Hace apenas unos minutos y
gracias a mi hija pude comprobar el grado de ESTUPIDEZ al que ha llegado la
especie humana, esa que está motivada por tendencias, vídeos virales que si no
se ven está en la era de las cavernas, noticias que ocupan hasta 1º minutos
sobre las desgracias de una extranjera y su esposo peruano para evitar que la
deporten, una locutora que parece una ametralladora al hablar, y muchas otras
ESTUPIDECES más que las constatamos diariamente en los medios todos los días,
sobre todo en los escritos.
Pero esas estupideces a las que
me referido son nada respecto al caso que narraré:
Una persona en Facebook muy “avivato”
comparte una foto de un Tiburón saliendo del agua listo a morder al primer
cristiano que se le cruce y les propone a todos los idiotas que están viendo la
foto, “escriban el número 8 y verán lo que pasa”, ante semejante atentado a la
inteligencia y como había tres números 8 escritos por el mismo número de
idiotas pretendí darles una lección y escribí: “Estúpidos hay en todas partes”,
cuando quise ver lo que había escrito primero tenía que ver “más comentarios” y
eso fue imposible pues marcaba y marcaba “más comentarios” y los números 8 se
repetían, me cansé de dar click y lo dejé ahí, sólo una persona en ese tiempo de cliks SE RIÓ, seguramente las incontables personas que escribieron el número 8 siguen esperando a ver que pasa con la foto.
Es probable que algún siquiatra o
sicólogo dará una explicación, con mucho gusto la leería.
Pero a qué viene todo este rollo,
al enlace que comparto conteniendo un artículo del señor Enrique Cavero que
celebra una vez más a los emprendedores e innovadores, como los que alquilan un
espacio de un metro cuadrado dentro de un estánd un poco más grande en el que
realizan su actividad, generalmente tramposa para estúpidos como los de la foto
del Tiburón, pero hay que celebrarlo y apoyarlo porqué sin él caerá el
desarrollo imagino que interno no podría creer de proyección internacional.
Que no debe sobreregularse la
actividad que de por sí ya está regulada y hay que eliminar sobrecostos, no
puedo pensar en los laborales pues como acabamos de comprobar los “emprendedores”
e “innovadores” pueden asesinar sin el menor rubor antes que verse perjudicados
en sus inversiones trafas y putrefactas, el señor Enrique Cavero no tiene que
preocuparse de reclamar las regulaciones
existentes, primero porque están pintadas con letras que se borran y hay
demasiados llorones pidiendo no pagar nada cuando no tienen casi nada que
pagar.
Pero el señor Cavero es una
persona inteligente y muy bien pagado por los empresarios a los que les
interesan clientes con capacidad de pago que no tendrían si se formalizaran,
termina el señor Cavero augurando mayor informalidad si el gobierno central,
regional o local, insisten en regular o sobreregular la actividad de los
emprendedores e innovadores capaces de asesinar para no pagar y la sucesión de
estafas que además realizará A LOS
POBRES pues valgan verdades estos NO tienen muchas opciones para escoger.
Han visto la propaganda del grupo
“Gloria” tratan de lavarse la cara y TODO EL RESTO ES SILENCIO.
Comparto el enlace y un párrafo
del artículo:
“Si bien frecuentemente vemos
cómo los negocios tradicionales están sobrerregulados y en consecuente
desventaja, la solución no pasa por regular más al innovador (o prohibirlo,
como se ha pretendido en algunos países), sino más bien liberar al tradicional
de sobrecostos.
En el país de los emprendedores,
poner barreras y restricciones a la innovación es dispararse a los pies. Lo
único que se logra es frenar el desarrollo y fomentar más aún la informalidad.”
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