Hoy 02 de junio la sección de
opinión de “El Comercio” deja muchísimo que desear, un escritor opinando sobre
el negocio del fútbol, tema absolutamente intrascendente, el señor Alonso
y el japonés Kenyi Fujimori hablan de la reforma electoral sin mencionar por un
instante a los homosexuales que con tanto empeño defiende el último de los
nombrados y seguramente el señor Alonso pues es la clase social a la que debe pertenecer y donde se cobijan la mayoría de homosexuales, para que se les reconozca derechos
contra la naturaleza pero guardan silencio cuando esos supuestos y negados derechos afectan
directamente su cuota de poder, ¿Por qué evaden pronunciarse en cuanto a la lista de parlamentarios para que estén constituidas alternadamente por un hombre, una mujer y un homosexual, en pocas palabras la conformación de dichas listas debe corresponder a un tercio de mujeres, de homosexuales y hombres sin cuyo requisito NO podrán inscribirse?, grandes e hipócritas personajes.
El Editorial sobre Chincheros es
una verdadera distracción política, lo justo sería que se decidan sobre si en
su opinión se debe o no construir el Aeropuerto en esa zona del “Valle Sagrado”,
Marco Sifuentes criticando a Castañeda sobre el By – Pass de 28 de Julio
(imagino porque no he leído su crítica), en fin, por lo menos la ausencia de
materia gris me permite criticarlos en conjunto.
El Perú progresará no sólo cuando empecemos a
desarrollar la industria sino cuando dejemos esta farsante democracia que lo
único que acepta es el pataleo de los descontentos pero su resultado es el mismo al de un gobierno revolucionario pero en éste el resultado es a favor del pueblo sin
que dejen de existir los pillos que se
enriquecen con ella pero su cifra es tan insignificante respecto a la realidad
peruana por ejemplo, que bien vale probar: el sabor dulce para la mayoría y
amargo para los pocos ricos que han hundido al ser humano en un pozo oscuro de
ignominia, ignorancia (analicemos la conducta de la carne de cañón que utiliza
la oposición en Venezuela) dolor y lágrimas, vale pues probar LA GESTA
REVOLUCIONARIA.
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