Debo indicar que redactarlo me demoró un par de horas, la revisión la realicé en los días subsiguientes y en verdad casi no lo modifiqué, Estaba en mi Oficina y ante mis ojos en un diario capitalino su portada mostraba al ganador de las elecciones norteamericanas.
He aquí el cuento, cuya segunda parte publicaré el día de mañana 17 de junio de 2017:
LA MAÑANA NO LLEGÓ
Seudónimo: Leónidas
Quince minutos demoraron en regresar de la pensión, sólo dos cuadras los separaban de
la oficina, le preocupaba la lentitud al caminar de su esposa, son los años, le turbaba
pensar en la muerte, lo desconocido siempre lo angustiaba, mientras “Morfeo” se
apoderaba completamente de su compañera.
Al iniciar la computadora reparó
en uno de los tantos “post” –anuncios, propaganda, pensamientos ajenos hechos
nuestros-, así deberían llamarse”- ¿tiene
algún significado “post” en nuestro idioma?, compartidos en las redes sociales
por los navegantes de la web, en este “anunciaban” el concurso: “El cuento” ponían especial énfasis
en el tiempo, apenas dos semanas para
presentarlo.
No dudó, ¡participaría! Debo escoger un tema
enseguida, de esos que laceran los sentidos, su esposa despierta de su profundo
descanso por dos segundos, lo mira con
la sonrisa de una niña esperando encontrarlo y vuelve a dormir.
Transcurren varios minutos se
distrae con una noticia, la muerte de una joven supuestamente violada por
miembros de la policía nacional,
archivaron la investigación alcanza a entender de la lectura, no estaba
en servicio es la excusa, pobre mujer y una risa salvaje sacudió sus entrañas.
¡No tenía un tema! Se lamentaba y extendió la mano buscando su taza de café, pero nunca hubo café en la
oficina, defecto de principiante dadas las circunstancias, su esposa abre
nuevamente los ojos, balbucea algo no entendible, en sus ojitos achinados brilla la confianza, se
acomoda en el sillón y regresa al mundo de los sueños.
La avenida frente a su oficina, ubicada en un segundo piso, está
atestada de todo medio de transporte, tanto que el tráfico parece detenido, mira
su reloj, noventa minutos sin ideas, debe
salir pero desea continuar, piensa…, no,
no se va, pues si ahora el entusiasmo de escribir lo motiva no lo
retomará mañana, existen otros retos y debe asumirlos.
Le quedan pocas palabras y su
primer puesto no cuaja, renegaba agitando sus pequeñas manos, su esposa
nuevamente abrió los ojos y los cerró de inmediato, sin antes limpiarse la boca
con su mano derecha, algo de saliva se acumula en los lados de la boca, le pasa
a él despierto o dormido.
La desigualdad establecida en
nuestra sociedad no es un tema de impacto, tampoco el racismo o la migración
asentada esta última en la esperanza, como el prototipo de la “fórmula 1” en el cerebro de sus compatriotas,
todos la quieren probar.
Podría ser un éxito si se dirigiera al sector adecuado, ese que se rasga las vestiduras cuando suceden
incendios, violaciones, corrupción, críticos de los fariseos y de sus comentarios afectando la dignidad de los menos
favorecidos sin genuina convicción, producto, como es obvio, de intereses monetarios.
Ah, sí, la prostitución, el
homosexualismo tan de moda en estos tiempos, el sexo será provocador siempre,
sí de eso escribiría.
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