Un millón de acosadores, por
Santiago Roncagliolo
“La peligrosidad de nuestra
capital radica en las dificultades
legales de las mujeres para abortar. Una de cada cinco peruanas queda
embarazada antes de los 19 años, y la
mitad de los embarazos entre los 12 y los 16 es producto de violaciones. La
maternidad adolescente y solitaria destruye para siempre las oportunidades de las chicas más pobres. Si deciden
estudiar o trabajar, se ven obligadas a abortar en clínicas clandestinas, en
condiciones sanitarias que ponen en riesgo su vida”.
Se necesita ser un hipócrita pero
no uno cualquiera, uno en que por sus venas corra sangre verde.
Roncagliolo dice:
PRIMERO.- El problema de las mujeres es no poder abortar e indica
Lima por el grado de peligrosidad que enfrentan, como si las peruanas fueran
distintas a la brasileñas, venezolanas, argentinas, americanas o europeas, como
si en esas latitudes cercanas, lejanas o muy allende el mar el hombre no fuera
un perseguidor natural de la mujer, esto en primer lugar, luego para amparar su
dicho cita a un estadounidense que “violó” sabrá “don sata” a cuantas mujeres
con su “consentimiento”, el entrecomillado responde a una cuestión de interés
de las mujeres pues se sometían al sujeto que podría beneficiarlas y ninguna,
Roncagliolo no lo específica, resultó embarazada, pero para las personas que
piensan y en este punto las mujeres NO lo hacen, el estadounidense unió a la
atracción natural de un hombre por una mujer SU PODER que se traducía en
DINERO, mucho dinero que la “victima” ganaría después que ésta aceptara ser “violada” y
estamos hablando de una Nación donde las oportunidades de trabajo NO escasean como
en otros países y no sólo en el Perú, Roncagliolo en su afán de probar la
felonía del estadounidense menciona nombres de mujeres triunfadoras en el sétimo arte, de su escrito no se deduce que
las que “accedieron a ser violadas” ninguna logró su objetivo, “Muchas víctimas aceptaron romper su
silencio para denunciar al acosador para sendos reportajes de “The New Yorker”
y “The New York Times” ¿Qué dicen esas denuncias y quienes la
hicieron?, la señora Patricia Del Río ayer dio nombres y todos correspondían a fulgurantes figuras del celuloide o
relacionadas con él.
Así pues, en este punto su
referencia (de Roncagliolo) no brinda ninguna respuesta para evitar que en el
futuro sucedan y seguirán sucediendo
porqué en ése escenario EL DEL DINERO nada está escrito, en todo caso
las tardías denuncias de las mujeres “violadas” suena a venganza, las
consecuencias que sufre o sufrirá el
estadounidense es otro tema que no merece mi preocupación.
“nada cambiará si seguimos
haciendo las mismas cosas” y matar no es actuar diferente es agravar las cosas.
SEGUNDO.- Roncagliolo
indica, sin precisar la fuente que, “la mitad de los embarazos entre los 12 y
los 16 es producto de violaciones”.
Ante cifra tan escalofriante
(100% de embarazos por violación atendiendo a la redacción) sensato es apoyarse
en información seria, pues si en verdad ello sucede NO somos un País somos un
colectivo humano de DEGENERADOS y “mutatis mutandi” en el campo sexual estamos
como Somalía un Estado fallido según explicación de un señor de nombre Ángel
Rodríguez MacKay en Diario Correo ayer o anteayer comentado el
atentado en esta Nación que dejó más de 300 muertos y cientos de heridos.
Si los datos brindados por Roncagliolo
se confirman estamos perdiendo el tiempo al pensar que podemos cambiar las
cosas por el contrario, el aborto o matar a un ser indefenso se constituye en un componente adicional para soldar
la conducta de un colectivo de degenerados, de monstruos enfermos de sexo y
lujuria.
Pero todo peruano pensante sabe
que el Perú no es un burdel estado al que el plan de gobierno del Frente Amplio
pudo habernos llevado si ganaban las elecciones pasadas y no precisamente por
las relaciones entre hombre/mujer sino por el ensalzamiento de la
homosexualidad y todo lo que esperaban hacer (tengo en mi poder el Plan por si
alguien duda de lo que digo).
En consecuencia, DEBEMOS HOMBRES
Y MUJERES SINCERARNOS el hombre NO es un monstruo cuyo Dios es la vagina Ni las
mujeres unas santas a las que no se les puede resaltar ni siquiera su hermosura
y para ello no tienen que estar semi desnudas o medio vestidas.
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