“Por eso es misterioso que los
impulsores de la campaña Con mis Hijos no te Metas se dediquen a satanizar lo
que llaman ‘ideología de género’ en vez de abogar por la sanción de los
pedófilos. Esta situación hace pensar que en esta colectividad existe un gran,
e infundado, temor a la homosexualidad. Bastaría que los niños sepan más sobre
la sexualidad para que puedan ser convertidos en gays. De allí la necesidad de
la intolerancia. Pero, qué curioso, ¿por qué esta gente prefiere proteger a los
pedófilos en vez de buscar que sean sancionados?”
“Debemos observar con cautela
que, a pesar de parecer opuestos, tanto el discurso biológico como el de género
se nutren de una diferencia (hombre-mujer / masculino-femenino, y todas las
formas posibles), como constructora de sentido. Por eso, el reto tal vez esté
en atacar la diferencia pero no en el sentido de búsqueda de la igualdad, sino
atacar –o dotar– de sinsentido estos discursos a tal punto que termine siendo
absurdo (y hasta arcaico) debatir si alguien es hombre o mujer, masculino o
femenino y todas las variables posibles. Proponer una ‘teoría ciborg’, en donde
la urgencia y la necesidad por la definición de identidad sea algo estéril e
irrelevante y que, más bien, acuse las taras que traen los discursos mientras
sigan basándose en una diferencia.”
MI OPINIÓN
Dos excelentes artículos de
imprescindible lectura, de ambos he rescatado el último de sus párrafos.
La posición del señor
Portocarrero revela que, “lo que sea de género” como tema de enseñanza para
nuestros hijos y/o nietos desde los seis años de edad es en puridad el estudio de nuestro paso por
la tierra, tan compleja que es absurdo
pensar en trasladar tales conocimientos como un eje o política transversal de enseñanza
en la escuela.
Naturalmente por su importancia
nociones elementales de sexualidad y los derechos biológicos y reproductivos
que ello implica deben seguir el camino andado hasta la actualidad y si es
necesario clarificar algunos, como el derecho a matar a la vida que crece
dentro de ella conseguido por las
mujeres en algunos países del Mundo como si el embarazo fuera un extraño e inexplicable
acontecimiento que se produce sin la
intervención del hombre y de ella misma.
Todo lo demás debe ser trasmitido
a padres y maestros de suerte que, las
proyecciones y conclusiones se proyecten al Estado para desarrollar políticas
educativas de enseñanza moral, pensamiento crítico y de conciencia que serán
reforzadas en el hogar.
Siendo un gran artículo, me
asombra la conclusión absolutamente equivocada, el ideal del colectivo “con mis
hijos no te metas” al que no pertenezco -felizmente pienso por mi cuenta- es
de prevención, la pedofilia es un resultado y no sólo a los curas se les debe
imputar tan degenerada actitud, también
al ciudadano común y silvestre y NO es posible desde el punto de vista de la
prevención andar por ahí como sugiere el señor Portocarrero acusando a gil y
mil de pedófilos y que los sancionen. Ahhh, claro, es una estupidez lo que
acaban de leer, ¿Cuan estúpido es confundir manteca con coca cola?.
El segundo y excelente artículo, especialmente
en su conclusión es prueba del “avance”
de los valores en la sociedad de la información y la velocidad, que practica gente joven que inexorablemente llevará
a la extinción de la especie humana, mas como el asunto es ahora, que puede
matarse al producto del amor o de la
pasión únicamente o el de la violación, cuando la honestidad se transforma en
engaño o mentiras disfrazadas de verdad, cuando se proclama la igualdad entre
hombre – mujer y todas sus variantes, cuando se aspira que discutir si se es
hombre o mujer sea una cojudez sin importancia, no habremos cerrado ninguna
puerta, por el contrario todas se abrirán con sus terribles consecuencias,
siendo muy probable si la humanidad sobrevive a esta moderna concepción,
volveremos a la lucha independentista de Haití sin la menor posibilidad de
ganarla.
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