lunes, 14 de agosto de 2017

JORGE BRUCE Y LA POSVERDAD




El señor Jorge Bruce en el artículo cuyo texto íntegro inserto nos ilustra sobre el poder de la mentira y, luego de los fundamentos y estudios sicológicos sobre la cuestión, aterriza en el tema que desea demostrar, la chata información que  tienen los que defienden el gobierno de Nicolás Maduro, que, para su contento, denominaré “dictatorial”.

El señor Jorge Bruce nos dice que más que información nos basamos (soy defensor, sin ambages de la “dictadura” venezolana como lo sería si se gestara una igual en el Perú) en ideas poco elaboradas sin sustento sólido, sin embargo, tales opiniones cumplen un papel importante en el imaginario popular y por ello muy peligrosas, agrego además la increíble falta de vocación por la lectura del peruano promedio que, por esa razón, las más de las veces debe aceptar los cuentos de los que  si leen y tienen como el señor Jorge Bruce intereses para proteger el sistema.

Para satisfacción del articulista debo declarar que NO conozco la realidad venezolana sólo la que se puede leer en los diarios y los comentarios de gente como un viejo como yo que se atreve a rememorar sus visitas a la tierra del Joropo cuando era joven y hablar maravillas de esa Nación  que, sin condenar las razones que motivaron la aparición en la escena política de Hugo Chávez, ataca al Régimen por violar los "derechos humanos", en mi concepto el viejo al que aludo es un pobre infeliz, ¿Que clase de humano puede ser aquel que sin ver las violaciones diarias de los "derechos humanos" que suceden en nuestro País  se ocupe de Venezuela para unirse al cargamontón?

Yo no tengo que conocer la realidad venezolana me basta con la que vivo en el Perú réplica de lo que sucedía en Venezuela antes de Hugo Chávez.

Con que espuria motivación un sujeto  cuya nacionalidad peruana se encuentra en “tela de juicio” en la misma condición que la norteamericana que también ostenta mientras no demuestre que renunció a la misma puede atreverse a ningunear al Gobierno Revolucionario de la República Bolivariana de Venezuela?. Si vivimos y ESTE VIEJO QUE CAMINA COMO PATO, personifica a la Nación, en un estado de abuso del poder desde hace más de quinientos años y en lo que a mi edad respecta, salvo el gobierno de Juan Velazco Alvarado, todos se han preocupado por mantener en la ignorancia al pueblo.

Por eso existen los Jorge Bruce, los Alfredo Bullard y la rancia felizmente desaparecida aristocracia limeña vistiéndose con el ropaje de la riqueza sin abandonar su desprecio por la plebe.


HE AQUÍ EL ARTÍCULO COMPLETO DE JORGE BRUCE

POLÍTICA  IMPRESA  JORGE BRUCE  EL FACTOR HUMANO
El poder la mentira
     14 Ago 2017 | 6:00 h

Jorge Bruce
La revista National Geographic ha sacado un número dedicado a elucidar el porqué de las mentiras. Al igual que el dedicado al Género (ya se sabe que es una publicación de rojetes, terrucos y caviares), éste resulta apasionante. “Comparado con otros modos de obtener poder, mentir es muy fácil. Es mucho más fácil mentir para conseguir el dinero o la riqueza de alguien que pegarle en la cabeza o robar un banco”, afirma Sissela Bok, profesora de ética en Harvard.

En un experimento realizado con niños, en el cual era preciso adivinar qué juguete se encontraba escondido bajo una tela (el experimentador salía unos momentos de la habitación y una cámara registraba los movimientos de los niños), una chica de 5 años miró y cuando volvió el experimentador lo negó. Luego pidió tocarlo bajo la tela y “adivinó” que era el dinosaurio Barney. Y explicó: “se siente morado”. A esto se le conoce como la teoría de la mente y es “la facilidad que adquirimos para entender las creencias, intenciones y conocimientos de los demás.” (Yudhijit Bhattacharjee, autor del artículo central).

La mayoría de nosotros miente, con mayor o menor frecuencia. Quienes lo hacen con mayor asiduidad, como estafadores o muchos políticos, se van habituando al estrés que esto genera. Una vez reducida la incomodidad emocional, comenta Tali Sharot del University College de Londres, se facilita la mentira siguiente. En términos psicopatológicos no hay consenso acerca de este síntoma. Se puede afirmar, sin embargo, que los trastornos antisociales de la personalidad suelen decir mentiras manipuladoras. En cambio los narcisistas lo hacen para reforzar su imagen.

En el Perú las mentiras más célebres son las de los políticos, por su visibilidad y efecto en nuestras vidas (aunque no se puede olvidar a la pirámide CLAE de Carlos Manrique, nuestro Bernie Madoff). Desde “¡Soy inocente!” hasta “La plata llega sola”. Pasando por “La verdad no es mi letra” hasta “No se cayó, se desplomó”. Con el crecimiento exponencial de las redes sociales, la mentira está mutando. Surgen entonces los hechos alternativos y la posverdad. El texto demuestra que “somos especialmente propensos a aceptar mentiras que confirman nuestra visión del mundo”.

Un grupo de 2.000 personas a las que se les pidió comentar la afirmación de Trump acerca de la relación entre las vacunas y el autismo, aceptaron la falsedad de este hecho cuando se les mostró evidencia científica al respecto. Sin embargo, una semana después, los simpatizantes de Trump incluidos en el grupo experimental habían vuelto a pensar que esa relación existía. Algo parecido sucede, en el otro lado del espectro político, con quienes sostienen que el Gobierno de Maduro es víctima de una conjura imperialista. Larga vida a la paradoja de Epiménides: “Todos los cretenses son mentirosos.” Epiménides era cretense, claro está.

La mayoría de nosotros miente, con mayor o menor frecuencia. Quienes lo hacen con mayor asiduidad, como estafadores o muchos políticos, se van habituando al estrés que esto genera.

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