No puedo escribir de enclenque el
artículo de Alfredo Bullard por tratarse de un ejercicio futurista, recurso que
han empleado retorcidos personajes para mostrarnos lo por acontecer si seguimos
las recetas de los “rojetes”.
Pienso que el título del artículo
debió ser “¿Qué vamos a comer?
Pues por muy elaboradas que fuesen las
hamburguesas, augurio espantoso para el común de la gente y muy cercano para
caminantes frecuentes por las calles, avenidas y arte de la bella ciudad de
Madrid, la satisfacción de la primera vez será la última también. En
consecuencia, el apoyo y desarrollo de
la tecnología que en esta ocasión es el Alcázar de su pensamiento debió incluir
sin duda alguna a Monsanto y con la cita prepararnos –los pueblos
subdesarrollados- para alimentar a una pléyade de genios y a la inmensa mayoría
de trabajadores de las superpotencias que laboraran por temporadas o una o dos
horas diarias, alguien debe reparar un taxi sin piloto cuando se malogre frente
al Museo del Prado por ejemplo.
En resumen su proyección del
futuro contiene una falla de origen al vaticinar que pueblos como el nuestro
demorarán algunos años más para alcanzar el ideal y desarrollo tecnológico que
vislumbra, NUNCA gracias a Dios y la maldad de
Belcebú lo alcanzaremos y pasaremos a ser fuente alimentaria de los
depositarios de ese desarrollo respectivamente, es posible además en ese
escenario donde no se necesitarán abogados que a trabajadores eficientes y
comprometidos como Alfredo Bullard lo clonen tantas veces como sea necesario.
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