“Si bien es comprensible el
malestar ciudadano por los incrementos de precios –pese a las situaciones de
escasez y encarecimiento de los costos que, normalmente, los ocasionan–, ello
no necesariamente conduce a lanzar iniciativas tan enigmáticas. Pues bien, el
proyecto del defensor del Pueblo deja varios misterios sin resolver: ¿Bajo qué
parámetros se califica un precio como ‘especulativo’? ¿Cuándo se considera
‘injustificada’ un alza de precios? ¿A partir de qué momento el
aprovisionamiento de un producto se convierte en acaparamiento? Y
principalmente, ¿quién será el iluminado que reemplazará la interacción
descentralizada de proveedores y consumidores para fijar todos estos
parámetros?”
“En una economía de mercado no
tiene sentido el control de precios ni de las cantidades de adquisición y
venta, razón por la cual los delitos de acaparamiento y especulación previstos
en el Código Penal de 1991 –como un remanente de un modelo controlista–
quedaron derogados tácitamente con la Constitución de 1993 y explícitamente con
el Decreto Legislativo 1034 del 2008. Y si bien algunos pocos países aún
conservan en su legislación figuras penales como las que ahora propone el
defensor del Pueblo, estas son, en el mejor de los casos, inoperantes, y en el
peor, muy efectivas… pero para generar más escasez, como sucede actualmente en
Venezuela.”
He extraído del Editorial estos dos
párrafos y, dos conclusiones en mi
opinión.
PRIMERA.- El poder confirma lo
que en mi artículo inmediatamente anterior señalara, es inmoral e hipócrita rasgarse las vestiduras frente a la
especulación PUES ES LA ACTITUD NORMAL del peruano.
SEGUNDA.- La “democracia” es
enemiga del orden y el respeto de los derechos ciudadanos.
En consecuencia, nos quedamos
calladitos y permitimos el enriquecimiento de todos los especuladores con mayor
razón si es internacional, por tanto si se puede especular afectando a las
naciones más débiles obviamente se tiene todo el “derecho" de vivir e enriquecerse
con el dolor ajeno a nivel interno.
Finalmente nuestro Presidente
seguirá a pie juntillas la orden del poder. ¡dejemos tranquilos a los
especuladores! Total el consumidor final deberá pagar si quiere sobrevivir, Los
especuladores tienen todo el “derecho” de fijar el precio que les de su
regalada gana a los productos que comercializa previamente acaparados.
Cualquier añadido al supuesto
precedente carece de todo sentido. No olvidemos el primer gobierno de “caballo
loco” la escasez de entonces como la que atraviesa el hermano pueblo
bolivariano hoy, fue, es y será -con cualquier otro Estado que amenace la "democracia"-, especulación en obsequio de la libertad, respeto y derechos de los
especuladores cuya única finalidad es golpear al Gobierno de turno para voltear
la tortilla de los cambios que dificultan su bienestar.
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