pretende que los
aficionados al martirio se lo crean. Jajajajaj!!!, preocupémonos por los
pobres, ellos no comen fútbol y desarrollemos el Ajedrez entre otras
disciplinas que SIRVEN para la formación y desarrollo de nuestra juventud.
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