El tiempo en su marcha triunfal
nos muestra, nunca tarde,
el nudo gordiano de los duendes,
las voces de invisibles personajes
perdidos en el limbo
del misterio.
Nos acercaremos, entonces, a
completar las ventanas para oir
el silencio, ver entre brumas, con
nostalgia, la belleza, la alegría,
la fortaleza y la audacia reclamadas.
Esperaremos, como siempre, a la
patética esperanza y la magia de la
suerte ¡sin volver el rostro! Pues,
ha de visitarnos la cansada señora
de negro, nunca falta a las citas,
arrastrando los pies y blandiendo
trémula su siempre renovada guadaña,
extendiendo su mano gélida tomará
las nuestras, no nos permite
¡contar la plata ganada con esperanzas!.
Guillermo Anderson
27-09-2012
Los derechos son del ser humano.
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