Buen artículo, pienso que los
carnavales SI pueden mostrarnos el mundo "patas arriba" para
comprenderlo en su realidad cotidiana, sugiere para el autor y para mi, en
parte, ser la válvula de escape a los contrastes de la vida, esa que nos permite
liberarnos de cargas muy pesadas, la pérdida del ser amado, los fracasos en el
trabajo o en nuestras relaciones humanas o celebrar los "éxitos" en
todos esos quehaceres.
Pero los carnavales se dan una
vez al año y tengamos ese día o los días que comprenda ese acto de
"liberación" la posibilidad de realizar todo aquello que por
convencionalismos nos hemos prohibido no sin antes haber pasado por las
prohibiciones paternas.
Este mundo no existiría si desde
sus orígenes nos hubiéramos comportado como en los carnavales.
Ahora bien, pero siendo una sola
vez al año NO podremos liberarnos de nuestros problemas futuros sino hasta el
año siguiente ¿Será así?, obviamente la respuesta es negativa y cada ser humano
enfrenta sus problemas recurriendo a sus carnavales personales y vigentes los
365 días del año, uno de ellos comportarse como la cobarde y estúpida avestruz,
otros refujiándose en el alcohol, éste es el acto en el que el sufriente piensa
que emborrachándose desaparecerán como por encanto aquello que lo llevó a beber
sin control o la alegría del nacimiento de un hijo, el matrimonio propio o de
seres queridos muy cercanos.
Entiendo perfectamente las
diferencias entre uno y otro, pero la sociedad es hipócrita por definición y si
reunidos mostramos los dientes en señal de alegría, no nos comportamos igual
cuando inesperadamente alguien nos visita y estamos envueltos en nuestras
propias preocupaciones.
Ni el carnaval anual ni el
personal referido soluciona nada, el remedio es pensar.
En mi vida me he emborrachado
cinco veces, una a los 19 años, otra en el matrimonio de un primo de mi esposa,
cuando vi a mi madre después de más de 20 años en que nos dejara, una que no
recuerdo el motivo pero sorprendió mucho a mis hijos que nunca me habían visto
mareado y me falta una que no me acuerdo.
Corolario, los carnavales son buenos como acto de liberación de todo lo oscuro que el alma de un ser humano mantiene oculto pero no soluciona los problemas es probable que los complique más.
Corolario, los carnavales son buenos como acto de liberación de todo lo oscuro que el alma de un ser humano mantiene oculto pero no soluciona los problemas es probable que los complique más.
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