“Luchemos, pues, por la esencial
dignidad de todo ser humano e invitemos a nuestra población para que desde su
niñez entiendan que la fraternidad es un valor primero que ha de resistir
embates de aquellos que no han comprendido aún lo que es la naturaleza y dentro
de ella la conducta buena de las personas, aquella alejada de prejuicios y que
hace de la justicia, la tolerancia y la caridad valores fundamentales”
El señor Salomón Lerner Febres
termina su reto a la marginalidad con el
párrafo precedente.
El pensamiento de este señor,
seguro estoy es el que invocan los Palestinos, pero en ese caso de absoluta
JUSTICIA nadie dirá nada.
En este gobierno, dirigido por un
anciano con grandes conocimientos y perfectas soluciones que, por serlo, no
pasan del papel en que han sido escritas, los que mandan son la MINORÍA de
siempre y se preocupan NO por las mayorías sino por un grupo minoritario cuya
conducta y gustos de diseminarse hará muchísimo daño a las MAYORÍAS que hoy y
desde hace 200 años están sometidas al escarnio, la manipulación, expoliación y
explotación, pretendiendo quitarle lo único que es realmente propio, SU
PENSAMIENTO Y LA CAPACIDAD DE CRITICAR.
Lo sensato NO es decirle a las
mayorías que la conducta y gusto homosexual es natural y merece no sólo la
aceptación de quienes la practican –de la que ya gozan, primero por la sociedad
que, por ahora nada puede hacer para evitarlo y segundo por el orden jurídico
interno que reconoce los derechos del ciudadano (na) por ser tales NO por lo que desean ser.
Cuando este señor DEFIENDA la
causa palestina y el derecho a una vida digna de las mayorías hoy oprimida por
el poder de unos pocos desgraciados peruanos o judíos, podrá opinar sobre la homosexualidad y
todas sus variantes que incluso puede cambiar el patrón natural de la
heterosexualidad por una más mundano e
inmoral, la bisexualidad. Naturalmente primero deberá leer la curricula escolar
modificada y opinar conociendo el tema.
El resto es chamullo sin fondo
alguno alimentado por homosexuales de todo el Mundo.
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