Debo ser mayor que la linda
señora Patricia del Río cuando menos por
treinta años (70 es mi edad), por tanto, he vivido épocas que la distinguida
periodista sólo conoce por Historia.
En las décadas del 60 y hasta
mediados de la del setenta, Lima, primero NO contaba con la explosión migrante
interna (campo a la ciudad), los profesores de Educación Secundaria pública
¡¡ERAN PROFESORES DE PRIMER NIVEL!!, la educación privada estaba reservada a
una muy exclusiva élite social que, jóvenes de la época, como este Abogado, ni
siquiera imaginaban.
Ignoro los niveles educativos en el interior, asumo que en la Selva y Sierra esta era pobrísima por las enormes dificultades para edificar colegios accesibles a la comunidad que hasta la efecha se manrtiene por falta de vías de comunicación adecuadas a la geografía del territorio.
Ignoro los niveles educativos en el interior, asumo que en la Selva y Sierra esta era pobrísima por las enormes dificultades para edificar colegios accesibles a la comunidad que hasta la efecha se manrtiene por falta de vías de comunicación adecuadas a la geografía del territorio.
La galantería del varón era otra
cosa, la mariconada era mal vista PERO NADIE metía preso a un homosexual y si
así hubiese sido, el asunto se manejaba con mucha reserva.
Existía como hasta hoy profundo
desprecio por el peruano indígena y campesino con la diferencia que ahora el
asunto es de ida y vuelta asolando nuestro endeble mestizaje.
Los empresarios cumplían las
normas y las protestas sociales me eran ajenas, en 1960 tenía 12 años y en 1975
27, viví toda la época del Gobierno Revolucionario de las FF.AA. dirigido por el
General Juan Velazco Alvarado, del que guardo la mayor esperanza como el
fracaso de sus intenciones motivadas por peruanos viles persuadidos por el color
y olor fétido del dinero.
Las personas en 1960 en general
eran respetuosas del orden y se privilegiaba el conocimiento con programas como
"Helen Curtis pregunta por 64, mil soles"
Fatalmente, como en el
experimento de los ratones que vivían en paz en un cubículo/laberinto y
perfecta armonía lentamente se fue descomponiendo conforme aumentaban el número
de ratones, los limeños gracias al incesante bombardeo individualista creando
una sociedad ficticia de "bienestar" vía el consumo, corrompió lo
bueno que había heredado y EL AMOR DEJÓ DE SERLO, para convertirse en el famoso
"cuanto tienes/cuanto vales".
Nos falta amor, sin duda, Y en mi
concepto jamás se recuperará, más allá de palabras bonitas cargadas de profunda
hipocresía.
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