“En un país como el nuestro, que
ocupa el tercer lugar en violencia contra la mujer, no es fácil ser tolerante
con los que se permiten maltratar no solo a un presidente o a una ministra sino
a millones de peruanos que no aceptan su fundamentalismo. Temores existen entre
todos los padres del mundo y urge ser comprensivos en una sociedad tan
fracturada como la nuestra. Sin embargo, que un intento –bueno o regular–
contra una discriminación inocultable sea percibido como un acto
“homosexualizador” es ir contra las reglas básicas del sentido común y la
razón.”
Comenté el día de ayer el artículo del señor Raúl
Zegarra, hoy la señora Carmen Mcevoy muy culta ella, nos dice sin exponerlo literalmente
la necesidad del diálogo en la medida que las palabras son “antídoto contra el
dolor y la desesperación”. Y agrega:
“En un país como el nuestro, que
ocupa el tercer lugar en violencia contra la mujer, no es fácil ser tolerante
con los que se permiten maltratar no solo a un presidente o a una ministra sino a millones de peruanos que no aceptan
su fundamentalismo. (remitiéndose a la religión) Temores existen entre todos los padres del mundo y urge ser
comprensivos en una sociedad tan fracturada como la nuestra. Sin embargo, que
un intento –bueno o regular– contra una
discriminación inocultable sea percibido como un acto “homosexualizador” es ir
contra las reglas básicas del sentido común y la razón.”
Si realmente la articulista “cree”
en lo que escribe lo razonable dado que tiene el privilegio de gozar de una
tribuna de la que casi la totalidad de peruanos carece, ninguna
red social es una tribuna de expresión libertaria o liberadora de las palabras,
del sentimiento, de la agonía, de la frustración, de la soledad quien así lo
piense tiene una inmensa venda tecnológica sobre los ojos.
Las redes sociales cuentan con
usuarios –los menos- pensantes aglutinados en una fachada que la red le permite
elegir y por serlos (pensantes) esa misma fachada está llena de gente encargada
de destruir tales ideas o pensamientos, los llaman “troll”, hasta en estas páginas
se usan “extranjerismos”, de suerte que, la idea o pensamiento se pierde
bombardeada por muchas opiniones contrarias, insultos de todo calibre que
relegan la idea original al olvido pues, encontrarla demanda un gasto de tiempo que escasísimas personas
están dispuestas a invertir. También hay personas que crean páginas de “debate”
por interés monetario exclusivamente.
Por tanto, creer que las redes sociales
son el nuevo Ferrari de la comunicación y debate de ideas es soñar despierto o
lo que es lo mismo “una tontería útil para el sistema”.
En consecuencia, si la señora Mcevoy
tiene el poder de llegar a muchos miles de peruanos ¿por qué no propone un
debate entre ambas posturas –pro y
contra sobre la “identidad de género- cómo los que organiza El Comercio previo
a las elecciones generales que tenga la virtud de trasmitirse en vivo?.
Seguro estoy como debiera estarlo
la señora Mcevoy que no tendrán los opositores a la curricula escolar en el
tema de igualdad de género, por tratarse
de una discriminación inocultable percibida como un acto “homosexualizador” es
ir contra las reglas básicas del sentido común y la razón, no tendrán los opositores la menor posibilidad de ganarlo.
Ratificara con la realización de
su propuesta (debatir el tema) todos los pergaminos intelectuales que nos ha
dado a conocer y que declara tener.
Finalmente la Ley General de Educación consagra el derecho de los padres a PARTICIPAR EN LA EDUCACIÓN DE SUS HIJOS, establecer dos posibilidades para educarlos es una pretensión INACEPTABLE pues lo que pretende la "identidad de género" no es instruir a nuestros hijos en matemáticas, lenguaje y demás materias propias de la enseñanza regular, sino educarlos en sentimientos y desterrar de ellos el pensamiento social crítico.
La sociedad NO se mete con los homosexuales incluso cuando exhiben sus groseros disfraces, pueden vivir como quieran, pero si lo que pretenden es legalizar su conducta dotándola de derechos distintos a los que gozan por ser lo que son originalmente y no lo que pretenden ser y jamás serán hasta que las impresoras 3D puedan crear vaginas y úteros que cumplan las mismas funciones que las naturales, la sociedad arremeterá contra ellos.
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