No es éste un análisis doctrinario del título de esta entrada y no lo es porqué está dirigido a todo ser humano pensante de nuestra nación o cualquier otra.
El estado de nervios, zozobra y miedo generado por una "amenaza actual", poniendo en peligro la vida de quién es amenazado genera reacciones que, por elemental sentido común no son las que el amenazado tomaría en una situación normal.
Por ejemplo, si un delincuente con pistola en mano le exige a la víctima que retire todo el dinero del cajero automático de una institución financiera con la tarjeta que ha visto en su billetera después de obligarlo a que se la entregue, es muy probable que la persona amenazada de perder la vida OLVIDE la clave de la tarjeta y el delincuente incapaz de entender las limitaciones del humano en tales circunstancias termine dándole muerte o provocarle, además del daño psicológico serias lesiones físicas. En este contexto entiendo que, el agresor y la víctima actúan fuera de sí con la sustantiva diferencia que el malhechor es dueño de la situación y la víctima dominada por el pánico atine a obedecer si puede hacerlo.
Si ese mismo delincuente, bajo la misma amenaza le pide que escriba un texto que le dictará ¿Que piensan ustedes que puede suceder?, veamos:
¿Su pulso será el de un médico al momento de operar?
¿El amenazado conservará la calma y escribirá de la manera y forma con la que lo hace en su rutina diaria, aun cuando este escribiendo los motivos de su suicidio?
¿El pulso le temblará y algunas, sino todas las grafías de lo que se le dicta revelarán su situación pudiendo deducirse que escribe presionado?
¿El delincuente tendrá conciencia de que la víctima no escribe como lo hace normalmente?
Las respuestas las tiene la ciencia grafológica.
Sirva este comentario para que, se aclare la situación del Economista agresor de su pareja, una indefensa mujer periodista, de suerte que se conserve la debida moderación sin exhibir las miserias y flaquezas que fatalmente forman parte de la vida conyugal; Sólo cuando se pruebe la agresión podrá la opinión pública si así lo desea crucificar al abusador, los medios NO deberían en estas circunstancias obtener utilidades aprovechando la sed del pueblo por la pestilencia humana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario