"¿Con qué autoridad puede dirigir el principal órgano de control estatal una persona incapaz de aceptar las críticas, incluso las hechas en clave humor? ¿No debería ser el primero en mostrarse tolerante, cuando lo suyo es cuestionar las actuaciones ajenas, obligado como está a cautelar la legalidad del gasto público? ¿No le quitan suficiente tiempo sus obligaciones, sumadas a los quebraderos de cabeza en los que se ha metido, como para dedicarse a estas tonterías? ¿Cuánto más daño se debe permitir que le haga a una institución fundamental alguien que ahora encima demuestra haberle perdido el miedo al ridículo? ¿Qué espera Edgar Alarcón para irse a su casa?"
MI COMENTARIO
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Comentar sobre el Contralor no ha sido ni es mi preocupación tampoco que un sujeto con la ambición brotándole de la piel lo imite, lo que motiva este artículo es que un joven muy inteligente se sume a una suerte de "bowvling" con la cabeza del Contralor.
No he visto la imitación de Edgar Alarcón sí una foto en el Diario La República mostrando a un individuo exhibiendo, como un mago de las cartas una hilera de billetes con los que se abanica o los refriega en la cara de sus oponentes, Raúl Tola piensa que, con una pregunta como la que sigue: ¿Cuánto más daño se debe permitir que le haga a una institución fundamental alguien que ahora encima demuestra haberle perdido el miedo al ridículo?
"Miedo al ridículo" para el joven periodista reclamar porqué a alguien "en son de broma" lo motejan de "basura hedionda" concepto que en diferentes "tonos" los medios se han encargado de instalar en las mentes de los ciudadanos no sólo en el caso del Contralor sino en todas las cabezas de los corruptos a ninguno con la zaña e interés puesto en sus deberes y obligaciones, cuya posibilidad de haber sido violentadas están muy lejos -en sus efectos- de la verdadera basura que todo el sistema protege, es hacer el ridículo, sólo es entendible si detrás existen intereses inconfesables, en otras palabras, para el joven Raúl Tola, un individuo que tiene la desgracia de ser nombrado "Contralor" y que hizo negocios cuando no lo era pero siempre dentro de la Contraloría es un bastardo hdp al que hay que demonizar no sólo formal sino informalmente para que un ladino, bastardo y apestoso ser humano le diga al pueblo que sin saber nada del tema pero que ya tiene impreso un borrador de la clase de "satanás" que es el Contralor, le eche tanto barro de "mentirillas no más" que la pobre cabeza del contralor sea un triste guiñapo y con ella la imagen de la institución que dirige NO por su actuación que eventualmente puede estar prohibida, no he ahondado en el tema, sino por el cargamontón venerable de los medios en obsequio de la democracia y la libertad de información como de la plata que reclama un ponzoñoso personaje de la farándula.
¿Cuanto más daño se le hará a la Contraloría?, todo dependerá de jóvenes inteligentes como Raúl Tola.
Finalmente, en todo el Mundo Occidental, por lo menos, se hace uso del humor para evidenciar problemas de todo tipo y magnificarlos, sin embargo, PIENSO que la Revista de humor "Charlie Hebdo" para citar solamente una y de prestigio mundial a raíz de sus apuntes "chistosos" de Mahoma, puede, en broma, poner en el suelo a quien haga las veces de Contralor en Francia o cualquier otro funcionario o político, lo que es impensable que lo haga en todos los números sucesivos y por la misma razón.
NO ES ESTA UNA DEFENSA DEL CONTRALOR ES PROTEGER el principio de inocencia previsto en nuestra Constitución mientras no se demuestre su culpabilidad.
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